domingo, 26 de septiembre de 2010

TIRED. CHAPTER X. VUELTA A EMPEZAR.

¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN LABOURÉ?

Aleyt estaba en su habitación pasando los apuntes de Arte Románico. La invadía un sueño profundo, pero no podía despegarse ni de su portátil ni de la silla.
La coca-cola ya no surtía efecto en su cuerpo.
Quería terminar rápido aquello para quedar con Nacho. Cada día estaba más enamorada de él, a pesar del gran bache que pasaron, pero sentía la necesidad de poder verlo cada día. No tardarían mucho en cumplir su primer aniversario. "¿Y qué le regalo?" "Uf no... Eso no..."
Aleyt estaba preocupada por él. No tenía claro qué quería hacer con su vida y el tiempo apremiaba. Verlo así le dolía, y le dolía más no poder hacer nada. Todos creían que ella era la única que podía convencerlo, pero ya lo había intentado. "¡Joder! Ya me estoy desviando del tema..."

Y siguió tecleando.

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Vic no estaba segura de lo que iba a hacer.
Ross la esperaba para ir a dar un largo y tendido paseo.
Ella necesitaba hablar. Y aunque sabía que lo que iba a hacer les dolería, no había otra forma de hacer que Ross sufriese lo menos posible.
- ¡Hola Vic!
- Hola...
Ross fue a acercarse a sus labios pero ella apartó la cara.
- ¿Dónde vamos?
- Donde podamos hablar tranquilos.- Dijo tajante Vic.
Durante el recorrido no cruzaron ni una palabra. Ross la miraba de reojo, pero ella tenía la mirada perdida en el frente. Iba seria, hierática, fría...

Pasaron por al lado del río y encontraron un sitio para sentarse entre los árboles.
- Ross...
- Dime.
- Yo no puedo tener nada contigo. Lo siento. No puedo.
- ¿Por qué Vic? ¿Por qué?
- Pensé que no me ibas a hacer esa pregunta...
- Perdona, pero necesito una razón para saber que el tiempo que estuve sufriendo mientras estabas secuestrada no fue en vano. Dime ¿por qué?
Vic dijo algo que ni siquiera sentía.
- Porque no te quiero Ross. Ha sido una confusión. Me tratabas bien, nos llevábamos bien, pero no te quiero. Lo siento mucho...
- No lo sientas Vic... Todo puede olvidarse...
Ross se levantó y empezó a caminar cabizbajo hacia su casa.
Vic lo miró y lo abrazó susurrándole al oído:
- Encontrarás a alguien mejor que yo Ross. Lo se. Y que te hará mucho más feliz. Te necesito. Eres uno de mis mejores amigos.

Ross la miró con una sonrisa ladeada... y desconfiada.

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Aleyt seguía con sus historias de los primeros cristianos cuando unos toques en la puerta de su habitación la levantaron del susto.
- ¡¡¡¿Quién es?!!!
- Soy Silvia... ¿Puedo pasar?
Aleyt puso los ojos en blanco. Sabía que las conversaciones con Silvia eran eternas.
- Sí pasa anda.
- ¿Qué haces?
- Aquí, tomando el sol... ¿Tú que crees? Jajaja.
- Vale... Jajaja. Tía... Necesito hablar.
- ¿Qué has hecho ahora?
- No te conté lo que me pasó con Gerardo. Estábamos bien pero... Él aquí, yo allí... Hice algo que no debería de haber hecho.
- ¿El qué?
- Hacerlo con mi ex.
Aleyt la miró con cara de circunstancia.
- ¿Le has puesto los tochos al pobre Gerardo? ¡Tía es mi amigo! ¡Yo te mato!
- Lo dejé al día siguiente. Por favor Aleyt no quiero que lo sepa.
- Joder... Qué movidas. Bueno ¿y qué tal? Ha sido el primero ¿no?
- Sí, y yo pensaba que la experiencia iba a ser mejor.
- Bueno oye, le coges el gustillo al final... jajaja.
- Pero él tiene novia.
- ¡Lo que faltaba!
- En fin... Soy un desastre. ¿Por qué no podré tener lo mismo que Nacho y tú?
- ¿Por qué todo el mundo dice lo mismo? Poned de ejemplo a Louise y a Mario de vez en cuando ¿no?
- Pa el caso es lo mismo. Pero yo quiero la relación sin cuernos, y en las vuestras los lleváis Mario y tú.
- Ui Silvia que hostia te vas a llevar... Jajajaja.
- Necesito amor este fin de semana. No me apetece zorrear con los de las novatadas. Necesito algo mejor.
- Joder yo que se... Pues... Líate con Genaro jajaja.
- Mmmm... No es Genaro el que más me interesa de esa casa...
Aleyt giró la cabeza y miró a su amiga con cara de extrañeza.
- El que me gusta es Ross.
Aleyt se quedó blanca mirando la pantalla de su ordenador. Blanca como una aspirina.

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Ana, Carol, Louise y Sara estaban en la habitación de ésta última cuando alguien empezó a dejarse los nudillos en la puerta. Era Aleyt.
- Ya lo que me faltaba por escuchar.
- ¿Qué le pasa a la loca?- Preguntó Carol.
- ¡No me jodaaaas! ¡No me jodas!
- ¿Qué???' ¡¡Aleyt cuéntalo, coño!!- Gritó Ana.
- Que Silvia está coladita por Ross.
Se hizo un silencia sepulcral... Y después estallaron a carcajadas.
- ¡Diossss! Pues está de suerte porque Vic le ha dicho que hasta luego Lucas.
- ¿En serio?- Preguntó Aleyt.
- Sí.
- ¡Dios no por favor! ¡Ross y Silvia! ¡No quiero verlo!- Exclamaba Carol.
- Joder y ¿por qué no? Si Vic ya pasa del tema...
- Hostia tía que fuerte sería...
- Voy a llamar a Nacho. Este finde salimos y a ver si hay... ¡Merengue! ¡Merengue!
- ¡Díselo a Genaro!
- Vale, luego llamo al Norte de Castilla para que lo publiquen también... Pst.- Carol siempre tan irónica.

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- Me has matado, Aleyt.- Dijo Nacho.
- Así es la cosa. ¿Tú qué crees?
- No lo se... Ross no es de contar sus cosas ¿sabes? No se...
- Joder, aquí hay que celestinear. Esta noche Ross no sale pero el sábado... ¡Tengo que hablar con Genaro jajaja!
- Pues ahí lo tienes.
Genaro acababa de llegar de clase y Aleyt corrió a saludarle.
- ¡Aleyt!
- ¡Genaro!
Se dieron un abrazo.
- Tengo un cotilleo muy fuerte.- Dijo Aleyt susurrando.
- Cuenta, cuenta.
- Bueno sabes ya que Vic no quiere nada con Ross...
- Sí.
- Es que... A Silvia le mola Ross.
Genaro se quedó pensativo.
Y pensaba lo mismo que Aleyt.

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El fin de semana en Labouré fue tranquilo.
Se quedaron Sara, Silvia, Vic y Aleyt.
Vic estaba de mucho mejor humor. El jueves de novatadas salieron hasta las 7 de la mañana, así que el viernes no tenían mucho cuerpo para salir.
Se quedaron en la habitación de Aleyt viendo Peter Pan y comiendo palomitas.

El sábado el panorama cambió.
Aleyt regresaba de estar con Nacho, y se encontró a S.A. en portería.
La conversación que tuvieron fue tensa, muy tensa. S.A. estaba preocupada por Aleyt. Sabía que se estaba esforzando para que Nacho decidiera sobre su futuro aunque fuera por ella, pero él hacía oídos sordos. S.A. temía que aquella situación afectara negativamente a Aleyt y le recomendó que se plantease dejar a Nacho por un tiempo.
Aleyt no podía... No podía vivir sin él. Y se disgustó mucho porque sabía que S.A. tenía razón. Le envió un mensaje a Nacho esperando que aquello le hiciese reflexionar... Y que pensase en ella.

Llamaron a su puerta. Eran las chicas. Aleyt abrió con los ojos vidriosos por las lágrimas y les dijo que no iba a bajar a cenar.
Silvia estaba preocupada y fue a hablar con ella.
- Bueno si estás disgustada no cenes y luego venimos. Anímate.
- Claro.

Y así lo hizo. Después se arregló e invitó a sus amigas a hacer botellón a su habitación. Estuvieron bailando, gritando, saltando, bebiendo y riendo. Se lo pasaron genial.
Y llegó la hora de marchar de fiesta.

Cogieron un taxi en la puerta de la residencia que las acercó hasta el Mentidero. El ambiente no era muy allá y decidieron irse a Cachilandia.
Aleyt vio una llamada de Genaro y estuvieron hablando para quedar en el pájaro lanudo, ydecidieron que él le diría a Ross lo de Silvia a ver qué pasaba.

- Ross.- Dijo Genaro.
- Dime.
- Tengo un cotilleo muy fuerte.
- ¿El qué?
- Pues... Que alguien de Labouré me he enterado de que quiere que le metas de todo menos miedo jajaja.
- ¿Ah sí?
- Sí...
- Y... ¿Se puede saber quién?
- Silvia.
Ross se quedó callado.

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Las chicas llegaron al pájaro lanudo demasiado sobrias a pesar del alcohol que habían bebido. Efectivamente, allí se encontraron con Ross, Genaro y los amigos de éstos.
- Ya se lo he dicho.
- ¿Y qué dijo?
- ¡Nada tía! ¡Se quedó callado!

