miércoles, 31 de marzo de 2010

Crónicas de un viaje. Chapter 2. La noche.

Este es un capítulo no apto para menores, personas con problemas cardíacos, psíquicos, dolor de anginas y frecuentes gastrointeritis.

El grupo de amigas que se habían ido a Santiago, con todo su mareo, se dirigieron a las respectivas habitaciones para acicalarse. Todas pensaban que el hostal era medio decente, pero se equivocaron. En el baño de E y B nació el nuevo microclima que abunda en Chernovil, y no voy a explicaros por qué. En el de L y O, surgió un nuevo océano por el que sólo se podía acceder en patera, piragua o similares. Por último, mientras M se duchaba tranquilamente cantado temas de Rihanna, la cortina de la ducha decidió vengarse de ella por los berridos que salían de su dulce y aterciopelada voz.
El terror entraba helando la sangre de los ocupantes del hostal...
Como parecía que todo volvía a la normalidad, todas se dirigieron a la habitación de B y E a empezar un guateque ligerito de alcohol.
O, desesperada en su intento por echarse un cigarrín, se fue a la habitación de otras compañeras.
De repente, se oyó un sigiloso "toc toc". Todas pensaban que era O, pero nadie contestaba. ¿Sería Santiago? ¿ Sería Voldemort ? ¿ Sería Paco?... ¡No! Mucho peor, la peor pesadilla de las residentes...
A, siete veces chula, empezó a vacilar a la persona que estaba al otro lado de la puerta. Cual fue su sorpresa al escuchar la voz de S.T.
Como si les fuera la vida en ello, empezaron a esconder los vasos de agua, los de fanta y los de sprite también, para que la monjita pensara que estaban bebiendo calimocho o similares.
Acto seguido, les echó el rapapolvo y las echó del hostal. Con el corazón palpitante que casi se les sale del pecho, salieron corriendo de allí con unas gafas pequeñitas que casi no se veían para evitar contemplar el rostro de su jefa.
De allí se dirigieron al centro en perfecto estado y preguntaron por allí a los gallegos un sitio para refugiarse del frío. Llegaron a uno acogedor, y allí se quedaron hasta una hora prudente.
Un grupo se fue antes invadidas por el cansancio.
Hasta aquí todo transcurrió normalmente hasta que B, metida en la cama, recibió una llamada inesperada...
Un drama, lo peor que le puede suceder al ser humano... Habían robado la chaqueta de M...

Después de esto, la vida de esta chica cambiaría para siempre...

lunes, 29 de marzo de 2010

Crónicas de un viaje. Chapter 1.

Estas son las típicas cosas que me gustan de la vida, las que salen "sin planearlo" previamente.
En la residencia Labouré de Valladolid un grupo de amigas que no tienen nada en común han conseguido realizar un viaje que nunca jamás van a olvidar por dos razones: porque ha sido una experiencia única, y porque ha sido a un lugar único: Santiago de Compostela.

Todo comenzó un día normal... B y C estaban comprando en una tienda de todo a 1€ post-it con forma de seta y globos para el cumpleaños de L, acompañadas por H. Al principio parecía que la tienda estaba cerrada, pero no, simplemente se había ido la luz en toda la zona. Cuando terminaron, fueron a la residencia de estudiantes donde se alojaban y vieron que tampoco había luz. H se despidió de ella y entraron. En la recepción estaban S.A., O y M, a las que se unió más tarde A cuando llegó de clase. Conversaban tranquilamente haciendo bromas, como siempre, y llegó la directora del centro. Aquel fin de semana este grupo de chicas se iba a Ávila, a casa de M, pero en la residencia se organizaba otro viaje a Alto Campoo. La directora les preguntó, con cierto rencor, que por qué razón inhumana no iban a la excursión, a lo que respondieron que todas se iban a Ávila a celebrar el cumpleaños de M que había sido días antes. S.T. les preguntó que si iban a ir al viaje que organizaría la residencia en Mayo a hacer un tramo del Camino de Santiago... Al decir esto, B le contestó que si sería una posibilidad llegar hasta Santiago de Compostela, puesto que en el tramo de 20 km no se llegaba. A la directora, extraño en ella, le pareció buena idea y les propuso que lo fueran moviendo. Acto seguido comenzaron a hacer carteles con la idea del viaje, pero nadie se animaba y como mínimo tendrían que salir 20 personas.
Pasaron los días, y la lista no aumentaba, y los ánimos comenzaban a derrumbarse. Empezaron a mirar por internet posibilidades de viajes a otros sitios en la fecha del 27-28 de marzo, pero los precios eran excesivos para unas estudiantes sin ingresos.

