jueves, 24 de junio de 2010

TIRED. FIN PRIMERA TEMPORADA.

No ha terminado todavía. Faltan algunas cosas por desvelar, pero no os impacienteis. Todo a su tiempo =)...

¡¡¡FELIZ VERANO!!!

miércoles, 23 de junio de 2010

TIRED. CHAPTER VIII. TODAVIA NO HA LLEGADO EL FINAL.

Los dioses nos envidian. Cada momento que vivimos podría ser el último. Nunca volveremos a estar aquí, pero todavía no ha llegado el final. - Aquiles.

La noche de San Juan había sido de coma etílico. A las 14.00, Aleyt bajó a la habitación de Carol para despertarla a comer.
- ¡Vamos marmota! ¡Que hoy se va Silvia y nos tenemos que despedir!
- ¡¡¡Voy!!!
Carol salió con todos los pelos en la cara y sonrió a Aleyt con una mueca resacosa.
- Y mañana el examen de historia... ¡Yo me muero!- Se quejó Carol.
- Anda vamos.
Después de comer, todas fueron al pasillo del 5º, donde estaban los padres de Silvia terminando de recoger las cosas de la chica. Ella lloraba. Le daba pena tener que irse a casa y separarse de sus amigas.
- Os voy a echar mucho de menos.- Dijo entre sollozos.
- Anda no seas tonta que solo son dos meses y ya.
Se aseguraron de que sus padres se hubieran ido y le preguntaron que qué tal con Gerardo...
- Bien. Bueno ya nos veremos en septiembre porque yo trabajo y no podemos vernos.
- Que penita. A mí Nacho sí me vendrá a ver en verano.
Silvia seguía llorando.
Se alejó en el coche de sus padres entre lágrimas y diciendo adiós con la mano.
- Bueno, tú y yo vamos a estudiar historia que mañana por fin terminamos.
- ¡Qué pereza!- Exclamó Carol estirándose.
- Por cierto Vic, ¿qué tal la cena con Ross?
- La hemos dejado para mañana. Nos venía mejor a los dos. Cuando termine con Ariel nos veremos.
- Ah bien.
- ¿Y tú anoche con Xoel?
- ¡Iría bien! Porque no se despegaron ni 5 minutos. Y a cual más borracho de los dos... Jjaja.- Comentó Ana.
- ¡Jooo! Que lo voy a echar mucho de menos...
- Bueno vosotros sí que os vereis.
- Supongo...

- ¡No sé qué coño llevarme, Nacho!- Decía Genaro.
- Pues échate un bañador, algo de ropa así arreglada y poco más. ¡Qué solo vamos dos días!- Dijo Nacho ya poniéndose de los nervios.
Estaban preparando sus maletas para irse a la ciudad de Aleyt, a la fiesta que su madre daba en verano todos los años en la casa del campo.
- ¡Vaya par! Aún la madre de Aleyt os echa de su casa jaja.
- ¡A tí que te da envidia, Nur!- Le contestó Pelayo.
- Uf, la verdad es que sí... Piscina... Sol... ¡Me quiero ir a la playa!
- Ya te queda menos, hija.- Animó Nacho.
Ross entró por la puerta. Estaba nervioso porque dentro de muy poco presentaba su proyecto de fin de carrera.
- Hola.
- ¡Hola!
- ¿Qué haceis?
- ¡La maleta! ¡Mañana nos vamos a ver tías buenas por el sur!- Informó Genaro.
- Ui sí... Jajaja.
- ¿Qué tal con Vic?
- Bien. Hemos quedado al final mañana para cenar. Su padre vendrá un día más tarde a por ella.
- Ah bueno. Mejor. Así tú también has terminado.
- Sí... He quedado en que me llamará cuando termine de la sesión de fotos.

Al día siguiente, Carol y Aleyt iban de los nervios al examen de Historia. Su último examen del curso.
Duró cuatro interminables horas y las manos ya no les daban para más. Además, el calor era insoportable.
Aleyt terminó antes que Carol y se dirigió al hotel Roma a buscar a su madre que había venido a recogerla.
Tomaron un café y, ya tarde, fueron a la residencia a meter al coche la maleta con las cosas de Aleyt para que esa noche ya durmiese en el hotel con su madre.
Tras cenar, Carol, Gerardo y ella quedaron para despedirse y tomar algo. Carol también se marchaba al día siguiente.
Aquello se alargó un poco y Aleyt llegó algo tarde a dormir. Le dio mucha pena despedirse de sus dos amigos.

Por la mañana temprano, Aleyt abandonaba la ciudad en la que había estado un año entero. Un año lleno de emociones, gente nueva, experiencias increíbles que nunca iba a olvidar.
Con ella se marcharon Genaro y Nacho, a los que la madre de Aleyt había invitado a la fiesta del verano. Los cuatro se fueron en el coche sin saber los problemas que tendrían más tarde...

Vic se dirigió por la tarde al estudio de Ariel. Aquel día terminaría la mitad del trabajo.
Ariel estaba diferente... Más serio, pero seguía tratándola como a una reina.
- A ver querida, pone por ahí, donde está el foco verde... Sí, sí ahí. Perfecto.
Los flashes impactaban en la cara de Vic suavemente, pero la luz cada vez se hizo más violenta y Ariel no dijo nada en toda la sesión.

Debía se ser tarde.
Ya era de noche y aquellos eran los días más largos del año. Vic empezó a preocuparse por Ross, porque la muchacha tenía el móvil apagado. Ariel la obligaba a hacerlo mientras estuviesen trabajando.
- Ariel... Me tengo que ir ya. Estoy muy cansada y he quedado para cenar con un amigo. Mañana me voy a casa.
Ariel la miró de una forma extraña.
- Por esa misma razón tenemos que terminar hoy, cielo...
- Ya pero llevamos casi cinco horas sin parar...
- ¿Quieres dejarlo? ¿Quieres que vuelva a ser un fotógrafo fracasado? Sí... Eso es lo que todos quereis...
- Claro que no... Pero entiéndeme, tengo vida social.
- Te equivocas... Una modelo no tiene vida social. Tiene que cumplir con lo que se le exige. No me decepciones Victoria... No lo hagas...
Ariel cambió a un tono de voz mucho más agresivo.
- Nos queda la última parte... La más especial... La más excitante.
Vic lo miró extrañada.
- Desnúdate por favor.- Dijo el fotógrafo mientras se encendía un cigarrillo.
- Me niego en rotundo, Ariel. Lo siento.
Ariel la miró como si fuera a fulminarla con los ojos.
- ¡¿Que te niegas?!- Gritó.
- Oye mira no me grites. Lo siento mucho. Yo quería seguir pero no puedo hacer más. Me voy.
Vic cogió sus cosas y, mientras se dirigía a la puerta, rebuscaba en su bolso.
- ¿Buscas esto?
Vic se dio la vuelta y vio su móvil en manos de aquel hombre bipolar.
- ¿A qué juegas Ariel?
- No... A nada.- Dijo con una sonrisa maliciosa.
Vic empezó a temblar como una hoja y el miedo se apoderó terriblemente de ella.
Se dio la vuelta y corrió por el pasillo hollywoodiano hasta la puerta.
Pero ésta estaba herméticamente cerrada.
Notó las frías manos de Ariel obligándola a retroceder.

Lágrimas... Y un grito ahogado retumbaron en aquel triste y solitario estudio.

Ross estaba en casa. Cincuenta y tres llamadas a Vic... Y siempre saltaba lo mismo... "Información gratuita de orange..."
"¿Por qué me torturas así Vic...?"
Y lo pensó mejor. Decidió olvidarse de ella para siempre. Le estaba haciendo daño. Mucho daño.
Pero lo que no se le ocurrió imaginar era que Vic estaba deseando abalanzarse sobre él.