Aleyt observaba la situación. Silvia estaba cansada y se sentó en un taburete. Ross estaba de acá para allá, pero no se acercaba a ella.
- Joder... Ross cero Laura uno... Jajaja- Comentó Aleyt.
Empezaron a hacerse fotos, pero Silvia solo quería hacérsela con Ross.
- ¡Llámale anda!- Le decía Vic a Aleyt.
- Tía esta tensión me puede. Silvia está con ojicos de perdiz cachonda, Ross para arriba y para abajo, y tú que lo acabas de dejar... ¡No me fastidies! jaja.
- Joer que se líen por favor, lo necesitamos jajaja.- Dijo Sara.
- Bueno que os jodan, voy a pedir Ritmo de la Noche.- Aleyt se fue hacia la barra.
Y comenzó a sonar una canción que levanta pasiones: Alejandro.

Todo estaban bailando en círculo y Aleyt observó a Ross y a Silvia fuera de ahí, bailando agarraditos...
"Madre mía, aquí hay tomate"
Se giró para hablar con el camarero cuando, de repente, se volvió a girar y vio la cara de Vic descompuesta, y a Sara descojonada.
Aleyt miró a su lado y le dio un codazo a Genaro que en cuanto vio a Ross y a Silvia besándose, no pudo evitar gritar.
Todos estaban aplaudiendo y gritándoles.
- ¡Por favor qué tensión! - Gritó Aleyt.
- ¡Dioooooooos! ¡Qué fuerrrrrte!- Exclamó Vic riéndose.
- Chicas... Yo me voy a la resi, no me encuentro bien.
- No me extraña Sara, ¿pero tú has visto qué fuerte?
- Sí... Por eso me voy a tener pesadillas jajajaja. Ciao chicas.
Genaro, Vic y Aleyt pidieron otra copa y notaron que alguien los llamaba. Ross y Silvia les decían que se iban.
- ¡Genaro! ¡Se van a follar a tu piso! jajajaja.
- ¡Noooo!
- ¡Genaro danos las llaves de tu piso ya!- Ordenó Vic.
- Esperad. Nos tomamos esto y vamos a ver qué pasa jajaja.
- Chin chin.

Vic y Aleyt empezaron a mandar mensajes a Nacho, Carol, Louise y Ana. Todavía estaban alucinando...
Aleyt estaba más alucinada todavía de ver a Vic tan normal. Era como si entre ella y Ross nunca hubiera habido nada más que una amistad temprana.

Dicho y hecho, salieron de allí y fueron al piso de Genaro. Cual fue su sorpresa cuando vieron que Silvia y Ross no estaban allí.
- La habitación de Ross está con la puerta abierta.
- Sí... Y la cama demasiado bien hecha...
- ¡Dios! ¡¿Y si están en la habitación de Pelayo!?
Pero tampoco.
- ¡No por favor! ¡Que no estén en la mía! - Gritó Genaro.
- Jajajaja.
- Aleyt, voy a llamar a Silvia.
- ...
- ¿Dónde estáis?
- ...
- Joder, nosotras en el piso de Genaro.
- ...
- Vale ahora te vemos.
- ¡Pregúntale si se lo ha tirado!
- ¿Te lo has tirado?
- ...
¿¡No?!
- ¡Muy mal me parece, cagu en mi manto!- Dijo Genaro.

Aleyt y Vic salieron del piso y caminaron hacia la residencia alucinando. Pero más que alucinando.
Al llegar, Silvia no estaba allí todavía. Se pusieron el pijama y esperaron en el pasillo a que llegase. Y no tardó mucho.

La reunión fue en la habitación de Aleyt.
- ¿Y en qué habéis quedado?
- En nada... Vic lo siento...
- ¡Cállate! Ya te dije que lo nuestro acabó. Todo para ti.- Dijo guiñándole un ojo.
- Pero ¿vais a ir en serio?
- Que no lo se...
- ¡Pero como no habeis follado tia! Sois penosos...
- ¿Qué querías? ¿Que despertásemos a tu churri?
- Sí joder, sí, para reirme yo luego jajaja.
- Que mala.
- Y... ¿Besa bien?- Preguntó Aleyt en tono vacilón.
- Sí, muy bien. Mete la lengua hasta la campanilla...- Dijo Silvia.
Aleyt puso cara de "gracias por la información".
- Doy fe. - Sentenció Vic.

viernes, 24 de septiembre de 2010

TIRED. CHAPTER X. VUELTA A EMPEZAR.

"El amigo es otro yo. Sin él no se puede ser feliz."

Aleyt llegaba de su primer día de clase más feliz que una perdiz. Por fin estaba haciendo lo que realmente le gustaba.
Se supone que eso es lo que se busca al elegir una carrera, aunque luego las salidas estén más limitadas.
Pero a ella le daba igual. Estaba feliz, pletórica. Disfrutaba con cada palabra que decían los profesores y eso le daba ánimos, aunque, eso sí, el trabajo iba a ser el doble que el del curso anterior.

Al llegar a la residencia se encontró con Silvia, que empezó a gritar en el pasillo y se tiró al cuello de su amiga.
- ¿Qué tal has acabado el verano?
- Bien. Oye por cierto todavía no hemos hablado de lo que te pasó con Gerardo.
- Ah sí.- Dijo Silvia en un susurro.- Luego te cuento que están aquí mis padres.
- Vale. Yo voy a comer con Nacho, pero más tarde nos vemos ¿vale?
Aleyt saludó a los padres de Silvia y marchó a ver a su novio.

El día estaba siendo redondo.

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- Vale, mete eso ahí. Perfecto.- Ofelia estaba nerviosa. Ya empaquetaba sus últimas pertenencias para huir de Labouré.
- ¿Estás segura de que te quieres ir?- Preguntó Sara con cara de pena a su veterana.
- Sí... Tengo que irme Sara. Mi hermana necesita parte del dinero que pago yo aquí para estudiar en Londres.
- ¡jooo! Te vamos a echar de menos Ofe.
- Ya... Y yo a vosotras. Pero bueno podeis venir a verme cuando querais. Toma, mi dirección.
- Gracias.
- Despídete de Aleyt y de las chicas por mí... Es que... Estoy triste.
- ¿Por qué?
- No lo se... Por todo. Todo lo que he reído, he disfrutado aquí en la resi... Han sido los mejores años de mi vida.
- Bueno Ofe seguro que los que vienen son mejores... Mucho mejores. Te lo mereces después de lo que te pasó con Ajo y estas.
- Solo os pido una cosa... Aunque me lo hiciera pasar mal... Cuidad de Margarita.

Sara se quedó sin palabras.

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Xoel y Carol quedaron para tomar un café. Hacía mucho tiempo que no se veían, pero su relación se había enfriado.
Se había enfriado mucho.
- ¿Y qué tal todo?
- Bien. Hoy empezamos con las novatadas en la residencia. Ya ves, saldremos esta noche por la Antigua.- Carol miró a Xoel a los ojos.- ¿Quieres que nos veamos esta noche?
- Carol... Yo... - Xoel tragó saliva de forma forzosa.- He conocido a una chica este verano. La verdad es q...
- Para Xoel.- Carol sintió una punzada en el estómago.- No se si estábamos juntos o no, pero fuiste tú quien me dijo que me querías. Y poco a poco te me enamoré de tí. Me parece bien que hayas conocido a una chica y lo que sea, no quiero escuchar nada más, pero podías habérmelo dicho antes...
- Perdóname.
- Tengo que irme. Nos vemos en clase estos días.
- Carol...

Ella ya se había despedido de Leyre que estaba en la barra observando la situación.

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Aleyt llegó a casa de Nacho. Él la esperaba en la puerta con una sonrisa y un beso nuevo, como siempre.
La chica, al entrar, escuchó una voz familiar en el salón.
Era Vic.
- ¡Vic! ¿Qué haces aquí?
- ¿Y tú?- Dijo con su tono irónico-gracioso de siempre.
- Joer... Qué pregunta.
Ross no apartaba la vista de Vic. La situación no daba más información que una pareja de amigos hablando animadamente.
- Bueno... Voy a...
- Sí, sí.. No me des detalles jajajaja.
Y Aleyt entró en la habitación de Nacho.

- ¿Vais a salir esta noche de novatadas?
- Sí, iremos a la Antigua. ¿Vienes?
- Sí claro... Bueno... Sí quieres que vaya...- Ross agarró por detrás a Vic. Ella sintió un escalofrío por todo el cuerpo y vio como poco a poco él se acercaba a sus labios.
La chica se apartaba despacio, temblando.
A Ross le resbaló el brazo y para incorporarse agarró con un poco de fuerza el de Vic. Y en su mente se mezclaron los recuerdos más horribles que tenía de aquella fatídica tarde en el estudio.
Revivió todo aquello como si le estuviera pasando.
- ¡No me toques!- Gritó ella con los ojos vidriosos.
Ross se quedó pálido.
Aleyt y Nacho salieron de la habitación rápido.
- ¿Qué pasa Vic?
Todavía no estaba recuperada... De hecho, el trauma no afloró hasta aquel momento en el que se desplomó en los brazos de Aleyt echa un mar de lágrimas.
Era muy extraño que Vic se hubiera recuperado psicoógicamente tan pronto, y en cualquier momento podía estallar.
- Nacho... Me la llevo. Quédate con Ross.
- Vale. Llámame luego por favor.
- Sin problema. Voy a ver si la animo.