Un buen día, la lista estaba más llena, y al siguiente más, de modo que otra vez subió el ánimo y comenzaron a planear lo que sería uno de los mejores viajes de su vida. No fueron muchas estudiantes de la residencia, pero se llenó de gente de fuera, padres, religiosas y trabajadoras de la residencia, formándose un buen grupo de casi 30 personas.

Pasó el mes de febrero y por fin llegó el gran día. El sábado 27 de marzo de 2010, a las 07.15 de la mañana, un autobús llevó a este grupo y al resto a Santiago... Fueron 6 horas interminables, hasta que por fin llegaron al Monte Do Gozo, a 4.5 km de Santiago. Ya se divisaban las torres de la fachada del Obradoiro, pero antes de nada, tenían que comer los "manjares" que les habían preparado. Entre cantos insoportables, risas, fotos, anécdotas, nubes y viento llegó la hora de llegar andando hasta Santiago, y así sucedió. A las 17.30 de la tarde pisaban la plaza de las Platerías y les sellaron el credencial como muestra de que habían sido peregrinas. Algunos se reían de ellas porque decían que 4 km era muy poco. En comparación con todo el camino es evidente que es poco, pero podrían haber elegido otro destino "menos simbólico"...
En cualquier caso, se adentraron todas por la Puerta del Perdón, puerta de la catedral que solo se abre en año Jubileo y hasta el 2021 no volverá a abrirse, por lo que es una oportunidad única. Abrazaron al Santo Santiago y se encerraron en la inmensidad de la mole románica. Se escuchaban los pasos de los peregrinos, cansados pero alegres, la intimidad con Dios, la luz ténue, las historias que cuentan sus capiteles... Un ambiente que sólo ese edificio es capaz de brindar.
Al salir, se descubría la Plaza del Obradoiro y la fachada Barroca de la catedral que sale en la mayoría de sus fotos.
Había llegado el momento foto, por aquí, por allá, tiradas en el suelo, pose sexy, pose no sexy, etc.etc.etc.etc.etc.
Ya después de aquello, E tuvo una visión... Vio a Santiago caminando por la plaza vestido de peregrino. El singular santo le dio un consejo... "Mira siempre hacia delante", y C ya hizo su particular gracia sobre la frase. De ahí, se dirigieron al Hostal La Salle, bueno, se dirigieron sin saber por donde iban, cruzándose por el camino con Voldemort, mejor dicho, con tres Voldemorts. Por fin, después de haber estado decidiendo porqué calle era, llegaron al Hostal. Bajaron por la cuesta al autobús cruzándose en el trayecto con la mujer más guapa del mundo, como siempre allí la primera, que les aconsejó que fuesen por la parte del patio del colegio.
Repartieron las habitaciones y a las 18,30 se fueron al centro a dar un paseo. El tiempo no acompañaba demasiado en esos momentos, pero se andaba bien entre los soportales y los escaparates de las tiendas de recuerdos. C se decidió a decir lo que todas pensaban: "vamos a merendar". Así que allí fueron, a una cafetería a tomar gofres, cafés y tartas de santiago con nata natural mientras imitaban el acento de los gallegos a pesar de que los paisanos de allí las estaban escuchando.
Cuando terminaron y dejaron su monedero temblando cruzaron a un parquecillo alargado y comenzó de nuevo el momento foto, foto, foto, foto. Como es costumbre, añadieron un complemento nuevo a su atuendo: una flor rosa que cogieron de un árbol.
De allí, caminaron otra vez a la plaza del Obradoiro para ver la fachada de la catedral iluminada y escuchar al gaitero. De paso se encontraron con un tuno que vendía CDs y con los reporteros de TVE. Y volvemos al momento "opinad-comentad", aunque esta vez fue más cómico.
Ya daban casi las 21.00 y volvieron al hostal andando por las callejuelas de la ciudad con la parada del alcohol.

