lunes, 13 de septiembre de 2010

TIRED. CHAPTER IX. VACACIONES.

"A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante."- Oscar Wilde.

Volvía a amanecer entre ronquidos y resaca.
Aleyt se despertó por el rayo de sol que la iluminó a través del cristal. Se apresuró a coger su móvil y mirar la hora... "¡Las 3!" Pensó.
- Vaya... Un mensaje multimedia... Una llamada perdida de Nacho, otra de Ross... ¿Ross?- Puso cara de extrañeza.
Abrió el mensaje y no sabía lo que estaba viendo. Ampliar... Sí, "¿Qué es esto?" El mensaje era de Louise...
- ¡Buenos días!- Dijo Carol con su cara de oso dormilón habitual.
- Hola... Oye ven un momento... Y dime ¿qué ves aquí?
- Espera que coja las gafas...
- Es un mensaje multimedia de Louise... Pero se ve un poco mal.
- A ver...
Carol miró, pero tampoco entendía qué quería decirles Louise...
- Pues si no me equivoco la de la foto es...
- ¡Es Vic!
- Sí... Y este tío ¿quién será? Y ¿por qué Louise está ahí? No entiendo nada.
- ¡¡¡Eeeee Élite!!! ¡Vamos arriba! ¡Venga! Tenemos una llamada urgente que hacer antes de irnos de pingo a Benidorm.- Aleyt recibió un almohadonazo de parte de Sara por gritar como una energúmena.
- ¿Qué? ¿Qué pasa?- Ana se dio media vuelta y cerró los ojos.
- ¡Ana! ¡Despierta! ¡Louise ha encontrado a Vic!
Sara casi se deja la cabeza en el techo del saltó que dio desde la cama al oír aquello.
- ¿Qué estáis diciendo?
- Venga, mira esto y dime que esa chica del cuadro o lo que sea no es Vic disfrazada de cosa...- Dijo Aleyt nerviosa.
- Joder, sí que es ella sí...
- ¿Pero dónde coño está Louise para haberte mandado esa foto?- Preguntó Silvia desconcertada.
- Pues llamémosla y nos enteraremos ¿no?

De repente, empezó a vibrar el teléfono de Aleyt...
- ¡Saraaaa! ¿Quieres cogerlooo? ¡Es Pelayo!
- ¿Qu...? ¿Qué?- Sara enrojercía por momentos.- No, no. Cógelo anda que van a colgar.
Aleyt no sabía si había sido el mejor momento para aquella broma.
- ¿Sí?
- ...
- ¡Hola Ross! ¿Qué tal? Sí... Vi tu llamada pero es que estaba un poco indispuesta.
- ...
- Ya, ya... No hace falta que me digas más, yo también he recibido esa foto.
- ...
- No se lo que quiere decir, pero en cuanto sepamos algo os llamamos. ¿Qué tal todo?
- ...
- Ah, sí bien. Nosotras por aquí demasiada fiesta. Ahora creí que me llamaba Pelayo.
- ...
- Bueno pues a ver si encuentras el cargador.
- ...
- Sí dime...
- ...
- ¡Ah! - Las chicas notaron a Aleyt sorprendida.- Vaya pues... Yo no sé qué decir. Ofelia es mi amiga pero es un como un boomerang, viene y va, y no sabes nunca dónde pillarla jaja.
- ...
- ¿Celosa? ¡Sí! ¡Un montón! Jajaja. ¿Por qué iba a estar celosa? ¿Estáis tontos o qué?
- ...
- Bueno eso es cosa de Nacho ¿no?
- ...
- ¿Nacho? Trabajando en la residencia. Pero creo que va a ser la última vez que vaya por allí. Bueno Ross pasadlo bien y luego te llamo, hablamos más tarde, ciao.

- ¿Y bien?
- Nada. Me llamó ayer porque había recibido la fotografía. Pensaba que Louise y nosotras habíamos hablado ya.
- ¿Y qué te ha dicho de Ofelia?- Preguntó Silvia.
- ¡Ah! Eso... Que se va a vivir con ellos.
- ¡Qué fuerte!- Exclamó Sara.
- Dime que no te han preguntado si estás celosa de Nacho y ella...- Dijo Carol con cara de circunstancia.
- Pues... Sí. Bueno, ¡menos mal que sé lo que pasó entre ellos dos! Porque si no a saber que podría llegar a pensar yo... Jajaja.
- Te lo podía haber dicho ella...
- Bueno Silvia, no es cosa mía... Me lo dices como si yo viviese allí y yo en sus asuntos ni pincho ni corto... Ni quiero.
- Vale, vale.- Silvia dio un sorbo al vaso de leche que tenía entre las manos.

- Creo que ha llegado el momento de saber qué está pasando.- Ana marcó el número de Louise.

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Mario y Louise estaban sentados en una plaza frente al Duomo de Verona.
Los dos seguían en estado de shock... Tantas emociones juntas les habían afectado. Habían visto como un hombre, que había secuestrado a su amiga, se había volado la cabeza delante de ellos sin dar la más mínima pista sobre el paradero de Vic...