Aleyt, Genaro y Nacho se lo estaban pasando en grande en la fiesta de casa de la muchacha. Genaro congenió muy bien con los amigos de Aleyt y con su familia.
Nacho ya dio en navidades ese paso.
Genaro estaba bebiendo una copa junto con Momo mientras bailaban de forma ridícula para reirse. Aleyt y Nacho bebían otra copa y estaban sentados hablando de cosas varias con la abuela de la chica.
- ¡Aleyt!
Su madre la llamó con una expresión seria.
- ¿Qué pasa, mami?
- Di a Genaro y a Nacho que vengan...
- ¿Qué pasa? ¿Han hecho algo malo?
- No, no... Quiero hablar con los tres.
Obedecieron y entraron a la casa donde nadie los molestase.
- Bien... Me acaba de llamar la policía.
- ¿Para?
- El lunes teneis que ir a Valladolid. Os quieren hacer unas preguntas. Saben que vosotros dos estais aquí. El asunto es serio... se trata de...

Carol paseaba tranquilamente por su madre por León.
La tarde compras había sido agotadora.
Se respiraba un aire fresco y Carol estaba muy a gusto en aquella ciudad.
Pero echaba de menos a Xoel, y a Aleyt, a Ana, a Silvia, a Vic...
"¡¡¡¿Vic?!!!
De repente la sangre se le heló. Paró delante de una farola...
Y leyó un cartel que rezaba...
"DESAPARECIDA. VISTA POR ÚLTIMA VEZ EN VALLADOLID EL 1 DE JULIO DE 2010"
El móvil de la madre de Carol sonó. Contestó e informó a su hija de que era la policía.

La foto que acompañaba a ese texto, era la de su amiga Vic.

martes, 22 de junio de 2010

TIRED. CHAPTER VIII. TODAVIA NO HA LLEGADO EL FINAL.

Cuidado con la tristeza, es un vicio.- Gustave Flaubert.

Louise terminaba de empaquetar su última caja. Había metido en ellas todos los libros, posters, tazas... Y regalos. Algunas cosas las trajo a principio de curso, y volvían a irse. Otras las había ido recibiendo a lo largo del año, normalmente por gente que la quería.
Silvia asomó la cabeza por la puerta. Mario también estaba allí, ayudando a la muchacha con sus cosas.
No quiso molestar y se encontró a Aleyt por el pasillo del 5º.
- Vaya... Una que se va.- Suspiró Silvia melancólicamente.
- Bueno... Sólo son dos meses y poco más.- Sonrió Aleyt intentando animarla.
- Yo es que no tengo ganas de ir a casa, Aleyt. Os voy a echar mucho de menos.
- Vaya... Y yo también a vosotras. Yo tampoco tengo ganas de irme pero ¡es veranito!
- Ya... Jo que pena que se acabe.
Aleyt la miró extrañada. Le dio un abrazo y le dijo: "¿Acabarse? Esto no se acaba... Es... como... Una peli de Antena3. Solo es una pausa publicitaria. Larga, sí, pero un descanso nada más. Dentro de nada estaremos otra vez aquí dándolo todo."
Silvia dejó escapar una lágrima. Le gustaban las metáforas de Aleyt y siempre le pedía consejo a ella.
Ana llegó al pasillo quejándose porque la directora la había llamado a su despacho.
- ¿Y qué quería?
- Bueno. En un principio quería saber si mi hermana quiere quedarse en el 5º al año que viene. Yo lo prefiero. Y después ha empezado con sus preguntas... Jajaja, la he engañado como a una boba. Me dice que si mis padres van a misa... Y le he dicho que sí, todos los domingos jajaja. Y me dice que a mis padres los ve muy unidos... Y yo pensando... Si esta supiera que llevan seis años divorciados... Jaja.
- ¿No lo saben las monjas?- Preguntó Aleyt.
- Creo que no. A ver mis padres se llevan genial y cuando me trajeron iban juntos. No se les ocurrió a las monjitas hacerles una pregunta indiscreta. Jaja.
- Ya claro. Raro en ellas... Jajaja.
- Me voy que he quedado con Joan para desperdirme. Se va hoy a Burgos.
- Ohh, que pena. ¿Y no ha habido tema?
- No... ¡Me cachis! Jajaja.

De repente Vic salió corriendo de su habitación. Se cruzó con las chicas y dijo un sofocado "¡Adiós!"
- ¿Dónde va tan rápido?
- Con el marica supongo jaja.
- ¿Quién?
- Ah. Es que se nos ha hecho modelo.
Aleyt contó rápidamente a Ana lo del fotógrafo. Ana se quedó muy extrañada.

- ¿Me vas a echar de menos?- Preguntaba Carol a Xoel mientras se vestían.
- ¡Vaya pregunta! Claro que sí...
- Jajaja, vale, vale.
- ¿Vienes a vernos al ensayo?
- No puedo... Tengo que estudiar MAC... Y tú deberías hacer lo mismo jaja.
- Ya te digo...
Salieron de casa de Xoel y Leyre los esperó con el coche. La relación sentimental entre ellos había terminado, pero seguían siendo muy buenos amigos. A Carol le encantaba juntarse con ella.
Leyre acercó a Carol a Labouré y Xoel se fue a ensayar con su grupo.
Quedaron para despedirse la noche de San Juan en Valladolid.

Miraba por la ventana con el teléfono en la mano... y pensaba "¿dónde estás?"...
- ¡Ross! ¡Hey, Ross!
Pelayo le dio un golpe en la espalda para que saliese de su empanada.
- Eh... ah... Dime.
- ¿Qué te pasa? Llevo dos horas hablándote y no me contestas...
- Perdona Pelayo. Estaba pensando en Vic. No se donde está. Hace días que no se de ella.
- Yo no se qué nos pasa con ese grupo... De Labouré tenían que ser.
- ¿Por qué lo dices? ¿Por Sara?
- Sara, Vic, Aleyt... Sara tampoco me da señales de vida. Imagino que esté de exámenes y... No se.
- Le preguntaré a Aleyt por Vic si la veo por aquí.
Sonó el timbre.
- Pues tu duda se va a resolver pronto jaja.- Dijo Pelayo.
Genaro se precipitó a abrirle la puerta a la muchacha.
- ¡Hola Genaro! ¿Qué tal?- Aleyt saludó tan simpática como siempre.
Se acercaron Ross y Pelayo al pasillo a saludarla y comenzaron con la conversación banal típica en ese pasillo.
Nacho también hizo su aparición medio dormido.
- Oye Aleyt... ¿Sabes algo de Vic?- Preguntó Ross enseguida.
- ¿De Vic?
Aleyt miró con extrañeza a Ross. "¿Para qué quiere saber algo de Vic...?" Aleyt no sabía si contarle lo del fotógrafo...
- Pues no se que lío lleva con un chico que le está haciendo unas fotos... O algo así. Estará en ello porque la última vez que la ví iba corriendo que llegaba tarde a un sitio. Seguramente sería allí.
- ¿Un fotógrafo?- Preguntó Pelayo.
- Sí... No se... Ariel nosequé se llama. Vive por el Paseo Gutiérrez creo.
Todos se quedaron pensativos. Y Ross empezó a preocuparse. "¿Vic modelo?" A él le gustaba, pero no la veía como una modelo. Vic era diferente...

En el estudio de Ariel Vic estaba disfrutando como una enana.
Empezaron con la sesión de fotos "¿La mujer liberada?", y Vic posaba a lo Freddy Mercury en el videoclip de "I want to break free". Se estaban riendo muchísimo y las fotos quedaban preciosas.
"Tiene talento, mucho talento" pensó Vic. Y también se preguntaba cuál había sido la razón de su desgracia...
- De verdad querida, ¡estás divine! Juntos vamos a arrasar en Madrid. Porque tendrás que venir conmigo a la presentación.- Sugirió Ariel sin dejar de echarle fotos.
- Jajaja, claro Ariel. Por cierto, me gustaría traer a una amiga para que me viese posar así...
- ¡No!- Gritó Ariel rotundamente.
Vic se quedó paralizada por unos segundos...
- Quiero decir... Es mejor que sea sorpresa. Es que, cariño, no me gusta estar rodeado de gente. Esta es mi forma de trabajar ¿comprendes?
Vic asintió. Y continuaron con la sesión.
La chica empezó a desconfiar de Ariel... Y el hombre lo había notado.