La cena fue... un momento clave del viaje. Mal momento aquel en el cual a la camarera se le ocurrió poner vino (blanco y tinto) encima de sus mesas. La cena transcurría normalmente, entre risas y arcadas por la sopa-crema mal hecha que sirvieron, hasta que un calor insoportable empezó a subirle a algunas de las comensales. Hasta el punto de desparramar el vino por la mesa, la salsa del pollo y correr como patos por el largo pasillo del colegio... ejem... perdón, del sanatorio mental.

TO BE CONTINUED... La noche y el retorno a Pucelandia.

domingo, 14 de marzo de 2010

Sí... Lo estoy. 1332010.

La muerte nos persigue a lo largo de toda la vida, y, curiosamente, siempre sale victoriosa.

Morir de placer... Esa es la muerte que ando deseando desde que te conocí, esa es mi muerte cuando estoy contigo. Pero nace algo nuevo que tiene que ver con el mismo sentimiento; sólo que cada vez más intenso, cada vez más placentero, cada vez más puro...
Cuando te tengo lejos, aunque sea por poco tiempo, mi corazón se encoge, se siente solo, perdido como el alma errante de un asesino por el Inframundo.
Cuando te vuelvo a ver, y nuestras tímidas y cómplices miradas se encuentran, mi estómago es invadido por mil mariposas que me empujan al abismo de tus brazos, al calor de tu aliento, al placer de tus caricias. Me puedo contener, sí, pero por poco tiempo... Me encanta cuando la responsabilidad y la razón te someten a su poder, sólo permitiéndote observarme con cariño o darme un sencillo beso, contagiándome la misma calma que hay de noche en el campo.
A menudo tengo la gran certeza de que llegaremos a nuestro paraíso, volveremos a hacer el amor y moriremos juntos en ese estallido de placer, o quizás en un llanto de emoción.
Pase lo que pase, siempre rezarán en el silencio estas oraciones:

- "Te quiero mi vida".
- "Yo también mi amor".

martes, 2 de marzo de 2010

Qué vida más perra...

Como decía John Lennon, "la vida pasa, y nosotros nos dedicamos a hacer otros planes". El otro día me preguntaron que si la vida era difícil. Y me quedé pensándolo, porque no sabía contestar a semejante pregunta, aparentemente fácil de responder. Hay dos respuestas posibles: una, la vida no es fácil; te levantas cada mañana y tienes que enfrentarte como en una continua lucha con todo lo que se te pone por delante, incluída la pasta de dientes. A veces nos lo complica tanto que la estampamos contra el espejo. La vida no es fácil entonces. Sales a la calle y ahí es cuando la vida deja de ser como en los carteles publicitarios... Qué depresión... A nadie le importa nada, no le importamos a nadie. Somos unos seres que creemos ser los amos del universo, lo más egoísta que tiene el ser humano. Pensamos que somos únicos, pero no somos más que un pequeño insecto que infecta el mundo de irracionalidad, contaminación, caras largas,quejas, ¿crisis? ¡ja!; la otra respuesta, que la vida es fácil... parece plausible, si no fuese porque la vida nos la complicamos nosotros. Si no nos la complicasemos la vida sería fácil, una obviedad ¿no? pero... ¿Es que la vida es así? Podría no serlo, o quizás sí, ¿puede ser de otra manera?, ¿el ser humano se puede plantear otra forma de ser?, puede quesí, o quizás... si estamos hechos así ¿no vale otra forma de vivir? No conozco otra forma de vida, sólo se que no todos tenemos la misma claro, pero somos igual de estúpidos todos, babeamos por nosotros mismos y por nuestras ambiciones, esperanzas y a veces ni follamos por plantarnos a pasar "la poca vida que tenemos" delante de un ordenador o ver el Gran Hermano... y todo eso ¿para qué? Para acabar en una fosa o volando llevados por un fuerte viento de levante. Así sí que somos todos iguales.

Joder... ¡Piensa!