Nacho volvió al salón y se acercó a su amigo. Nunca había tenido especial confianza con él, pero estaba destrozado.
- Ross... Tranquilo, era algo de esperar.
- ¡Dios Nacho! No puedo ver a Vic así... No puedo aguantar que me odie.
- Ella no te odia. De hecho se odia a sí misma. Ten paciencia.
- ¿Y si luego no quiere estar conmigo? ¿Y si tiene algún problema y reacciona así siempre?
- Pues... Entonces lo mejor será que te olvides de ella para siempre.

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Ana y Louise estaban en una tienda adquiriendo unos corchopanes para las novatadas. Querían imitar a los presentadores de un programa que les encantaba.
- ¡Ana sujeta! ¡Me llaman!
- ¿Quién?
- Mmmm, es Aleyt. ¡Dime!
- ...
- No me jodas.
- ...
- ¿Dónde estais?
- ...
- Sí... Por la plaza santa cruz... Ah sí, donde estuvimos con Nacho, ese sitio de los batidos enormes. Ok, vamos ya.
- ...
- Vale yo las aviso. Bye.

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Se escuchó el giro de una llave.
Nacho se sobresaltó e intentó poner todo su empeño en escuchar.
Sí, estaban entrando a casa.
Salió de su "cueva de ermitaño" al pasillo y una sonrisa se dibujó en su cara.
- ¡Pelayo!
- ¡Hola Nacho!
Los dos amigos se abrazaron.
- ¿Qué haces aquí?
- Pues... tengo una sorpresa y es que... El proyecto está terminado.
- ¡No lo puedo creer!
- Sí... Pensaba que no iba a terminarlo, pero lo he conseguido. Lo presento el día 1 de octubre.
- Me alegro muchísimo. ¿Puedo verlo?
- Sí, claro. Vamos a la mesa de mi habitación. Por cierto, me he enterado de que ya no va a ser para mí... Jajaja.
- Ýa ves, hemos encontrado un sustituto.
Pelayo dejó su macuto encima de la cama y extendió los planos.
Encendió el flexo y explicó a Nacho como iba todo lo que había pensado, cavilado y proyectado.
Después de una hora, fueron a la cocina y se tomaron un vaso de Nestea.
- ¿Y qué tal todo?
- Bien, bien.
- ¿Sigues con Aleyt?
- Claro sí, sí.
- ¿Y como están las chicas?
- Pues todas bien. Bueno, sabes ya lo que le pasó a Vic... Está destrozada.
- Me imagino.
- Bueno, el que más destrozado está es Ross. Se ha enamorado de ella... Pero ella no sabe lo que quiere, y mucho menos ahora.
- Que pena.
Los dos se quedaron callados y pensativos. Pelayo habló:
- Sabes... Te envidio.
- ¿Por qué?
- Porque hubiera dado lo que fuese por haber tenido con Sara la mitad de lo que tú tienes con Aleyt.

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Vic no quería hablar. Solo sorbía con la caña lo poco que le quedaba de su batido. Aleyt estaba sentada a su lado e intentaban animarla con lo de las novatadas.
- Les podemos estampar un huevo en el pelo, ¿sabéis lo que jode eso? jajaja.- Decía Ana.
- O atarlas a un semáforo y pintarles el pelo del color al que cambie la luz jaja.

- Chicas...
Era la primera palabra que Vic susurraba casi después de dos horas.
- Él no era malo...
- ¿Quién, Vic?
- Ariel... Louise, siento que tuvieras que pasar por aquello en Verona.
- ¿Qué?
Ninguna de las chicas le mencionó nada de lo que Louise y Mario vieron en Italia, no querían preocuparla. Pero Vic lo sabía.
- Me sentía bien siendo por una vez en mi vida la protagonista de algo. Me divertía haciendo lo que hacía y me reía con Ariel.
- ¡Estaba loco, Vic!
- ¡No Silvia! Ariel sólo quería salir adelante haciendo lo que le gustaba. Amaba ese mundo, y necesitaba un apoyo que ni siquiera yo fui capaz de darle... Estaba solo, muy solo.
Las chicas escuchaban con mucha atención a Vic.
- Lo pasé mal, y me hubiera gustado estar con vosotras en Alicante y haber tenido un verano normal... Y por 5 minutos de gloria han sido tres meses de infierno. Quiero volver a ser yo, quiero estar con vosotras, salir, reir, ver a Ross, ir a clase, estudiar... Todo eso. Eso es lo que necesito.
Y dejó de llorar.
- Vic, te prometemos que haremos todo eso y más. - Dijo Carol.

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La noche de las novatadas se dio muy bien. Era la primera vez que salían...
- Tenemos una nueva Élite.- Dijo Louise al oído de Aleyt.
- Sí. Vamos a dejar huella en Labouré... Al año que viene ya nos vamos.
- Claro, pero tranqui que aún queda mucho.

Llegó la hora de volver a la residencia.

Carol iba subiendo en el ascensor ella sola porque se quedó atrás recogiendo a novatas perdidas por el camino.
Estaba agotada. El día había sido horrible... No sabía que hacer con lo de Xoel. Y lo mejor fue no pensar en ello.
De repente, su móvil sonó. Tenía un mensaje nuevo:

"Ola wapa. Soy el Isma. Te akuerdas de mi? Ns konocims ste veraniko en Benidor. Me an trasladao a currar a Valladoliz... Así k cuando valla ns vemos... Si kieres claro. Un beso"

Se quedó muerta.

sábado, 18 de septiembre de 2010

TIRED. CHAPTER IX. VACACIONES.

El verano estaba tocando a su fin. Ya se acercaba la hora de volver a Valladolid.
La verdad que había muchas ganas de estar todas juntas y contarse todo lo que había pasado desde aquellos días en la playa donde tantas cosas pasaron y tan de repente.

En la residencia se veía movimiento de cajas, maletas y bolsas con todo lo necesario para empezar el curso. Este año iban a estar todas más juntas pues vivirían en el mismo piso y no tendrían que estar escaleras arriba y abajo. Además ya no eran novatas y eso les gustaba. Se fueron encontrando por el piso y fueron llamando a las demás. Ya habría tiempo para deshacer las maletas. Empezaron los besos y los abrazos pero casi todos iban para Vic que se había recuperado físicamente. Todas estaban muy contentas y estuvieron charlando.
Como las fiestas estaban por comenzar, decidieron quedar con los chicos para charlar, tomar algo y sobre todo pasarlo muy bien. Había expectación por ver el encuentro con ellos pues no se habían podido ver todavía.

Los chicos acababan de cenar cuando sonó el timbre. Ross fue a abrir la puerta y como sabían que iban a ser ellas, los demás se acercaron a la entrada de la casa. El primer grupo llegó y fueron saludándose. Aleyt y Carol entraron y esperaron a las otras. Cuando se volvió a abrir el ascensor se vio a Ana y a Sara pero detrás de ellas estaba Vic, la esperada. Vic se quedó a la puerta del ascensor mientras Ana y Sara saludaban a los chicos. Miraba fijamente hacia alguien. Y ese alguien la miraba a ella hasta que dio el paso y fue a por ella. Ross abrazó tiernamente a Vic y la besó. Fue un momento muy especial para ellos dos pero emocionó a todos los que vieron la escena. Después de ese momento tan íntimo entraron todos en el salón y se acomodaron.

Estuvieron charlando mientras hacían una ronda de chupitos. La verdad que el ambiente era genial, se estaban divirtiendo y pasándolo muy bien. Luego decidieron salir por Valladolid para ver el ambiente que había por las casetas. Iban todos, Ross iba con Vic que no se soltaban, Nacho y Aleyt charlaban con Pelayo y Genaro iba rodeado de Ana, Sara y Carol. En un momento de la noche Ross y Vic desaparecieron pero dieron mayor importancia, necesitaban estar un rato solos.

La noche fue larga y después de que la pareja desaparecida se encontrara con el grupo todo iba muy bien. El curso estaba por empezar, las novatadas comenzarían en breve pero todavía faltaba gente por venir y volver a la rutina que ya tenían ganas de tener, echando mucho de menos a toda la gente durante el verano.

viernes, 17 de septiembre de 2010

TIRED. CHAPTER IX. VACACIONES.

El fin de las vacaciones no es triste... Es el principio de otras mejores.

Las chicas seguían preocupadas por las últimas noticias recibidas.
Pero no podían hacer nada, así que, después de un día de sol y playa bastante tranquilo, cenaron y se arreglaron para irse a pasar la noche al pequeño New York: Benidorm.

A las 11 cogieron el tranvía en la puerta de casa de Aleyt, cargadas con botellas de Sandevid.
El viaje fue pesado, ruidoso y lento, pero subió al tren tan peculiaridad de personal que no tuvieron tiempo para aburrirse.
- ¡¡Oye!! ¡¿Puedes hacernos una foto?!
Aleyt se quedó pensativa, pero rápidamente respondió que sí.
- Vale. A ver...
Enfocó y ¡bingo!
- ¡Gracias! ¿De dónde eres?- Le preguntó uno de los chicos del grupo que le habían pedido el favor.
- De... ¡Alicante!
Silvia se quedó mirándola.
- ¡Ah! ¡Nosotros de Barcelona! - Respondieron gritando.
- ¿Y a mí qué me importa?- Dijo Ana en voz bajita.
Todas se echaron a reír.