Las chicas se despidieron de Louise y quedaron en verse cuando fueran a ver a Aleyt a Alicante.
- Bueno, ¡que os den! ¡Ya es verano! jajaja.- Bromeó Louise.
- ¡Zorrón! ¡Te vamos a echar de la Élite!
- ¡Ya! ¡Yo soy la jefa! ¡Y esto no es una democracia! Jajajaja.
- Te voy a dar un golpe de Estado... - Dijo Aleyt.
- ¡A-T-R-E-V-E-T-E! jajaja.
Y Louise subió al coche deseando pisar la fina arena de la playa de Laredo junto a Mario, el sol acariciándole su piel dorada y respirar el aire puro de las montañas cántabras.
Vic llegó otra vez corriendo, justo a tiempo para despedirse de Louise a través de la ventanilla del coche.
S.A. fue a buscarla para decirle que Ross la estaba esperando en portería.
- ¿Qué haces aquí?- Dijo Vic secamente.
- No me coges el teléfono... No me llamas... ¿Qué te pasa conmigo?
- Nada Ross. De verdad estoy muy ocupada y no puedo quedar. No me pasa nada. De hecho, me gustaría verte más, pero no puedo...
- Ya claro... ¿Exámenes?
- Exacto...
- ¿Fotos?
Vic se quedó quieta pensando la pregunta y atravesó la mirada de Ross.
- ¿Cómo lo sabes?
- Lo se.
- ¿Aleyt?
- Sí. Estaba preocupado. No me dijo más que eso. Vic no te fíes por favor.
- Tú no conoces a Ariel. Es un buen tipo. Raro, pero bueno. Anda Ross, no te preocupes por mí, estoy bien.- Vic había suavizado el tono, sonrió y se despidió de Ross. Le prometió quedar con él al día siguiente para cenar y despedirse.

Como Silvia, marchaba dentro de tres días.

Sara quedó con Pelayo por fin. Pero solo le dio media hora. Tenía que regresar pronto a cenar y a meter todas sus cosas en cajas.
Iba a echarlo de menos. La noche que pasaron juntos nunca iba a olvidarla. Y su perfume tampoco.
- Bueno... Te deseo que te vaya muy bien por Asturias.
- ¿Me llamarás cuando vayas?
- Jajaja, solo espero no tardar otros seis años en pisar por allí.
- Yo espero lo mismo.
Se miraron...
- Te voy a echar mucho de menos Sara. Me da mucha pena que hayas aparecido en este último año... Porque, creo que has sido la primera chica, no que me ha gustado, sino de la que me he enamorado. Pero si estoy contigo quiero tenerte cerca, y eso no puede ser.
- Perdóname por haber desparecido así estos días. Pero ha sido mejor así. Si hubiéramos seguido viéndonos de otra forma... Ahora estaríamos más destrozados.
- Sí... Tienes razón. Te deseo mucha suerte.
- Y yo a ti. Confío en que serás un gran arquitecto
- Y tú una gran médico.
Se volvieron a mirar. Y esta vez por fin se dejaron arrastrar por sus instintos y no por deber. Se besaron por última vez. Y Sara liberó una lágrima. Sólo una.
Pelayo se fue para casa, y cuando se estaba alejando de ella...
- ¡Pelayo!- Gritó Sara, parada.
El chico se giró.
- No te olvides de mí...
La miró con una sonrisa.
- Tú siempre viajarás conmigo.

Y despareció.

lunes, 21 de junio de 2010

TIRED. CHAPTER VII. TODO SE COMPLICA.

Lo malo de la ignorancia es que va adquiriendo confianza a medida que se prolonga.- Friedrich Nietzsche.

Vic estuvo mucho tiempo pensándose qué hacer con la proposición de Ariel, el fotógrafo de Badoo.
No le inspiraba demasiada confianza, pero accedió a ir a casa del artista a la hora convenida.
La chica estaba nerviosa y, mientras caminaba por La Antigua, pensaba en la cantidad de chicas inocentes a las que habían secuestrado o les había pasado algo por aventurarse de la misma forma que iba ella a hacerlo. Estuvo a punto de darse la vuelta y olvidar aquello. Pero le daba pena Ariel. No todo el mundo era malo, y aquel hombre no había tenido suerte en su vida profesional.
Llegó a la entrada del Pasaje Gutiérrez y encontró el portal que Ariel le había indicado. Llamó y le abrieron la puerta sin contestar.
Subió al segundo piso por las escaleras y se encontró una puerta abierta.
Aquella casa le pareció tan extraña, tan hollywoodiana...
El pasillo de entrada estaba decorado con cantidad de fotografías de chicas estilo "Pin-Up", aunque un poco baratas, y en blanco y negro.
Solo destacaban en ellas unos labios rojos como la sangre.
Al final se abría un gran espacio lleno de focos viejos, cámaras, sillas de director, colillas, papeles y recortes de revistas por el suelo.
- ¿Victoria?
- Ho... Hola Ariel.
El hombre era un tipo extraño. Bohemio. Vestía una camisa de flores pequeñas rosas y de fondo amarillo pardo, un chaleco hajado marrón de cuero, unos vaqueros desgastados y rotos por la rodilla y un foulard al cuello estilo palestino pero más fashion.
Llevaba unas gafas ray-ban marrones y el pelo canoso recogido en una coleta. Era de pequeña estatura y muy delgado, y sus ojos arrugados destellaban amabilidad. Llevaba un cigarro en la mano y miraba a Vic de arriba a abajo.
- Mucho mejor que por el Badoo, ¿qué tal?- Dijo el personaje con una sonrisa.
- Gracias... Muy nerviosa jaja.- Vic se sonrojaba por momentos.
- Oh no te preocupes, cielo. Deja tus cosas por donde puedas. Esto es un desastre, y siéntate aquí.
El gato que ocupaba un lado del sofá saltó y dejó sitio a Vic.
- Eres justo lo que buscaba para mis nuevas fotografías. Una chica sencilla, aparentemente frágil pero con mirada de mujer dura.
- ¿Y de qué trata exactamente tu nueva exposición?
- Es una oportunidad nueva... Cuando terminé la carrera de Audiovisual me marché a Madrid. Monté un estudio de fotografía profesional y enseñé a muchos jóvenes a manejar una cámara. Por él pasaron algunos personajes famosos como... Joaquín Sabina, Anabel Alonso o Pedro Almodóvar. Pero la vida da muchas vueltas y gasté todo el dinero que yo tenía en algo irreal... que no me apetece recordar.- Ariel se frotó los ojos y mostró a Vic las fotos de los personajes que había nombrado.- Un buen amigo, el único que me queda, tiene una galería para exposiciones y sólo me va a dar una oportunidad. Y cuando te vi pensé... Es ella.
- A mí me da un poco de reparo. Nunca he hecho algo así.
- No te preocupes, pronto sabrás que puedes confiar en mí. ¿Has hablado con alguien de esto?
Vic se extrañó ante la pregunta.
- Creo que no...
- Mejor. Las modelos a veces no sirven y se desilusionan... Y luego tengo que aguantar comentarios de sus amigos, padres, madres... En fin... ¡Pero empecemos ya!- Ariel dio una palmada y se levantó de un salto.