- Me da mucha pena que el viaje haya salido de esta forma, Louise...- Mario se lamentó. Y les hubiera gustado poder cambiar los billetes de vuelta a España para hoy.
- No me puedo creer que ese hijo de perra haya hecho esto... Ahora sí que no sabemos si Vic está viva o muerta... - Louise se abrazó a Mario y lloraba.
De repente, el móvil de Louise comenzó a sonar.
- Será mejor que conteste yo...- Dijo Mario.
- No, no. Da igual. ¡Mira! Es Ana... ¿Sí?
- ¡Louise! ¿¡Dónde estáis!? ¿Qué ha pasado? La foto... ¿La de la foto es Vic no?
Louise se agobió y tuvo que pasarle el teléfono a Mario.
- ¿Ana?
- Sí... Hola Mario.
- Perdona, es que Louise no se encuentra bien. Ayer fue un día muy duro... Te explico despacio.
- ¿Qué tal estáis?
- Confusos... Bueno, vereis chicas, os hago un resumen que seguro que tenéis ganas de escuchar... El otro día llegamos a Verona, y cenando pues nos dieron un panfleto con una exposición sobre restauración y tal y cual... Hasta ahí todo bien. El caso es que fuimos a esto y yo pues me cambié de sala mientras Louise escuchaba un coñazo de explicación, y había una exposición de fotos del tío que secuestró a Vic. La chica de las fotos era ella y fui corriendo a decírselo a Louise.
- No me lo puedo creer...- A Ana le temblaba la voz.
- No imaginas la angustia que me dio al ver las fotos... El caso es que fuimos a la Embajada española aquí en Verona para explicarles lo que courrió y que dieran aviso a la policía o algo, pero nos ignoraron. No nos creían. Louise llamó a su madre, y a vosotras, y a Ross... Bueno la cosa quedó en que el tipo este daba una conferencia y fuimos. Y allí estaba. Yo fui estúpido, le pregunté algo que... Ni siquiera me acuerdo, pero es que tenía ganas de estrangularlo... No tenía que haberle dicho nada, porque se dio cuenta de que nosotros sabíamos algo de lo de Vic. Acto seguido vino un poli a decirnos que ya habían dado la voz de alarma y que Ariel el fotógrafo no tenía escapatoria. Pero cuando el tipo se iba a ir y vio que la policía lo perseguía... ¡Tía! ¡Sacó una pistola y se pegó un tiro!
- ¿Quéeeeee?
Las chicas no podían creerse lo que oían...
- Pobres... Irse de vacaciones y ver eso...- Dijo Silvia con un hilito de voz.
- Shhhh
- Pues lo que oís... Ahora estamos a expensas de que nos den un billete y volvamos a España pronto. Ya repetiremos el viaje en otra ocasión. Pero... De Vic no sabemos nada.
- Chicos, no sabemos qué decir... Esperemos que Vic aparezca pronto.
- Sinceramente chicas... No estoy seguro. No se dónde puede estar...
- Gracias Mario. Dile a Louise que se tranquilice y llamadnos cuando lleguéis ¿vale?
- Claro. Pasadlo bien y no os rayéis con esto. Ya os contamos si hay novedades. Adiós...
- Ciao Mario.
Ana colgó a pesar de que el pulso se le aceleraba por momentos...

Aleyt estaba en la otra punta del salón marcando el número de teléfono de Ross.

No se oía nada, la casa estaba en silencio y las chicas, sentadas con los bikinis puestos, no tenían fuerza para levantarse. Sólo se escuchaba la voz débil de Aleyt...

- Aleyt... Yo sé que Vic está viva.

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Creía que había muerto...
O que todo había sido un sueño...

Hacía tiempo que no veía la luz del sol... Y tenía ganas de vivir.
Intentó incorporarse, pero le dolía todo el cuerpo. Sobre todo la cabeza.
Tenía el pelo húmedo... Y la boca tapada con precinto. Lo arrancó y emitió un gemido de dolor.

Vic se arrastró como pudo hacia donde veía entrar ese mínimo rayo de sol que le estaba devolviendo la esperanza.
Sus recuerdos y sus pensamientos eran un caos. Pero lo primero era salir de allí y luego organizar sus ideas.

Se asomó por los finos cantos del suelo de madera y vio desde arriba algo que le resultó familiar: focos, una cámara, colillas por el suelo y una cinta policial rodeaba todo...
Recordó aquella trágica tarde en casa de Ariel... La tiró al suelo y el golpe en la cabeza la dejó inconsciente. Pero ahora se sentía con fuerzas para escapar. Sentada cabía perfectamente en aquel claustrofóbico espacio del techo... Y empezó a golpear con sus piernas el suelo de fina madera carcomida...
"Cederá... En algún momento cederá"
Y fue costoso... Muy costoso. Pero cedió todo el techo y Vic cayó al suelo hecha un ovillo.
El estruendo la sacó definitivamente de su letargo. Había estado más de un mes allí... Y lo que no se explicaba es cómo pudo sobrevivir... Sin comer y sin beber.

Se levantó poco a poco, y encontró el estudio de Ariel revuelto, lleno de polvo por la caída del techo... Ahora tenía que salir de allí. Recordaba el pasillo Hollywoodiano y la puerta.
Lo atravesó lo más rápido que pudo, cojeando... Y en su camino encontró un espejo en la pared.
Ni siquiera se reconoció...
Estaba en los huesos, pálida, tenía los labios morados, Ariel le había cortado el pelo como a un chico y a trasquilones, no sabía por qué; los brazos llenos de cortes sucios y todavía sangrantes... Tenías que salir de allí e ir al hospital, o encontrar a alguien que quisiese ayudarla...

Bajó las escaleras y se encontró en el Pasaje Gutiérrez, pero no había un alma... Debían de ser las siete o las ocho de la mañana.
Salió a la calle y el aire fresco le dio un soplo de vida... Pero al dar dos pasos se desmayó.

Y al cabo de unas horas abrió los ojos y vio el rostro de su madre.

Había vuelto a nacer.

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