Al llegar a Benidorm una masa de gente caminaba despacio hasta llegar a la playa de Levante, donde las chicas pensaban hacer botellón y luego salir por las discotecas del paseo.
Al llegar, se les acercó un chico argentino... Una cosa llevó a la otra y acabaron gastándose 20€ para entrar en las 3 discotecas más grandes de Benidorm cuando las del paseo cerrasen.
- Joder es que con ese acento...
- Ya te digo, pero nada más llegar nos ha sacado 100€ ... Eso sí que es negocio jajaja.
- Bueno chicas, como veis la playa está lleeeena de policías. Vamos a tener que buscar otro sitio para beber.- Propuso Ana.
Y así lo hicieron. Encontraron un pequeño recodo a un lado de la acera y allí sacaron sus botellas y bebieron.
De repente, se les acercó un chico joven de acento madrileño...
- Hola chicas. Os compro si os sobra alguna botella. Es que ha venido la policía y nos ha quitado todas las que llevábamos enteritas.
- Uff... Lo sentimos pero es que llevamos una para cada una.
- Vale, vale. Gracias.
El chico se alejó con otro amigo.
- Jope me dan pena. ¿Le damos un vasito de tinto?- Dijo Carol con ojitos de cordero degollado.
- Vale. ¡Eh!
El chico se giró.
- Ven un momento. - Dijo Carol.- Anda toma llénate el vaso con esto.
- ¡Qué chicas más majas! Vosotras sí que sabéis... Con el tinto te agarras una cogorza...
- Bueno es lo más barato...
Al momento, aparecieron el resto de amigos del muchacho con más botellas de alcohol.
Pero en todos los grupos hay un torpe y ese personaje al dejar las botellas de vodka recién compradas en el suelo... Las rompió.
- ¡Me cago en tus muertos!- Dijo uno de ellos.- ¡¿Pero estás tonto o qué?! ¡Llevo gastados 80€ en un puto día!
Las chicas no podían parar de reírse. Todas excepto una: Carol. Sí, había cambiado sus ojitos de cordero degollado por los de perdiz cachonda... Miraba a aquel hombretón moreno, cani, con camiseta de tirantes blanca, esclavas de oros y vaqueros ajustados...
Se acercaron al grupo de los chicos y estuvieron buen rato hablando con ellos. Después se hicieron una foto y Aleyt vio algo extraño...
- ¡Pst! ¡Sara!
- ¿Qué?
- Por favor dime que la Cazurra no va cogida de la mano con el cani ese...
- ¡Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja!
- ¡Vamos no me jodas!- Dijo Silvia.
- ¿Qué?
- ¿Habéis visto a la Cazurra y al cani?
- ¡Síiiiiii! Jajajajajajaajajaja.
Después de las fotos, las chicas se fueron para las discotecas de la playa dejando atrás a los chicos. A Carol le dio mucha pena dejarlo allí...
- ¡Carol! ¡Me has defraudado!
- ¿Por?
- ¡Cogida de la mano con el cani!- Gritó Aleyt.
- Jajajajaja, ¡que me cogió él!
- Sí, sí, ¡excusas!- Dijo Ana.
- Joooo...
- Por cierto Carol... ¿Con Xoel ya nada?
- No lo sé Aleyt. Ya te contaré.
- Ah vale vale.
Entraron a KM, pero el ambiente era penoso, horripilante... Así que, aunque les fastidiase darle la razón a Aleyt, fueron al mejor pub de Benidorm... El pub heavy de la playa.
Allí por lo menos estuvieron tranquilas tomando una copa, viendo a un chico tocar la guitarra eléctrica en directo y conocer a alocados daneses, ingleses, irlandeses, polacos, etc., ¡ah! y a una pandilla de Ávila.

Salieron de allí para ver qué se cocía en la Penélope, pero más de lo mismo. Además, cuando entraron ya estaba decayendo y cerró a los 5 minutos.
Al salir, una cara familiar se les acercó. Era el cani.
- ¡Hostia...! Qué grande es el cani este.- Dijo Silvia desde lo más profundo de su alma.*
- ¿Dónde vais chicas?
- Pues a las discotecas de arriba.
- Ah... Nosotros nos vamos donde van los guiris... Madre mía ahí sí que hay ambientazo.
Y se despidieron.
Caminaron por el paseo hasta llegar a la Avenida de Europa, acompañadas de dos chicos amigos del cani, para coger un taxi que las llevase a la otra parte de Benidorm.
- Ana... ¿Y Carol?
- ¿Qué?
- Carol... ¡Qué no la veo!
Silvia se acercó rápidamente...
- Emm vale... Ahora sí que estoy flipando... ¿Y Sara?
Bajaron otra vez la calle sigilosamente... Y la imagen fue espeluznante...
Por un lado, Sara y uno de los chicos discutiendo porque ella decía que si se liaba con él no podía estar saludando a más tías... Y la otra... No es apta para menores ni gente con problemas cardiovasculares...

En resumen, terminaron la noche en una enorme discoteca llamada KM y al salir el sol lucía en todo su esplendor.
Tuvieron que correr para poder pillar el tranvía sin problemas.

Las vacaciones de las chicas terminaron al día siguiente, con una visitilla a Terra Mítica.

Fue otro viaje de Élite.

lunes, 13 de septiembre de 2010

TIRED. CHAPTER IX. VACACIONES.

"A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante."- Oscar Wilde.

Volvía a amanecer entre ronquidos y resaca.
Aleyt se despertó por el rayo de sol que la iluminó a través del cristal. Se apresuró a coger su móvil y mirar la hora... "¡Las 3!" Pensó.
- Vaya... Un mensaje multimedia... Una llamada perdida de Nacho, otra de Ross... ¿Ross?- Puso cara de extrañeza.
Abrió el mensaje y no sabía lo que estaba viendo. Ampliar... Sí, "¿Qué es esto?" El mensaje era de Louise...
- ¡Buenos días!- Dijo Carol con su cara de oso dormilón habitual.
- Hola... Oye ven un momento... Y dime ¿qué ves aquí?
- Espera que coja las gafas...
- Es un mensaje multimedia de Louise... Pero se ve un poco mal.
- A ver...
Carol miró, pero tampoco entendía qué quería decirles Louise...
- Pues si no me equivoco la de la foto es...
- ¡Es Vic!
- Sí... Y este tío ¿quién será? Y ¿por qué Louise está ahí? No entiendo nada.
- ¡¡¡Eeeee Élite!!! ¡Vamos arriba! ¡Venga! Tenemos una llamada urgente que hacer antes de irnos de pingo a Benidorm.- Aleyt recibió un almohadonazo de parte de Sara por gritar como una energúmena.
- ¿Qué? ¿Qué pasa?- Ana se dio media vuelta y cerró los ojos.
- ¡Ana! ¡Despierta! ¡Louise ha encontrado a Vic!
Sara casi se deja la cabeza en el techo del saltó que dio desde la cama al oír aquello.
- ¿Qué estáis diciendo?
- Venga, mira esto y dime que esa chica del cuadro o lo que sea no es Vic disfrazada de cosa...- Dijo Aleyt nerviosa.
- Joder, sí que es ella sí...
- ¿Pero dónde coño está Louise para haberte mandado esa foto?- Preguntó Silvia desconcertada.
- Pues llamémosla y nos enteraremos ¿no?

De repente, empezó a vibrar el teléfono de Aleyt...
- ¡Saraaaa! ¿Quieres cogerlooo? ¡Es Pelayo!
- ¿Qu...? ¿Qué?- Sara enrojercía por momentos.- No, no. Cógelo anda que van a colgar.
Aleyt no sabía si había sido el mejor momento para aquella broma.
- ¿Sí?
- ...
- ¡Hola Ross! ¿Qué tal? Sí... Vi tu llamada pero es que estaba un poco indispuesta.
- ...
- Ya, ya... No hace falta que me digas más, yo también he recibido esa foto.
- ...
- No se lo que quiere decir, pero en cuanto sepamos algo os llamamos. ¿Qué tal todo?
- ...
- Ah, sí bien. Nosotras por aquí demasiada fiesta. Ahora creí que me llamaba Pelayo.
- ...
- Bueno pues a ver si encuentras el cargador.
- ...
- Sí dime...
- ...
- ¡Ah! - Las chicas notaron a Aleyt sorprendida.- Vaya pues... Yo no sé qué decir. Ofelia es mi amiga pero es un como un boomerang, viene y va, y no sabes nunca dónde pillarla jaja.
- ...
- ¿Celosa? ¡Sí! ¡Un montón! Jajaja. ¿Por qué iba a estar celosa? ¿Estáis tontos o qué?
- ...
- Bueno eso es cosa de Nacho ¿no?
- ...
- ¿Nacho? Trabajando en la residencia. Pero creo que va a ser la última vez que vaya por allí. Bueno Ross pasadlo bien y luego te llamo, hablamos más tarde, ciao.