Aleyt y Nacho regresaban a Valladolid más enamorados que nunca. Durmieron, o al menos lo intentaron, en casa de la chica en Almansa, solos. Lloraron, rieron, hicieron el amor, recordaron la primera vez que se encontraron... Todo, todo lo bueno que la vida se les había regalado en ese tiempo que llevaban juntos.
Llegaron a la ciudad castellana y Nacho acompañó a Aleyt a Labouré. La chica se iba a quedar allí estudiando y, si le daba tiempo, volvería a ver a su chico más tarde.
Al subir al 5º, se encontró con todas sus amigas, excepto con Vic.
Estuvieron largo rato escuchando el relato de Aleyt.
- Y nada... Todo se ha solucionado.- Aleyt esbozó una sonrisa enorme.
- Snif... ¡Qué bonito!
- Ya está llorando la tonta del bote...- Dijo Carol dirigiéndose a Silvia.
- Bueno pues nada, tú misma, yo creo que no le perdonaría.- Añadió Louise.- ¡Mañana me voy para mi casa!
- Qué suerte... Bueno... ¿Y vosotras qué tal con vuestros respectivos? jaja.
- Carol con Xoel todo el día follando, y Silvia y Gerardo todo el día paseando jajaja.- Respondió Louise ante la mirada de mosqueo de sus amigas.
- Sí, sí. Ana cuentale lo tuyo... ¡Eso sí que es fuerte!- Añadió Sara.
- ¡Ah! Bueno es una chorrada... Jajaja.
- Ui esa risilla...
- Llevo algunos días quedando con Joan, el amigo de Xoel.
- ¡Hala! ¡Qué fuerte!- A Aleyt se le pusieron los ojos como platos.- ¿Y eso?
- Se lo presenté el otro día.- Explicó Sara.
- ¿Y qué tal?
- Bueno... De momento muy bien, pero ya nada porque él se va para casa la semana que viene y yo... también.
Aleyt le preguntó a Sara que qué tal con Pelayo. Le comentó que había recibido mensajes del chico pero no se atrevía a contestarle. Además, estaba muy agobiada con los exámenes.

Por casa de Nacho pasaba algo parecido. Genaro estaba ya atacado de los nervios y acribilló a Nacho a preguntas nada más entrar por la puerta.
El muchacho, cansado, les contó algo, pero no todo. No tenía ganas de hablar más del tema.
- Te veo contento, Nacho.- Le dijo Nur dándole un abrazo.
- Sí. Podía haber salido todo mal...
- Que no hombre... Aleyt es muy buena y ya sabíamos que iba a entenderlo todo.
- ¿Y con Aelo... qué?- Preguntó tímidamente Pelayo.
- Con Aelo nada. Si algún día quedais con ella o algo, que va a venir o lo que sea, avisadme que me iré ¿vale?
- ... Sí, sí.
Los chicos nunca habían visto a Nacho tan serio.
- Por cierto Genaro, ¿te vienes la semana que viene a la fiesta de la madre de Aleyt?
- ¡Claro que sí! Si no voy yo, ¡no hay fiesta! jaja.
- ¡Qué tonto estás, Gen! jajaja.
- Bueno... ¿Y tú con Vic qué eh pillín?- Preguntó Genaro a Ross.
- Pues la estoy llamando y no me coge el teléfono... No se donde se ha metido. Y en Labouré tampoco está.
- ¡Huye de ti!- Bromeó Nur.

Vic posaba una y otra vez para Ariel. Al extraño hombre le encantaba cómo lo hacía. Se ponía seria, y daba miedo, y si sonreía transmitía una alegría sorprendente.
Solo estaban de prueba. Con la sesión en serio empezarían los próximos días.
Vic iba maquillada en tonos negros y grises, con los labios rojos. Llevaba puesto un vestido negro estilo globo con palabra de honor, unos guantes altos negros y seis collares de perlas. Nunca se había visto tan extraña... Y lo mejor de todo era que se sentía la más guapa del mundo.
Ya empezaban a cansarle los flashes y le pidió a Ariel que siguieran otro día. Además, se le hacía tarde para llegar a la residencia a cenar.
Ariel la dejó marchar a regañadientes y quedaron al día siguiente para empezar con la sesión cuyo tema sería "¿la mujer liberada?"
"¡Qué original...!" pensó Vic con ironía.
Se despidieron, y Vic notó cómo los ojos del fotógrafo se clavaban en su nuca.

Aleyt volvía de nuevo a la residencia a cenar. Se encontró con Vic por el camino y ésta estuvo contándole su experiencia con el fotógrafo.
- Pero... ¿Es de fiar?
- Yo creo que sí. Vive en el Pasaje Gutiérrez. Es un marica fracasado, pero muy simpático.
- Bueno, lleva cuidado jaja.
De repente, se toparon con una persona a la que Aleyt estaba deseando cruzarse... Aelo.
- Hola Aleyt.- La saludó Aelo bajando la mirada.
- Aleyt... Creo que voy tirando para la resi ¿vale?
- Sí Vic, ahora voy.
Aleyt miró con odio a Aelo.
- ¿Qué quieres?
- Siento mucho todo lo que pasó...
- Mira, mejor déjame en paz porque de lo que tengo ganas ahora es de arruinarte la vida.
- Aleyt de verdad no se como pasó... yo...
- Déjame que te diga como pasó. Eres mala Aelo, más mala que un dolor de muelas... Te has quedado sola porque no sabes a quien destrozarle la vida. Nacho era tu amigo, un amigo al que utilizabas cuando te daba la gana y al que manipulabas, pero da la casualidad de que él se encontró conmigo y tú, al ver que éramos felices y ya no te hacía tanto caso, decidiste vengarte. Y sabías que solo podías hacerlo así. No te quiero ver nunca cerca de Nacho, ¿me oyes? Y le va a costar mucho que vuelva a confiar en él, pero lo he perdonado. Y sabe que si lo veo cerca de ti me va a perder esta vez para siempre. Si quieres a Nacho, ya sabes lo que tienes que hacer...
- De verdad que lo siento Aleyt...
- Pues si lo sientes, déjanos en paz. Adiós Aelo.

Aleyt se alejó habiéndose quitado por fin un peso de encima... Y aún así, sintió pena por Aelo.

Bueno, seguidores frikis de Tired... Tengo que informaros de que el jueves termino de escribir la Primera Temporada de esta serie jaja.
En septiembre estaremos de vuelta, pero necesito un respiro.
Gracias por haberlo seguido, seguramente sin vuestras peticiones se hubiera quedado a medio. =).

domingo, 20 de junio de 2010

TIRED. CHAPTER VII. TODO SE COMPLICA.


Las lágrimas no piden perdón, lo merecen.- Guillermo de Ockam.


Aleyt salió de su casa una mañana ya calurosa, de las que le gustaban a ella en el mes de mayo. Se dirigió a casa de su abuela y, tras saludarla, cogió su bici azul y pedaleó hasta la parte alta del pueblo, siguió por el polígono industrial, y se desvió por un camino con una señal que rezaba "Viveros Floresta". Hacía mucho tiempo que no visitaba los viveros de la abuela de Momo.

Estaban en un lugar privilegiado y siempre se dijo que sus jardines eran los más bonitos de Almansa.

Apareció frente a ella la puerta de hierro negro, y llamó al timbre. No se hizo esperar la reacción de Carmen, la madre de Momo, que se alegró mucho de verla por allí.

Indicó a Aleyt donde estaba Momo, pues aquellos parajes donde ella había pasado horas y horas cuando era pequeña habían cambiado mucho.

- ... sigue por el camino de piedras y, al pasar los cuatro primeros viveros, donde las plantaciones de margaritas, está Momo. No se qué hace. ¿Todo bien, Aleyt?

- Sí Carmen, gracias.

- Si necesitais algo me llamais, estaré aquí toda la mañana.

- Vale, gracias otra vez.

Aleyt siguió las indicaciones de Carmen y pasó los cuatro viveros. El aire que se respiraba era puro y fresco, y los enormes pinos daban una sombra increíble. A lo lejos distinguió el moño de Momo, que se perdía en la espesura de los campos de margaritas.

La rimbombante Momo, con su bata blanca mancha de pintura, su pelo mal recogido y su ropa estrambótica, miró de reojo a su amiga, que se acercaba lentamente. Y Momo sabía que algo malo había pasado...

- Que extraño verte por aquí...- Dijo Momo sin despegar la mirada de su lienzo. Estaba muy entretenida pintando algo y a Aleyt no le gustaba molestarla en esas ocasiones.

- ¿Qué dibujas, pequeña flor?- Preguntó Aleyt cariñosamente a su amiga del alma.

- Tu estado de ánimo...- Ahora sí despegó la mirada del lienzo. Dejó la paleta y el pincel, y le dio un fuerte abrazo a Aleyt.- Vi tu mensaje... No puedo creerlo Aleyt, ¿cómo estás?

