jueves, 21 de enero de 2010

¿Orgías en la Tabla del Paraíso?

Es confusa la primera vez que visitas el Museo del Prado, y más cuando de repente te topas de frente con un tríptico lleno de colores verdes y personas desnudas.
Fue muy curiosa la afirmación de Juani: "Es un cuadro profundamente religioso".
Sí, aparecen Adán y Eva, aparecen el pecado, la lujuria, y el más escalofriante de los infiernos. Todo ello tiene que ver en cierta medida con la religión católica.
Pero me pregunto, ¿fue este cuadro pintado como una especie de tapadera, cuyo mensaje está oculto? Pues probablemente como en todas las obras de arte, eso será lo más probable. ¡Que "arte"!, valga la redundancia, que tienen los artistas para pintar, ¿no?. Pueden encerrar en un folio de papel un mensaje de lo más extraño, de lo más surrealista, o de lo más erótico.
Según Isabel Abenia en su libro "El Alquimista Holandés", Jeroen Bosch tenía una amante, a la que llama María. A esta mujer se la consideró siempre, como a cualquier mujer no-noble de la oscura Edad Media, como una hereje, una bruja despiadada.
Esta mujer participaba en orgías secretas, en una especie de secta dedicada a satisfacer el placer carnal e indujo a Jeroen a participar con ella. ¿Lo hizo por amor a María? ¿Lo hizo porque su esposa, Aleyt, no le satisfacía lo suficiente? ¿Lo hizo porque sí que era el hereje del que muchas veces se le ha acusado? Pues no lo sabemos, pero lo que sí tenemos es una obra, cuya tabla central siempre se ha dicho que representa el pecado del placer carnal y la lujuria cuyo fin es el Infierno. ¿No puede tratarse de una representación de esas orgías en las que participaba, con esa excusa sobre el tema didáctico-religioso, para no ser descubierto? Yo creo que este cuadro representa su amor hacia María, su deseo de estar con ella, de los buenos momentos que tuvieron cuando hacían el amor todas las veces que podían. El Bosco siempre fue un artista adelantado a su tiempo, es el precursor más directo del Surrealismo muchos siglos antes de su aparición, de la represión en los sueños por tanto. Esa tabla central representa ese sueño de estar loco por una persona, de desearla tanto, de estar encerrado en ella y el miedo de ser descubierto. Ese miedo afloró en "El Jardín de las Delicias", cuya creación es una forma de sacar todo lo que la mente encierra.
El Bosco, tras su muerte, quedó unido a ella para siempre en este cuadro: en la tabla del infierno, el hombre es un autorretrato de Jeroen, y los dos cuchillos paralelos a los lados de este ser, si te fijas, forman una "M". De María.
Si así debía de ocurrir, ambos terminaron en el infierno, pero juntos para siempre.

María fue acusada de herejía y quemada viva ante los ojos de Jeroen.

El deseo carnal, el unirse de forma perfecta a una persona, no es un pecado, es una necesidad humana.

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