- ¿Y bien?
- Nada. Me llamó ayer porque había recibido la fotografía. Pensaba que Louise y nosotras habíamos hablado ya.
- ¿Y qué te ha dicho de Ofelia?- Preguntó Silvia.
- ¡Ah! Eso... Que se va a vivir con ellos.
- ¡Qué fuerte!- Exclamó Sara.
- Dime que no te han preguntado si estás celosa de Nacho y ella...- Dijo Carol con cara de circunstancia.
- Pues... Sí. Bueno, ¡menos mal que sé lo que pasó entre ellos dos! Porque si no a saber que podría llegar a pensar yo... Jajaja.
- Te lo podía haber dicho ella...
- Bueno Silvia, no es cosa mía... Me lo dices como si yo viviese allí y yo en sus asuntos ni pincho ni corto... Ni quiero.
- Vale, vale.- Silvia dio un sorbo al vaso de leche que tenía entre las manos.

- Creo que ha llegado el momento de saber qué está pasando.- Ana marcó el número de Louise.

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Mario y Louise estaban sentados en una plaza frente al Duomo de Verona.
Los dos seguían en estado de shock... Tantas emociones juntas les habían afectado. Habían visto como un hombre, que había secuestrado a su amiga, se había volado la cabeza delante de ellos sin dar la más mínima pista sobre el paradero de Vic...

- Me da mucha pena que el viaje haya salido de esta forma, Louise...- Mario se lamentó. Y les hubiera gustado poder cambiar los billetes de vuelta a España para hoy.
- No me puedo creer que ese hijo de perra haya hecho esto... Ahora sí que no sabemos si Vic está viva o muerta... - Louise se abrazó a Mario y lloraba.
De repente, el móvil de Louise comenzó a sonar.
- Será mejor que conteste yo...- Dijo Mario.
- No, no. Da igual. ¡Mira! Es Ana... ¿Sí?
- ¡Louise! ¿¡Dónde estáis!? ¿Qué ha pasado? La foto... ¿La de la foto es Vic no?
Louise se agobió y tuvo que pasarle el teléfono a Mario.
- ¿Ana?
- Sí... Hola Mario.
- Perdona, es que Louise no se encuentra bien. Ayer fue un día muy duro... Te explico despacio.
- ¿Qué tal estáis?
- Confusos... Bueno, vereis chicas, os hago un resumen que seguro que tenéis ganas de escuchar... El otro día llegamos a Verona, y cenando pues nos dieron un panfleto con una exposición sobre restauración y tal y cual... Hasta ahí todo bien. El caso es que fuimos a esto y yo pues me cambié de sala mientras Louise escuchaba un coñazo de explicación, y había una exposición de fotos del tío que secuestró a Vic. La chica de las fotos era ella y fui corriendo a decírselo a Louise.
- No me lo puedo creer...- A Ana le temblaba la voz.
- No imaginas la angustia que me dio al ver las fotos... El caso es que fuimos a la Embajada española aquí en Verona para explicarles lo que courrió y que dieran aviso a la policía o algo, pero nos ignoraron. No nos creían. Louise llamó a su madre, y a vosotras, y a Ross... Bueno la cosa quedó en que el tipo este daba una conferencia y fuimos. Y allí estaba. Yo fui estúpido, le pregunté algo que... Ni siquiera me acuerdo, pero es que tenía ganas de estrangularlo... No tenía que haberle dicho nada, porque se dio cuenta de que nosotros sabíamos algo de lo de Vic. Acto seguido vino un poli a decirnos que ya habían dado la voz de alarma y que Ariel el fotógrafo no tenía escapatoria. Pero cuando el tipo se iba a ir y vio que la policía lo perseguía... ¡Tía! ¡Sacó una pistola y se pegó un tiro!
- ¿Quéeeeee?
Las chicas no podían creerse lo que oían...
- Pobres... Irse de vacaciones y ver eso...- Dijo Silvia con un hilito de voz.
- Shhhh
- Pues lo que oís... Ahora estamos a expensas de que nos den un billete y volvamos a España pronto. Ya repetiremos el viaje en otra ocasión. Pero... De Vic no sabemos nada.
- Chicos, no sabemos qué decir... Esperemos que Vic aparezca pronto.
- Sinceramente chicas... No estoy seguro. No se dónde puede estar...
- Gracias Mario. Dile a Louise que se tranquilice y llamadnos cuando lleguéis ¿vale?
- Claro. Pasadlo bien y no os rayéis con esto. Ya os contamos si hay novedades. Adiós...
- Ciao Mario.
Ana colgó a pesar de que el pulso se le aceleraba por momentos...

Aleyt estaba en la otra punta del salón marcando el número de teléfono de Ross.

No se oía nada, la casa estaba en silencio y las chicas, sentadas con los bikinis puestos, no tenían fuerza para levantarse. Sólo se escuchaba la voz débil de Aleyt...

- Aleyt... Yo sé que Vic está viva.

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Creía que había muerto...
O que todo había sido un sueño...

Hacía tiempo que no veía la luz del sol... Y tenía ganas de vivir.
Intentó incorporarse, pero le dolía todo el cuerpo. Sobre todo la cabeza.
Tenía el pelo húmedo... Y la boca tapada con precinto. Lo arrancó y emitió un gemido de dolor.

Vic se arrastró como pudo hacia donde veía entrar ese mínimo rayo de sol que le estaba devolviendo la esperanza.
Sus recuerdos y sus pensamientos eran un caos. Pero lo primero era salir de allí y luego organizar sus ideas.

Se asomó por los finos cantos del suelo de madera y vio desde arriba algo que le resultó familiar: focos, una cámara, colillas por el suelo y una cinta policial rodeaba todo...
Recordó aquella trágica tarde en casa de Ariel... La tiró al suelo y el golpe en la cabeza la dejó inconsciente. Pero ahora se sentía con fuerzas para escapar. Sentada cabía perfectamente en aquel claustrofóbico espacio del techo... Y empezó a golpear con sus piernas el suelo de fina madera carcomida...
"Cederá... En algún momento cederá"
Y fue costoso... Muy costoso. Pero cedió todo el techo y Vic cayó al suelo hecha un ovillo.
El estruendo la sacó definitivamente de su letargo. Había estado más de un mes allí... Y lo que no se explicaba es cómo pudo sobrevivir... Sin comer y sin beber.

Se levantó poco a poco, y encontró el estudio de Ariel revuelto, lleno de polvo por la caída del techo... Ahora tenía que salir de allí. Recordaba el pasillo Hollywoodiano y la puerta.
Lo atravesó lo más rápido que pudo, cojeando... Y en su camino encontró un espejo en la pared.
Ni siquiera se reconoció...
Estaba en los huesos, pálida, tenía los labios morados, Ariel le había cortado el pelo como a un chico y a trasquilones, no sabía por qué; los brazos llenos de cortes sucios y todavía sangrantes... Tenías que salir de allí e ir al hospital, o encontrar a alguien que quisiese ayudarla...

Bajó las escaleras y se encontró en el Pasaje Gutiérrez, pero no había un alma... Debían de ser las siete o las ocho de la mañana.
Salió a la calle y el aire fresco le dio un soplo de vida... Pero al dar dos pasos se desmayó.

Y al cabo de unas horas abrió los ojos y vio el rostro de su madre.

Había vuelto a nacer.

viernes, 10 de septiembre de 2010

TIRED. CHAPTER IX. VACACIONES

"Cada instante de la vida es un paso hacia la muerte." - Pierre Cornielle.

Aquella noche se lo pasaron de muerte.
Las chicas llegaron a Alicante capital a eso de las 20.00 y decidieron dar una vuelta por el paseo marítimo a pesar del incidente del ron.
Caminaron por el puerto y por el Barrio, la zona juvenil, de tascas y de pubs.
Se sentaron a tomar algo para apagar el calor abrasador y húmedo, y decidir donde cenar. La elección fue muy acertada: el Lizarrán.
- Parece que hay una mesa en ese rincón.- Informó Carol pegando la cara a la cristalera.
- Pues vamos a pillarla porque esto está más que petado.
Y lo consiguieron.
Aquel sitio estaba lleno de gente y los camareros pasaban de un lado para otro rápidamente con las bandejas repletas de suculentos pinchos.
Había un camarero que trató muy bien a las chicas. Era argentino, bajito y con el pelo lleno de rastas... A Aleyt se le caía la baba, literalmente.
- Ai míralo...
- Salida... ¡Pero has visto que pelos lleva!- Replicó Ana.
- Por eso me gusta...
El camarero pasó por su lado y Aleyt no pudo evitarlo. Lo paró y...
- Pero a ver... ¡Tú por qué eres tan bonico! Aiii omáaaaaa.- El chico sonrió simpáticamente.
Todas miraron a Aleyt con cara de extrañeza
- ¿Qué? Es verdad...
- ¡Como una cabra está la loca esta...!- Exclamó Carol siguiendo con el olfato a la bandeja que pasaba de largo.

Terminaron de cenar y volvieron al paseo marítimo a tomar un helado en la chocolatería Valor... Después de aquello empezaría lo bueno...

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En un italiano perfecto, un hombre cruel y psicológicamente deteriorado hablaba sobre su trabajo...
- ... y así empezó mi carrera como fotógrafo. La fotografía como arte sigue estando bajo mi opinión infravalorada, y más bien el trabajo del fotógrafo consiste en eso, en revelarse como un gran artista. Es una forma de ver la vida, una manera de expresar algo que no puede expresarse con palabras. La imágen como lenguaje universal... Y ciertamente no existe otro más universal.
- Está loco... Lo cogería y lo estrangularía...- Susurraba Louise con los ojos desorbitados.
-... Por ejemplo, esta fotografía...
A Louise le dio un vuelco el corazón al ver a su amiga allí reflejada... Esperaba que lo que veía no fuese verdad.
- Y estas siguen sin cogerme el teléfono...
Louise estaba desesperada, no tenía el teléfono de los padres de Vic, su madre no la llamaba... Y pensó algo. Sacó su móvil e hizo una foto al sádico artista con el enorme lienzo de Vic en sus manos... Y tecleó dos números de teléfono.