- Digamos que habrá que superarlo, pero se me hace imposible no pensar en Nacho. Se me clava su mirada una y otra vez, y una y otra vez...

- Bueno... A mí también me ha dejado Coco.

- ¿Qué? ¿En serio?

- Sí... Lo ha hecho. No quiere volver a verme.

- ¿Y eso?

- ¡Qué más da! Has venido a hablar de lo tuyo Aleyt. Lo mío no tiene solución... Lo tuyo sí.

- Ah no Momo, nunca lo voy a perdonar. De hecho... Me he planteado cambiar de ciudad.

- ¿Que no lo vas a perdonar? Valiente estupidez Aleyt...

- ¿Momo? Pero ¿cómo quieres que lo perdone? ¿Sabes el daño que me ha hecho? Y lo hizo con la persona que peor me cae de todo Valladolid...

- Nacho... Me ha llamado esta mañana.

- ¿Qué? ¿Y que te ha dicho?

Momo explicó a Aleyt todo lo que el muchacho le había dicho. No sabe por qué, pero lo creía... Sabía que no lo hizo porque sintiera nada por Aelo. Fue una tonta confusión.


Aelo estaba mal, no estaba contenta ni con su vida, ni consigo misma, y lo único que la hacía feliz era hacer daño a los que estaban a su alrededor. Nunca le gustó Nacho, pero sabía que Aleyt se lo había arrebatado. Antes, Nacho, y los demás, estaban para su disposición cuando ella quería, ahora no. Y conociendo a Aleyt lo poco que la conocía, sabía que solo podría apartarla del lado de Nacho de aquella cruel forma. Pero todo le había salido mal... Nacho no quería volver a verla.

- Bueno Aleyt, ¿quieres unos hierbajos como dices tú? Para calmarte te vendrá bien.

- ¿Ahora?

- E... Sí, sí, ahora.

Aleyt vio de repente nerviosa a su amiga, que desapareció entre los viveros hacia la casa de su abuela, en la otra parte de la parcela.


Nacho avanzó por donde le había indicado la madre de Momo.

Casualidades de la vida...

Llegó a Almansa y trató de encontrar la casa de Aleyt. Se acordaba a duras pena de cómo llegar, pero se encontró con su "suegra" que salía de una farmacia.

- Alejandra...

- ¿Nacho? ¿Qué haces aquí?- Dijo la madre de Aleyt, extrañadísima, dándole un par de besos.

- Estoy buscando a Aleyt, necesito hablar con ella...

- ¿Ha pasado algo?

Nacho no le contó toda la verdad a Alejandra. Ella solo pensó que se habían enfadado, pero un enfado tonto. Y Nacho le siguió la corriente.

Lo llevó hasta donde se encontraba Aleyt, en los Viveros Floresta. Y Nacho le dio las gracias por las molestias.

Alejandra se alejó confusa de allí, pero se le olvidó a los cinco minutos.


Poco a poco se acercaba a Aleyt.

Ella estaba sentada de espaldas, mostrando su melena rizada. Ni el perfume más puro de todas las flores que había en aquel lugar pudieron competir con el que desprendía Aleyt. A Nacho le llegó hasta lo más profundo de su corazón, y este comenzó a latir más y más fuerte.

Se le hizo un nudo en la garganta.

- No se cómo pedirte perdón...

Aleyt se giró sobresaltada y se quedó boquiabierta cuando vio allí a Nacho.

Nacho... El chico del que estaba locamente enamorada, y el chico que más daño le había hecho en toda su vida...

- ¿Qué haces aquí?- Aleyt clavó sus ojos verdes en los de Nacho para que él se diera cuenta del profundo sufrimiento que le estaba causando, pero él vio en esos ojos el amor de Aleyt hacia él. Nunca pudo hacerse la dura...

- Yo... Aleyt. Necesito que me escuches. Lo siento.

- ¿Crees que por venir aquí y decirme que lo sientes se van a arreglar las cosas?- Aleyt miró hacia la nada mientras hablaba.- Tú eres el causante de que yo esté aquí... Tú me has engañado, me has traicionado. Y lo peor es que lo sabía. Desde que conocí a esa arpía lo supe. Y no te lo dije por respeto hacia ti, porque era tu amiga y nunca quise ponerte en su contra, pero ¿te paraste a pensar alguna vez cómo me sentía yo cuando no paraba de pincharme mientras estaba contigo? No... De eso nunca te dabas cuenta. Al igual que no te diste cuenta el día que yo estaba mal y apareció ella y salí llorando de tu casa... No... De eso nunca te percataste. Pues a veces una relación se trata de eso, de empatizar con la otra persona, de saber en cada momento lo que siente y lo que piensa. Pero para eso se necesita otro grado de atención o preocupación. Cuando tú estás mal yo lo se. ¿Qué crees?¿Que no me doy cuenta de que estás fatal? ¿Que te sientes culpable por lo que me has hecho? Lo sé, claro que lo sé... Y también sé que me quieres y que por eso estás aquí.- Aleyt paró y se echó a llorar. Nacho intentó tocarla, pero ella se apartó.

Momo divisaba la escena con los dedos cruzados... Deseaba que aquello se arreglase. Entendía a Aleyt, pero también a Nacho.


- Aleyt, necesito que me escuches... Eres la primera chica que se fija en mí, la primera que ve eso que tú dices: lo que pienso, lo que quiero, lo que deseo... Pero para mí también está siendo difícil porque soy muy extraño. Llevas razón. No me preocupo por tí lo suficiente, estoy más pendiente del trabajo que de lo demás y tengo miedo de intentar hacer lo que quiero.

Pero tú me dijiste una vez que no soy un cobarde. Casi te pierdo para siempre Aleyt, porque cuando Ofelia y Sara me sugirieron que viniese me pareció una locura, no iba a hacerlo, pero pronto me di cuenta de que tú jamás volverías a mí... Esta vez... Tenía que ser yo. Eres lo que más quiero en este mundo, mi vida ha cambiado desde que apareciste aquella noche. Sí... Aquella noche las estrellas brillaban de otra forma, mi respiración era más tranquila, y solo había cruzado dos palabras contigo. Me transmites paz en una vida de guerra... Llevabas razón en todo. El objetivo de Aelo era apartarte de mi lado, y no supo como hacerlo salvo así... Lo intentó poniéndote en compromisos del tipo meterse con tus amigas para que tú saltases y yo saliera en su defensa, pero te comportaste como una persona adulta e inteligente... Cosa que ella me ha demostrado que nunca ha sido. No me quito culpa. Yo la besé igual que ella a mí... Pero pronto aparecieron en mi mente tus ojos, esos ojos que me miran con sinceridad, esos ojos de los que me enamoré aquella mañana en la desembocadura del Esgueva... Los ojos que me hacen volverme loco... Agarré a Aelo y le dije...

...

- ¡Aelo!... Por Dios, ¿a qué juegas?- Nacho rememoró aquella escena.

- Deja a Aleyt... Y ven conmigo. Quiero tenerte conmigo siempre Nacho.

- ¡Estás loca! ¿Sabes que nos han visto dos personas que nos conocen a mí y a Aleyt?

- Mejor, así te ahorras el mal trago de tener que decirselo tú.

- Te lo voy a decir una vez... No más. No quiero volver a verte en mi vida Aelo, déjame en paz. Para mí has muerto. Quiero a Aleyt, y por tí ya no siento ni un ápice de cariño.

- Lo vas a tener difícil. Eres el recepcionista de mi "casa"...- Aelo se alejó guiñándole un ojo y con una sonrisa maliciosa.

"¡Pero... ¿qué coño he hecho?!"- Pensó Nacho.


Nacho terminó de contarle a Aleyt lo sucedido. La expresión de odio de la chica se convirtió en dolor, e, increíblemente, en comprensión...

- Quiero otra oportunidad Aleyt. Todos cometemos errores y... yo solo puedo decirte que... Te quiero con todo mi corazón. Y aquí te lo demuestro.- Le mostró un papel arrugado y escrito a lápiz.- Desde el primer día que te besé... Empecé con ella.

Era una canción. En ella estaban plasmados los sentimientos más puros, profundos y sinceros de aquel chico que parecía tan tímido, tan misterioso y tan extraño.

De repente, Aleyt se dio cuenta de algo...

Había dejado su amada tierra porque nunca la había hecho feliz, aunque a pesar de aquello siempre le hacía ilusión volver a contemplar sus rojos campos...

Pero Valladolid era su nueva vida... Las chicas: Vic, Carol, Louise, Sara, Silvia y Ana eran sus nuevas confidentes, sus nuevas amigas, y no quería separarse de ellas nunca, y Nacho era el único chico que la había amado.

Ningún otro se había atrevido a hacerlo...

¿Por qué no iba a perdonarlo?

Sus lágrimas mojaron el papel que tenía entre las manos, y las de Nacho la acompañaron. Él le cogió la mano y se la besó, pero Aleyt lo que quería era que besase sus labios. Y lo consiguió. Momo empezó a aplaudir en la lejanía de los viveros subida en su almendro floreado preferido.La pareja rió.

Nacho se apartó un poco y cortó una enorme amapola que crecía en un lado del campo y se la dió a Aleyt. La muchacha sonrió. Le encantaban aquellas flores.

- No creo que le importe a Momo...

- Sólo te voy a pedir una cosa, Nacho...

- Lo que sea, mi nena.

- Quiero que dejes de ver a Aelo para siempre.

- Eso está ya hecho.

- Claro. Pero eso implica que dejes de trabajar en ese lugar...

Y Aleyt nunca había hablado más en serio.


A 510 kilómetros de la villa manchega, un grupo de jóvenes que se autodenominaban la Élite, estaban a punto de devorarse las uñas. Sabían que Nacho había ido en busca de Aleyt, pero no sabían nada más. Louise estaba histérica.

- ¡Si lo perdona le voy a montar un pollo...!

- Bueno... Está claro que lo va a perdonar. Pero yo a la Aelo puta esa le sacaba los ojos y la tiraba por una alcantarilla llena de ácido.- Sentenció la sutil Carol.

- Pues yo lo tiraba detrás a él.

- ¡Estás tú para hablar, Louise! Ejem...- Le dijo Sara recordándole su resbalón.

- Bueno... Por lo menos él ha sido más valiente y se lo ha contado. ¡Pero porque Aleyt se iba a haber enterado igual!

- Eso no lo sabemos. Yo quiero que lo perdone. Hacían una pareja bonita. Eso sí, de ella le montaba un cisco a la Aelo... ¡Que le iba a faltar ciudad para correr!- Añadió Silvia.

- La culpa es igual de Nacho que de Aelo...- Dijo Vic.

- Bueno chicas, nosotras nos vamos a la biblioteca.- Informó Ana apremiando a Sara.

- Luego nos vemos.


Sara y Ana estuvieron toda la tarde en la biblioteca estudiando y con el tiempo en su contra. Al final, estaban cansadísimas, y decidieron ir a tomarse un respiro a una cafetería cercana.

Al entrar, no había sitio en las mesas, por lo que se sentaron en los taburetes altos de la barra. Se les acercó el camarero, y a Sara le resultó familiar aquella voz. Era Joan.

- ¡Hombre! Al final "tomaremos algo" juntos... jaja.- Dijo Joan dando dos besos a Sara.

- ¿Qué haces ahí, Joan?

- Pues trabajando hija... ¿Qué quereis?

Sara pidió un café y Ana... Ana estaba ensimismada mirando a aquel camarero de enormes ojos azules.

- ¿Ana?

- Eh... Ah... Otro de lo mismo.

- ¿Dos cafés entonces?- Preguntó Joan mirando descaradamente a Ana.

- Sí.- Respondió Sara.

Joan llevó deprisa los cafés y se unió a la conversación de las dos chicas.

- ¿No me presentas a tu amiga?

- Ah sí perdona. Ana-Joan, Joan-Ana. Vive conmigo en la residencia.

- Encantadísimo, Ana.

- Lo mismo digo...- Dijo Ana con un suspiro y una estúpida sonrisa. "¡Ay qué bien!", pensó.

Charlaron animadamente durante un largo rato.

Joan tuvo que dejarlas un momento para atender a otros clientes.

- Está buenísimo. ¿De dónde lo has sacado?- Preguntó Ana.

- Lo conocimos Aleyt y yo a la vez que a Xoel. Es su mejor amigo.

- Ah... Madre mía me voy a aficionar a los cafés de aquí jaja.

Joan volvió.

- Disculpadme chicas, ¿por dónde ibamos?- Y volvió a clavar sus preciosos ojazos azules en Ana.

- Nada... Estabamos hablando de Xoel...

- Ah sí. Se nos ha comprometido jajaja.

- Sí, con una amiga nuestra.- Informó Ana.

- ¿Carol es amiga vuestra?

- Sí, sí. De nuestra resi. Va con nosotras siempre. Lo extraño es que no esté por aquí.- Dijo Sara.

- Mmmm... Me imagino donde estarán jajaja. Aún no la conozco.- Dijo Joan.

- Es muy buena chica.

Hablaron durante otro largo rato. Ana y Joan se miraban tímidamente, de reojo. Y llegó la hora de irse.

- Bueno Joan, nos veremos por aquí más veces.- Dijo Sara.

- Trabajo de lunes a jueves de cuatro de la tarde a diez de la noche. Así que, venid cuando querais. Si es todos los días, mejor jaja.

- Adiós.- Dió dos besos a Sara y... cuando se los dio a Ana, le pasó bajo manga un papelito con su número de teléfono.

Ana se quedó muda... Y feliz.

sábado, 19 de junio de 2010

TIRED. CHAPTER VII. TODO SE COMPLICA.

Adoraba esa sensación… llegar temprano a la ribera del Pisuerga y verla tranquila, limpia, silenciosa, notar el frío en su piel y, conforme comenzaba a correr sentir la sangre recorrer todos sus músculos… Ofelia se ató las zapatillas, respiró hondo y comenzó su carrera.

Necesitaba salir todos los días a correr, aunque tan solo fuesen unos veinte minutos, para despejar su mente y organizarse las ideas… algo que necesitaba desde hace unos días.

Desde su encuentro con Manuel algo dentro de ella había cambiado y le inquietaba. Aquella noche loca le encantó, nunca había disfrutado tanto con su cuerpo. ¿Pero cómo? ¿Cómo aquella chica educada en un estricto ambiente patriarcal, en el cual NUNCA se hablaba de sexo y este era visto como un tabú, aquella chica con unos férreos valores católicos, había podido dejarse llevar de aquella manera?

Seguramente el hecho de terminarme media botella de Möet, pesar 49 kilos y no estar acostumbrada a beber había influido… pensó. No obstante, le inquietaba, ¿estaría volviéndose una lujuriosa patológica? Deja de pensar chorradas…

Lo que a Ofelia le sorprendía no era sólo eso, sino su actitud pasada aquella noche. Estaba tranquila y feliz, su conciencia no se inmutaba, al contrario se sentía libre, como si las cadenas que le ataban, se hubiesen roto y por fin le dejasen respirar. Estaba deseando volver a ver a Manuel y repetir aquel encuentro… Realmente, sabía cómo tratar a las chicas, hacerles sentir especiales, se entregaba para que disfrutasen al máximo, y, sin embargo, era un auténtico Don Juan… nunca permitía que ninguna mujer adquiriera confianza con él, y eso hacía que cualquiera que fuese un poco enamoradiza, cayese en un círculo vicioso y enfermizo para conseguir su atención y cuidados, esa atención desmesurada, que hacía de Manuel un hombre irresistible, sin contar con lo bien que olía o su enorme… sonrisa.

Mientras que esperaba en el andén, a que el tren procedente de Hendaya apareciese a lo lejos, Nacho no paraba de pensar en Aleyt. No sabía cómo iba a dirigirse a ella, repasaba mentalmente una y otra vez qué decir cuando la viese. Comenzaba el discurso una y otra vez, y una y otra vez se arrepentía, no le gustaba. Quizá, si le dijese que realmente él no quería, si le dijese que todo había sido un error, si le dijese… en su mente infinidad de excusas se repetían una y otra vez.