Mientras estaba en ello, Louise escuchó más alto de lo normal la voz de Mario en un italiano bastante penoso, pero algo entendible...
- No parlo molto bene italiano, ma... io so di spagna...
Ariel tragó saliva de golpe.
- Oh perfecto, ¿de qué revista?
- Sólo soy un aficionado... Admiro su trabajo... y...
Louise estaba patidifusa, y Mario cada vez más nervioso.
- La vas a joder Mario... cállate.- Dijo Louise en un tono que parecía un pensamiento.
- Yo... e... Bueno, me encanta su exposición. Y su modelo... Su modelo es de las mejores que he visto.
Ariel frunció el ceño y le dirigió a Mario una mirada desafiante.
- Así es... Lamentablemente Mónique no me ha podido acompañar... Tiene mucho trabajo... ¡Bueno señores! Y esta será mi última exposición. Hemos terminado.

Y hasta que abandonó el salón no dejó amenazar con unos ojos que destilaban locura a Mario y a Louise.

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El botellón en la playa se hizo eterno...
Ana estaba asustada porque veía una amenaza en los borrachos que gritaban en la playa. Y no pararon de moverse hasta que la última gota de ron cayó en los vasos...
Bueno... No tanto.
- Uf... Vámonos ya de fiesta que me estoy apoyardando...- Dijo Aleyt.
- Vale... ¡Pero qué hacemos con el ron?
- Déjalo ahí que a alguien le harás un favor.
Dicho y hecho, ni cinco segundos tardó un señor harapiento en dirigirse a la botella con los ojos iluminados y destilando felicidad...
- ¡Ya hemos hecho feliz a un viejete!- Exclamó Silvia.
- Anda vamos... En mi vida había visto a tanta gente rara junta.

La noche prometió...
Recorrieron toooodas las discotecas del puerto... Y bebieron... y bebieron... y bebieron mucho ron... Y gastaron, y gastaron mucho dinero...
En una de las discotecas conocieron a dos chicos muy pardos, y fue divertido ver como Sara dejaba palote a todos los tíos que pillaba...
Pero el momentazo de la noche fue en el último pub...
Las chicas estaban bailando a su bola cuando de repente entró un grupo de chicos bastante peculiar al estilo backsteet boys... Y venga a bailar... Era impresionante.
- ¿Y Sara?- Preguntó Silvia.
- Em.. Date la vuelta...- Dijo Ana con cierto tono de vergüenza ajena.
- ¡Hala!- Exclamó Carol casi cayéndose de espaldas...
Y sólo diré que ahí estaba Sara... Arrimándo cebolleta con un negraco espectacular.

- Aleyt ven conmigo que quiero pedirle al Dj la canción de Alejandro.
- Vale.
El Dj estaba un poco alto para que Silvia pudiera decírselo... Y decidió hacer algo muy práctico: subirse a una silla, aunque igualmente seguía sin llegar. Aleyt, con toda su borrachera, vio que se abría una puerta a su lado y asomaba la cabeza del Dj.
- ¡Silvia! ¡Baja! ¡Que está aquí!
- ¡No, no! ¡¡¡Que yo quiero pedirle Alejandro!
- ¡Ya! ¡Pero que el Dj está aquí!
- ¡Ah vale! ¡Espera!
Se bajó de la silla y fue hacia donde estaba el Dj y se volvió a subir a la silla.
El Dj flipaba, y Aleyt no podía contener la risa.

- ¡Oh! ¡Mira que chicos tan guapos! ¡Y cómo bailan! ¡
- ¡Y qué italianos que son! Ohhhh
Y se hizo el tsunami con las babas de Carol y Ana. Y no pararon hasta hacerse una foto con ellos.
- Venga tías vamos a echar el último chupito.- Propuso Aleyt.
Volvieron a la primera discoteca donde estuvieron y aquello ya estaba degenerando...
El camarero las invitó a un chupito y ya decidieron marchar a coger el tranvía hasta casa.
Cuando se disponían a salir, Aleyt notó que alguien la agarraba por el brazo...
- Oye... Es que yo a vos... Os quiero mucho...
Aleyt se quedó flipada...
- Em vale sí, sí. Y yo a ti.
Y el chico argentino se quedó contento.
- Tías, que uno me ha dicho que me quiere. Qué mono.
- ¡Pues deja al canza uzor!- Dijo Carol.
- ¡Que no! ¡Que Nacho es el hombre de su vida!- Exclamó Silvia.
- Dejad el debate, please.

Al llegar a la parada del tranvía esperaron un rato hasta que llegase... Un rato bastante entretenido. Entablaron conversación con un segurata al que Ana pidió fuego para su cigarrito.
- ... Yo es que no puedo con los moros... Dios una vez ahí en el golf un moro se estaba metiendo con una chica y le rompí la porra en las costillas... Aún las está buscando por Marruecos... Porque, chicas, la porra no vale para nada... Yo hay un follón, tiro la porra al aire y echo a correr...
Las chicas escuchaban la divertida explicación del chico, pero a los 5 minutos llegó el tranvía y se marcharon a dormir...

Aleyt creía que estaba soñando, pero estaba viendo aquella foto en la pantalla de su teléfono móvil...

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- ¡Estás tonto o qué?- Louise estaba enfadada.- ¡Sabes que a lo mejor por tu culpa le hace algo a Vic o a nosotros?
- Cálmate Louise, sólo quería ver su reacción.
- ¡Dios es que...! En serio...
- ¿Sabes qué? Que voy a ir a partirle la cara... Hasta que no me diga dónde coño tiene a Vic no lo dejo.
- Anda, anda machito...
Mario notó que alguien le tocaba por detrás.
- Disculpen. ¿Son ustedes quiénes han dado la alarma de que Ariel el fotógrafo está aquí y ha secuestrado a una chica?
- Ya era hora... Sí.- Dijo Mario con mala gana.
- Acabamos de recibir en la embajada una llamada de la polícia española. No teníamos constancia de que ese individuo estuviera en busca y captura.
- Así está el mundo... Son ustedes unos incompetentes y unos pasotas.- Replicó Louise muy enfadada.
- Acompáñennos, por favor. Hemos desplegado policía por todo el edificio... Ese hombre no tiene escapatoria...

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- ¿Qué ves aquí?
- ¿Qué?
- Mira la foto, Genaro... Y dime que esa no es Vic...
- Pues... te diría que sí. ¿De dónde has sacado esto?
- Me la acaba de enviar Louise. No entiendo nada.
- Vaya pintas tiene el tío que sujeta el cuadro...
- Ese tío debe de ser el loco ese que se la llevó... Pero... ¿Dónde coño está Louise? ¿De dónde ha sacado esto?
- Llámala.
- Ya lo he intentado.
- Pues las chicas deben de saber algo. Ahora llamamos a Aleyt.

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Ariel el fotógrafo se despedía de sus días de gloria.
No quería hacerle daño a Vic... No quería...
En su mente se sucedían los gritos de una chica... de... de una niña desesperada.

Andaba por el pasillo de la galería para coger un taxi que lo llevase... ¿A dónde?

Un hombre vestido de negro le perseguía por detrás...
De repente otro por el lado izquierdo...
Y otro por el derecho.
Aquellos estúpidos críos lo habían descubierto...

Pero jamás diría el paradero de Vic... ¡Jamás!

Un trueno rasgó el silencio de la galería. Y Ariel, el fotógrafo, cumplió su promesa.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

TIRED. CHAPTER IX. VACACIONES.

"Tranquilo, siempre puedes confiar en una mala persona... Jamás cambia."

La costa de Levante amanecía con un sol radiante y un cielo azul. La primera que se levantó a desayunar fue Ana, y tras ella las demás chicas. Bueno... No todas. Silvia y Carol remoloneaban en las camas haciendo lo imposible por no levantarse.
- ¡Venga que sois como osos!
- Mmmmmm... ¡No!- Dijo Carol dándose la vuelta.
Sara sonrió maliciosamente y comenzó a hacerle cosquillas a Carol hasta que se hubo levantado.
Las cinco amigas desayunaron en el balcón, mirando al mar, y rápidamente para no perder tiempo en bajar a la playa.

El día prometía.

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Ross estaba de los nervios. Odiaba tener que subir en un tren de media distancia y que encima llevase retraso.
Llevaba casi cinco horas allí subido y aún le quedaban otros 30 minutos interminables.
Sus vacaciones estaban siendo cortas pero intensas.
La experiencia de haber ido a hacer el Camino de Santiago le había encantado, y había abierto su mente. Aunque la mayoría del tiempo su pensamiento se desviaba hacia Vic.
Le gustaba... O al menos le había gustado, y si no hubiera pasado lo que pasó, se la habría quitado de la cabeza hace mucho tiempo. Pero no podía. No podía imaginar que Vic pudiera estar sufriendo. La incertidumbre de no saber si estaba bien o mal lo atormentaba, pero no podía hacer nada más. Y esperar...
Siempre esperar.