El ave paró y las puertas se abrieron, absorto en sus pensamientos Nacho subió al vagón, lo recorrió y se dejo caer en el asiento. ¿Cómo podía haber sucedido? Estiró las piernas.

Fue culpa de Aelo, sí, fue ella, ella fue la que se abalanzó contra mí y sin darme tiempo a reaccionar me besó…Dos chicos de unos diecisiete años se sentaron detrás de él.

No seas injusto Nacho, pensó inmediatamente, no te engañes para limpiar tu conciencia, no cargues a Aelo con la responsabilidad de algo que hicisteis los dos… Tú, tampoco te apartaste y eso no es justo… Nacho seguía sin entenderlo, ¿cómo me pudo suceder? Si quiero a Aleyt más que a nada en el mundo… Es cierto que Aelo es una de mis mejores amigas pero… yo no soy así, no me dejo llevar por simples instintos básicos, y Aelo la verdad es, que no era para tanto, ella no era como Aleyt.

Miró por la ventana observando el pinar a lo lejos y como los campos de Castilla aparecían frente a sus ojos, aún le quedaban 4 horas de viaje por delante… cuatro horas para pensar cómo presentarse frente a Aleyt y pedirle perdón.

La verdad es, que con Manuel todo era fácil y cómodo en la cama... no le importó cuando con su lengua recorría todo su cuerpo lentamente mientras le acariciaba suavemente… Tampoco le molestó cuando la empotraba una y otra vez contra la pared, mientras le susurraba al oído lo mucho que le gustaba escuchar sus gemidos o cómo la mantenía en el aire con sus fuertes y musculosos brazos, mientras no paraba de lamer sus pechos. Según recordaba aquellos momentos, escenas de ambos cuerpos desnudos le venían a la mente…

El pitido del Polar sacó a Ofelia de sus pensamientos, éste le indicaba que las pulsaciones pasaban de 185, o había aumentado la frecuencia de la zancada o su mente le estaba jugando una mala pasada. Giró a la izquierda y cruzó el puente colgante.

Aleyt… suspiró su nombre. El ave redujo su velocidad y poco a poco entraba en Madrid. Nacho se recostó sobre su asiento y sin quererlo escuchó la conversación de los dos jóvenes pasajeros que llevaba detrás, una pareja de unos diecisiete años que recién terminada la prueba de acceso a la universidad, se iban a Alicante a pasar unos días en la playa. ¡Qué tiempos! recordó. Aún podía sentir en su estómago los nervios previos al entrar en el aula de derecho penal, con su DNI en mano, preparado para hacer el examen de filosofía, nada más ni nada menos que cinco años atrás… Nacho pensó en todo el cambio que había dado su vida y reflexionó sobre su estado actual, ¿realmente su vida llevaba el rumbo que él quería? ¿Era él el dueño de su destino? ¿O se estaba dejando llevar? De repente en su cabeza apareció intensamente Aleyt, su sonrisa cariñosa, sus abrazos efusivos, sus miradas tiernas, SÚ Aleyt sincera… y, Nacho sufrió.

Le dolía, le dolía tanto pensar que había herido a una de las personas que más quería en este mundo, se puso en su lugar y sintió el dolor que Aleyt estaría experimentando en ese momento, Oh Dios! No soportaba la idea de que pudiera llorar por su culpa… él, que se prometió protegerla y consolarla frente a todo lo que le amenazase, ahora era, la causa de su desgracia… se sentía insignificante y miserable, por hacerle sentir mal…y Nacho lloró.

Faltaban 2 kilómetros para la residencia y Ofelia comenzó a pensar en Arturo. Estaba asombradísima con su reacción, porque aunque quería a Arturo por encima de todo no consideraba que pudiese importarle, sin embargo no quería que se enterase. Cobarde… pensó. Tienes miedo a que si se entera se enfade contigo y puedas perder a uno de los mejores chicos que existen en la tierra… le decía su mente ¡mentira! Tienes miedo a que te juzgue, a que no sepa comprender algo que tú ves natural, tienes miedo a que lo que tú representas no le guste… Al fin y al cabo perdonar una “infidelidad” lo hace todo el mundo, lo que no se puede hacer es cambiar la forma de percibirlo… Ofelia se asustó.

Lo que para ella había sido un simple experimento vital, conocerse, saber cómo iba a actuar frente a esa situación, aprender cosas nuevas sobre alguien con muchísima experiencia, algo totalmente natural, aceptable y incluso necesario para aprender en estas edades, para Arturo era totalmente repudiable… El problema es algo mucho mayor que una simple infidelidad…Es un problema de base, en la forma de pensar, nuestra filosofía de vida.

Esto tendremos que hablarlo. Y comenzó a bordear la rivera del Esgueva.

Tras quince largos minutos de un llanto silencioso y arrepentido, Nacho lo comprendió todo. No tenía que seguir buscando formas de excusar su comportamiento, lo hizo mal y lo sabía, también sabía que no se iba a volver a repetir nunca porque él no pensaba así. Nacho decidió presentarse ante Aleyt tal y cómo él era, sin tapujos, con la verdad por delante y decidido a soportar todo lo que le viniese encima. Nacho se irguió en su asiento y miró por la ventana. La Gineta… faltan siete kilómetros para Albacete, lugar dónde después de una manzanilla, cogería un autobús hacia Almansa. Ya faltaba poco, ya quedaba menos tiempo y camino para ver a su querida Aleyt, sin embargo, a diferencia de su situación al comienzo del viaje, Nacho ahora estaba tranquilo, se sentía decidido y valiente, estaba deseando ver a Aleyt…

El ordenador avisó a Vic de que un mensaje llegaba a su bandeja de entrada del Badoo, una red social que acababa de hacerse para conocer gente nueva, la verdad es que había sido una tontería infundida por las locuras del grupo, pero como a veces se aburría no le había parecido mal. Vic miró el mensaje, y divertida se sonrió al comprobar que era su nuevo amigo Ariel, por fin alguien que no quería ni “follar” ni “liarse sin compromiso”, Badoo es la típica red social en la cual la gente sólo busca eso, o al menos esa fama tenía…

Ariel era un artista fracasado gay de unos 47 años que trabajaba de camarero en un bar con bastante fama en Valladolid, Ariel estaba empeñado en resurgir en el mundo artístico y para ello estaba preparando una exposición de fotos, Vic, se había interesado por él y ahora Ariel estaba empeñadísimo en quedar con ella y hacer de ella su “modelo” y “musa”, la verdad es, que a Vic eso le hacía mucha gracia y en el fondo le agradaba, nunca nadie le había tomado por una modelo… ella consideraba que no estaba mal, pero ¿una modelo?

En el mensaje Ariel le pedía que se acercase a su “estudio”, que realmente era una habitación alquilada en una de las casas del Pasaje Gutierrez, a eso de las 5 para hacerle una sesión de fotos. La verdad es que le daba algo de reparo y no se atrevía, no conocía a Ariel de nada, solo del Badoo, ¿y si le estaba engañando?

Respiró hondo, se dejo llevar y ¿qué coño? ACEPTÓ…


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Hoy artista invitado: Tess

viernes, 18 de junio de 2010

TIRED. CHAPTER VII. TODO SE COMPLICA. Capítulo Especial.


Al principio todos los pensamientos pertenecen al amor. Después el amor pertenece a los sentimientos.- Albert Einstein.

Carol caminaba sola por la Plaza Mayor. Iba pensando en Xoel...
Definitivamente... Se había enamorado. No pudo evitarlo.
Pensaba también en los diversos desengaños amorosos que había sufrido a lo largo de su adolescencia. Eso la había marcado a fuego y por ello juró no volver a enamorarse nunca más.
Xoel no le gustó a primera vista y nunca le pareció su tipo. Pero la trataba como a una reina. Le decía cosas preciosas y le prometía el cielo bajo las sábanas. En fin, los ratos con aquel chico, que en un principio era un completo desconocido compañero de clase, habían llenado los huecos de su vacía existencia.
Le dolió profundamente que Xoel le dijese que tenía novia. Lo de Leyre no le importaba demasiado porque aquella relación iba a terminar pronto. No podía seguir. Ella estaba casada y con un niño a su cargo. Además, adoraba a Leyre.
No se lo pensó, dio media vuelta, y volvió a coger un autobús que la llevase a Parquesol.