Pasaron 30 minutos y se notaba dónde estaba. En Oviedo.
El paisaje era inigualable.
Salió del tren y a lo lejos vio entre la multitud un montón de pelo rizado que saltaba gritando: "¡¡¡¡¡¡¡ROOOOOOOOOSSSSSSSSSS!!!!!!!"
Era Genaro.
Los dos amigos se abrazaron, aunque no hacía tanto que se dejaron de ver.
Salieron de la estación y allí los esperaban Pelayo y Aelo.
- ¿Aelo?- Ross se quedó extrañado.
- No es cosa nuestra lo que ocurrió entre Aleyt, Nacho y ella. Es mi amiga... Una de las mejores... No quiero perderla.
- Ya pero... No se... Creo que tienes razón... ¿Y Ágatha?
- ¡Cagu en mi manto! ¿Nos afectan sus problemas? A mí no... Yo quiero seguir como hasta ahora.
Ross se quedó pensativo.
- Anda, invitadme a una sidra.
- ¡Hecho!

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Louise y Mario estaban desesperados. Llevaban dos horas y media esperando en la sala de la Emabajada española en Verona.
Y nadie salía a recibirles.
- ¡Es que no me puedo creer que ese tío ande suelto por ahí!
- A mí también me parece muy extraño... Claro que desde que se llevó a Vic hasta que nos dimos cuenta del secuestro pasaron horas y horas...
- Y se piensan que estamos locos.
- ¿Llamaste a tu madre?
- Sí, pero no me coge el teléfono. Y las chicas estarán zorreando mientras se beben un mojito y no me contestan tampoco...
- Y aquí nadie nos atiende.
- Me parece extraño que después de que se llevase a Vic y no encontrasen nada de ella en los aeropuertos no hayan encontrado información de que este tío anda suelto y que el billete que cogió le traía hasta Italia... ¡Qué ascazo de país!
- Tranquilízate por favor, que me estás poniendo a mí de los nervios.
- ¿Qué hora es?
- Las dos y veinte...
Mario no podía más y se levantó de aquella incómoda banqueta. Seguía sin salir nadie a recibirlos.
Louise, nerviosa, arrugaba y desarrugaba el folleto informativo. Se quedó mirándolo y consiguió entender en el poco italiano que sabía...

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Tras una mañana intensa al sol levantino, las chicas se marcharon a casa a comer algo y a planear lo que sería la noche.
- Tengo una llamada de Louise... Está en Verona y no puede vivir sin nosotras jajaja.- Dijo Aleyt.
- Llámala a ver qué quiere...
- Lo tiene apagado, ya lo intenté antes.

Subieron al apartamento, pusieron el aire acondicionado, la mesa y comieron algo. Al terminar se sentaron todas a ver el programa estrella del año: Tonterías las Justas.
- ¿Qué os parece si vamos esta tarde a Alicante? Bajamos un ratito a la piscina, luego nos duchamos y vamos por Alicante. Aún quedan dos botellas de ron jaja.- Propuso Aleyt.
- A mí me parece bien...- Contestó Silvia.
Las demás asintieron.

Así hicieron. Dejaron todo en la casa excepto la toalla.
Bajaron y la piscina estaba tranquila... No había nadie. Solo el socorrista, con el que intentaron hacer amistad.
- ¿Cómo se llama el socorrista, Aleyt?- Preguntó Carol.
- No lo se...
- Fijo que se llama Patricio. Tiene cara de Patricio- Dijo Silvia haciendo alusión a la imitación de Flo en el programa que acababan de ver.
Todas se echaron a reír...
Sara saltó al agua de cabeza y, de repente, oyó que una voz la llamaba... No por su nombre.
- Oye perdona... No me gusta decir esto, pero en las normas pone que antes de meterse al agua hay que ducharse, ¿vale, chicas?- El socorrista, a pesar de estar haciendo su trabajo, se ruborizó.
Y más se ruborizó Sara.
- ¡Joder Sara! Es que mira que eres...
La pobre Sara tuvo coñitas para rato.

De todas formas, la jugada le vino de perlas a Carol, que, con esa poca vergüenza que la caracteriza, le preguntó...
- ¡Oye, socorrista! ¿Cómo te llamas?
- Víctor.
- ¡Si llega a decir Patricio me muero!
Todas miraron a Silvia intentando contener la risa...
- Bueno...- Cortó Carol el ambiente tenso.- Que... Dinos sitios de fiesta para salir por Alicante.
- ¡Ah! Pues... Yo tampoco conozco mucho pero por Alicante podeis ir al Puerto, o al Barrio... Pero las discos del Barrio cierran pronto.
- ¡Vale! Yo se llegar hasta allí.- Dijo Aleyt.
- ¡Gracias!

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- Bueno Ross, ¿qué tal el verano?- Preguntó Aelo con su sonrisa habitual.
- Bien. El Camino de Santiago fue una experiencia única.- Dio un sorbo a su vaso de sidra.
- Te veo muy apagado, ¿qué te pasa?
- Lleva razón Aelo... ¿Es por...?
- Sí Pelayo, es por Vic.
- ¿Pero que nos pasa con esas chicas? ¡Esto es increíble!- Protestó Genaro.
- Bueno lo de Aleyt y Nacho es normal, llevan casi un año juntos.- De repente Pelayo se dio cuenta de lo imprudente de su comentario estando Aelo delante...
- Sí... ¡Pero tú de Sarita me parece que no te has olvidado...! ¿O vuelves a ser un espíritu libre?
- ¡Exacto!- Exclamó Pelayo, satisfecho.
- Bueno Ross... ¿Qué te preocupa de Vic?- Preguntó Aelo.
- ¿Cómo que qué me preocupa? ¡Llevamos sin saber dónde está más de dos meses!
- ¡Pues estará de vacaciones en su casa, como todos!
- No Aelo... Te equivocas. Verás, Vic está...

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- ¡En Verona mamá! ¡Sí! ¡Haced algo!
- Louise por dios vas a dejar sordo al taxista.
Mario y Louise salieron corriendo de la embajada. En el folleto consiguieron leer que Ariel el fotógrafo daba una conferencia en uno de los salones de la Galería.
Querían verle la cara... Y dar aviso a la policía.
- ¡Mamá tienes que ir a la policía y decirlo! ¡Vic puede estar por aquí!

Mario pagó el taxi corriendo mientras Louise ya estaba saltando el primer tramo de escaleras de la Galería.
- Grace.
Y bajó del taxi.
Recorrieron el labertinto de pasillos y llegaron a la sala. Estaba repleta de gente, y de las paredes colgaban las fotografías de Vic.

No muy tarde, una chica presentó a Ariel, el fotógrafo.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

TIRED. CHAPTER IX. VACACIONES.

"El mayor esfuerzo de la amistad no es mostrar nuestros defectos al amigo, sino hacerle ver los suyos".- George Sand.

Ana se levantaba temprano aquella mañana de Agosto. No había dormido nada por los nervios del viaje. Los ojos se le cerraban, pero aún así su corazón latía más deprisa de lo normal. Su madre irrumpió en su habitación apurándola para que se vistiese mientras arrastraba su maleta hacia la puerta de entrada.
Desayunó una taza de café con leche y se dispuso a marchar hacia la estación de Ávila. La próxima semana sería su última semana de vacaciones. Después tendría que ponerse a estudiar como una loca para las recuperaciones.
El tren salió hacia Madrid puntualmente... Y le esperaba una hora y media interminable...

Una situación parecida se vivía en dos ciudades más: León y Aranda de Duero...

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- ¡Louise! ¡Date prisa! ¡Vamos a perder el avión!- Mario se desesperaba con la lentitud de su novia.
- Ya voy, pesado. Ya voy. Si con lo que corres con el coche no te preocupes que llegaremos a tiempo...
Louise se despidió de sus padres y subió, nerviosa, al coche de Mario. Era el primer viaje al extranjero que hacía con él... ¡Y de gratis! Gastos pagados por los padres del chico...

La mañana en Santander era fresca y había algo de niebla. Mientras Mario conducía, Louise apoyó la cabeza en la ventanilla del copiloto y se apenó por no poder estar con las chicas en Alicante. Pero la esperaba una ciudad mágica en Italia... Y con la persona a la que quería.
Miró a Mario de reojo.
Y sonrió.

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- ¡¡¡¡ÉLITEEEEEEEEE!!!!
La voz de Sara retumbó en una estación de Chamartín repletísima de gente que se quedó mirando a la joven que gritaba.
Allí, en una sala de espera de una típica estación de Madrid se reencontraban después de un mes tres amigas que habían compartido experiencias únicas durante un año...
Se abrazaron y se contaron como había ido el verano mientras esperaban al tren que las llevaría a Alicante.

Aleyt iba en el coche con su madre cuando recibió una llamada de Carol.
- ¡Aleyt! ¿Dónde estás?
- De camino a Alicante para recogeros jaja. ¿Y vosotras? ¿No llegabais a las 16.00?
- Sí, sí. Vamos por Almansa city, vaya pueblo guapo que tienes... Jajaja.
- ¡Qué te jodan Cazurra! Jajaja. Bueno enseguida os veo. Idos a la puerta principal de la estación ¿ok?
- ¡Vale! ¡Hasta lueguín!

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El avión despegó puntualmente y sin ningún problema.
- ¿En qué piensas?
- ¿Eh? ¡Ah! Nada...
- Louise... ¿Te pasa algo?
- No, no Mario... Es que los aviones me ponen de los nervios jeje.
- Ven aquí, que conmigo sabes que nunca te va a pasar nada... - Mario la abrazó con cariño y ambos se quedaron durmiendo hasta que la voz de una azafata los despertó.
La chica quería comprobar que tenían los cinturones de seguridad abrochados. En diez minutos aterrizarían en el aeropuerto italiano.
- ¿Sigues pensando en Vic?
- Sí... Y las chicas también...
- Es complicada la situación pero... No podemos hacer nada. Disfruta de las vacaciones conmigo.
Louise esbozó una sonrisa ladeada y se tranquilizó.

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- ¡Carol!
Y Carol no respondía.
- ¡Ana!
Y Ana no respondía.
- ¡Sara!
Y Sara tampoco hacía caso.
Aleyt se estaba dejando la voz desde donde su madre pudo parar el coche, no por mucho tiempo... No podía cruzar en ese momento porque corría el riesgo de ser atropellada... Y perdió los nervios:
- ¡Élite! ¡Putacas! ¡Empanás! ¡Sordas!
Y a esta llamada sí que acudieron.
Rápidamente metieron los bártulos en el coche de Aleyt y subieron en la parte de atrás. Carol no pudo remediar mirar a Aleyt de forma extraña cuando vio la rasta que llevaba en el pelo. Los saludos y besos se los dieron cuando llegaron al apartamento que Aleyt tenía en la playa de San Juan.
Tras descargar el coche subieron al pequeño piso. Las vistas desde el balcón eran preciosas, el mar se divisaba de un azul intenso y la arena se fundía con él. Se instalaron en la habitación de Aleyt Sara y Ana, en la de la madre de Aleyt Carol y Silvia (que llegaría después) y en el sofá-cama dormiría Aleyt.
La madre de Aleyt tenía algo de prisa por irse, así que, mientras esperaban a que Silvia llegase con sus padres fueron a hacer la compra a Mercadona, para no variar. Cuando estaban esperando en la cola para pagar todo lo que habían echado al carrito, a Ana se le iluminaron los ojos y, como hipnotizada, caminó mirando las botellas de tinto de verano...
- Aleyt... ¿Cogemos una para cada una?
- ¿Bebemos hoy?
- ¡Hoy! ¡Y mañana, y pasado!
- Uff...
Ana le guiñó un ojo...
- ¡Venga vale sí!

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La habitación del hotel que escogió Mario era más confortable de lo que parecía en el folleto, justo en la Piazza delle Erbe.
Estaban cansados, y Louise se tumbó en la cama con la cara girada hacia el balcón. La ciudad de Verona se extendía hasta donde la vista no alcanzaba, y estaba deseando callejear por sus plazas, palacios,... ¡Ah! Y visitar el balcón de Romeo y Julieta...
Mario se tumbó a su lado y la rodeó por la cintura. La besó y le susurró al oído:
- No me imagino estar en una ciudad así con una persona que no seas tú, te quiero.
Y entre las sábanas... Pasó lo que tenía que pasar.

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El apartamento de Aleyt era un caos... Mientras Ana, Sara y ella descargaban las bolsas de la compra, Carol acompañó a la madre de Aleyt a recoger a Silvia, a la que habían llevado sus padres. Silvia estaba pasando unos días con su familia en Peñíscola.
Cuando ya estuvieron todas, se pusieron los bikinis y bajaron a la playa con nada más que la toalla, las botellas de tinto... ¡Y las llaves!
Estaba ya anocheciendo y las chicas se dieron un baño. Tras secarse, jugaron a las cartas entre risas y tinto de verano...
Tantas risas y tanto tinto de verano que casi no se podían levantar, e, inteligentes, pensaron que quizá la borrachera se les pasaría con un bañito en el mar.
Parece que la borrachera aumentó cuando se vio volar la primera parte de arriba de uno de los bikinis, y luego la parte de abajo...
- ¡Ana! ¿Qué haces?- Preguntó Carol en un idioma extraño.
- Eeee, probadlo... Desnuda se nada mejor.
- ¡Claaaro! Vosotras que teneis tetas jaja.- Dijo Sara tapándose el pecho.
- ¡Ni tetas ni tetos! ¡Fuera bikinis!- Gritó Silvia.
Aleyt se acercó a Silvia con la botella de tinto de verano.
- ¿Le echamos agua del mar y le decimos a Carol que beba? Jajajaja.

Y así sucedió.

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En el norte de Italia, una situación nada parecida se daba. La pareja cántabra cenaba en un restaurante italiano entre risas y lambrusco. Louise estaba guapísima aquella noche y Mario la miraba con dulzura.
El camarero les dejó la cuenta en la mesa, y junto a ella, un folleto informativo sobre un nuevo museo que habían terminado de restaurar. En él había réplicas exactas de esculturas de Miguel Ángel, Donatello, y un montón de artistas más que encantaban a Louise. También había una exposición de fotos y una sala de restauración.
- Mañana podríamos ir a ver esto...
- Claro que sí. Como tú quieras.
- ¿Nos vamos ya a dormir y mañana nos levantamos temprano?
- ¿No te apetece una copa?
- Mmm... Que sean dos.

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Las cinco amigas llegaban llenas de arena a la urbanización del apartamento. Antes de subir tenían que quitarse la arena en la piscina... Pero ya era muy de noche para andar armando escándalo. "Sigilosamente", o al menos eso intentaron, se metieron al agua. La cosa iba bien hasta que Carol vio en uno de los balcones un cartel de "SE VENDE" y empezó a preguntar a voces al propietario algo obvio: "¡¡¡¡VENDES EL PISO????"
Así rompió Carol el silencio de la noche.

Subieron al apartamento a cenar algo antes de salir, a pesar de que estaba muy cansadas... Y muy borrachas.
Hicieron algo rico y sencillo: pizzas de hacendado. Mientras Ana las preparaba, Aleyt y Carol se sentaron en el balcón.
- Bueno ¿y con Nacho cómo te lo pasaste aquí?- Preguntó Carol.
- Uff... ¿Tú qué crees?
- ¡Todo el día follando no?
- Más o menos... Bueno, haciendo el amor, porque fue bonito, como dice Ana jaja.
- ¡Es que lo mío con Joan fue bonito!- Replicó desde la cocina.
- ¡Hey! Ahora lo cuentas, Aleyt.- Protestó Silvia.- ¿Dónde te lo tiraste?
- Joder tías... Pues... En la playa... Aquí en la ducha, en el sofá, en la cocina...
- ¡TÍA NO ME JODAS!- Dijo Ana soltando la puerta del horno con cara de asco.
Todas las demás se rieron ante el comentario.
- Tranquila que no manchamos nada...- Aclaró Aleyt.
- Gracias por el detalle... - Ana seguía con su cara de asco.
- ¡Ah chicas!- Dijo Silvia desde la habitación.- Yo también tengo que contar...
- A ver...
- Ya no soy virgen.
- ¡Hala! ¿Qué tal con Gerardo?
- No fue con Gerardo.
Aleyt y Carol se miraron con extrañeza.
- Fue con mi ex, que tiene novia. Y Gerardo no sabe nada.

Después de cenar salieron a tomar algo a un chill-out que había en la playa. Les cobraron 7€ por cada selva tropical que se pidieron, o mejor dicho, por cada mojito lleno de hierbajos...
Las sillas del lugar eran muy peculiares. Estaban a ras del suelo y con poco que te movieras se volcaban hacia un lado... Fue muy divertido cuando unos chicos andaluces que tenían al lado le pidieron a Ana que les hiciera una foto y se volcó de la silla al ir a coger la cámara. Bueno, el que le dio la camara también repitió la operación.
No estuvieron mucho más por allí y pronto se fueron a dormir...

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Un rayo de sol iluminó el cuerpo desnudo de Mario. Y despertó a Louise. Ella estaba despeinada, con los ojos entrecerrados, pero sin poder dejar de mirar a su dios griego.
Le dio un tímido beso y le susurró que ya era hora de levantarse. Mario gruñó y Louise empezó a moverlo hasta que se despertó.
Se vistieron, desayunaron y fueron a ver Verona.
El museo recién restaurado estaba a la vuelta de la Piazza delle Erbe, justo donde tenían el hotel. Compraron la entrada para todas las salas y Louise disfrutó más que nunca.
Comenzaron por las réplicas del S.XVI de patricios romanos, y finalizaron por las copias de Miguel Ángel.
Mario no estaba muy entusiasmado con aquello, pero le bastaba con ver los ojos brillantes de felicidad de Louise.

Mientras ella escuchaba la explicación de una restauradora, que hablaba sobre el David de Donatello, Mario se dirigió a una sala anexa, moderna, blanca inmaculada, de la que colgaban enormes lienzos.
Eran fotografías de mujeres de los años 50, o eso parecía... Mujeres ataviadas con collares de perlas, en casas lujosas, con coches de millones de dólares... Mujeres felices.
Y en otra sala, pintada en negro y con cristales rotos colgando, mujeres desnudas echas un ovillo, ensangrentadas, sufriendo... "¡Dios!" se dijo Mario... "parece que sufren de verdad".
Salió de aquella sala con un escalofrío recorriendo su cuerpo... Y se dio cuenta de que la chica de las fotos era la misma en todas ellas...
Y se dio cuenta de que aquella cara le resultaba familiar...
Muy familiar...

- ¡Louise! ¡He encontrado a Vic!