Caminó rápido hasta llegar a casa de Xoel. Llamó a la puerta y el chico le abrió, sorprendiéndose al ver a Carol de nuevo allí.
- ¿Pasa algo?- Preguntó Xoel extrañado.
Carol lo miró a los ojos... Cristalinos por las lágrimas que estaban a punto de emanar.
Se había enamorado.
- Yo... Xoel... Yo...- Balbuceó Carol.
- ¿Qué te ocurre, mi...?- Xoel se paró en seco.
Se miraron. Xoel se dio cuenta del sentimiento que encerraban el corazón y los ojos de Carol.
Y no le importó...
- ¿Me quieres decir que... Me quieres?
Carol se lanzó a sus labios y Xoel la abrazó con todas sus fuerzas.
- Sí Xoel... Sí...
- Pues... Lo mismo te digo Carol. ¿Te creíste lo de que tenía novia? ¿Por eso te fuiste de tan mala gana de aquí?
- ¡Me mentiste?- Dijo Carol apartándose.
- Quería asegurarme de todo antes de decirte que te quiero. Que te amo con todas mis fuerzas. Que solo quiero estar contigo y en este momento no ronda nada más por mi cabeza que no seas tú.
Carol se emocionó.
- De hecho me estaba vistiendo para ir a Labouré a secuestrarte.
- ¿En serio?
- Nunca he hablado más en serio Carol... ¿Quieres intentarlo?
- Sí, quiero.
Y lo sellaron con un beso eterno.

Silvia estaba emocionada.
Por fin habían salido de los labios de Gerardo las dos palabras que deseaba con todas sus fuerzas que le dijese.
Le susurró un "te quiero"... profundo y sincero.
Caminaban juntos de la mano por... No sabían donde. Solo sabían que se estaban encontrando el uno al otro, y les gustaba formar aquella pareja.
- Gerardo, ¿crees que estamos haciendo bien?
- ¿A qué viene esa pregunta? Bueno vale que yo no soy perfecto, ni muy guapo, ni muy profundo pero...
- Jajaja, no me refiero a eso. Quiero decir... ¿No es pronto para empezar la relación?
- ¿Y quién decide cuándo es el momento? Ahora lo que me apetece es estar contigo, y decirle a todo el mundo que estoy con una chica maravillosa a la que quiero.
- ¿En serio?- Silvia lo miró poniéndole ojitos.
- Claro. Si no... No estaría aquí, agarrado a ti.
- Me encanta como eres. Nunca pensé que nadie me diría estas cosas.
- Creeme... Nunca pensé que podría decir a nadie estas cosas.
Y siguieron caminando hasta que se perdieron en la lejanía de la ciudad castellana.

Louise y Mario iban en el coche del chico. Les encantaba salir y perderse por Cantabria.
Disfrutaban de la compañía mutua y en cualquier rincón arbolado... Paraban el coche y se entragaban el uno al otro de la forma más perfecta que puede hacerlo un ser humano.
- Te quiero...- Susurró Louise al oído de Mario.
- ¿Y yo a ti no?
- Sí. Lo se.
Y se besaron.
La relación entre ellos iba cada vez mejor. Sus familias se llevaban de maravilla y no ponían ninguna pega.
- ¿Te conté lo de Aleyt?
- No... ¿Qué le pasa?
- Nacho le puso los cuernos con una.
- Hostia... ¿Vaya cabronazo no?
Louise se quedó un momento pensativa. Intentó ponerse en el lugar de su amiga y se dio cuenta de que el dolor que estaría sintiendo sería insoportable.
S e aferró al cuello de Mario y comenzó a sollozar.
- ¡Hey, hey! ¿Qué te ocurre?
- ¿Tú serías capaz de hacerme eso?
- ¿Tú me crees capaz, Louise?
- Espero que no.
- No Louise... No sería capaz, ¿y tú?
- No...
El "no" que salió por su boca le dolió en lo más profundo de su corazón pues... Ya lo había hecho.

¿Existe el amor?
Dedicado con cariño a E,C y O. Si las paredes de la sala de estudio hablasen...

jueves, 17 de junio de 2010

TIRED. CHAPTER VII. TODO SE COMPLICA.

Las enemistades ocultas y silenciosas, son peores que las abiertas y declaradas.- Cicerón.

Aleyt llegó a la estación de su ciudad. Había tenido mucha suerte al poder coger un tren que fuese directo de Valladolid hasta allí. Las cuatro horas y media se hicieron interminables.
La chica se colocó sus gafas de sol y lloró hasta que no le quedaron lágrimas. Delante de su familia tenía que estar bien, y debía de buscar alguna razón por la cual había vuelto a casa ese día. No tenía pensado regresar hasta la comunión de su prima pequeña.
Llegó a su casa y llamó al timbre, esperando que su madre le abriese. Nadie contestó.
"Ya se ha quedado dormida en el sofá", pensó. Y volvió a llamar.
- ¿Sí?
- Mamá... Soy Aleyt.
- ... ¡¿Hija?!
- ¡Abre!
Aleyt subió a su casa y le dio un abrazo a su madre.
- ¡Pero cariño ¿qué haces aquí?!- Dijo sin parar de darle besos. La echaba mucho de menos.
- ¡Sorpresa!- Contestó Aleyt sin mucha alegría.
- ¿Has cenado?
- No. Ahora me hago algo si hay.
- Claro, ve a la nevera y hazte cualquier cosa. Pero no me puedo creer que hayas venido sin avisar. ¿No habrás venido en autobús desde Albacete?
- ¡Qué va! Cogí el tren que paraba aquí. Tuve suerte. Me apetecía estar unos días en casa y veros.
- Y yo que me alegro.
- Mamá, ¿tengo la bici en casa de la abuela? Es que Momo ha venido de Valencia y estará en los viveros. Me apetece ir allí mañana y saludarla.
- Pues sí. Debe de estar allí la bici.
- Vale.
Y Aleyt se sentó en el sofá haciendo un esfuerzo sobrehumano por no soltar ni una lágrima más.

- ¡Que se ha pirado!- Gritó Carol irrumpiendo en la habitación de Ana.
- Ya... Eso me han dicho... Pobre.
- Bueno mejor. Que se distraiga unos días y mientras nosotras matamos a Aelo y a Nacho jaja.
- ¡Que burra eres! jaja.
- He quedado con Xoel. - Dijo Carol con una sonrisilla estúpida.
- ¡Hala! A darle al tema... ¡Hay que ver! jajaja.
- Luego te cuento.- Carol le guiñó un ojo y salió de la habitación.
Bajó por las escaleras para dirigirse a la parada del bus e ir a casa de Xoel.
Pensó por un momento en Johnny, pero no se acordaba de nada. Sabía que él le había contado lo que vio y que se liaron. "Creo que me gusta más Xoel para un rato".
Cuando llegó abajo, se topó con Nacho en portería.
- Carol...
- ¿Tú qué haces aquí? Si buscas a Aleyt que sepas que se ha ido para Almansa.
- ¿Qué?
Carol no respondió y, sin detenerse, salió de Labouré.
Después bajó Ofelia acompañada de Sara. Iban a la facultad, y también se encontraron con Nacho.
No sabían qué decirle.
- Nacho...- Dijo Ofelia mirándo sus ojos rojos por las lágrimas.
- Hola Ofe.
- ¿Hablamos?- Le preguntó Ofelia con una sonrisilla. Sara también se apuntó.
Salieron de la residencia y poco a poco avanzaron en dirección a la facultad de Medicina.
- No se como pude hacerlo Ofe... Me confundió. Nos empezamos a liar pero la aparté rápido. Yo no siento nada por Aelo, y, sinceramente, ella por mí tampoco. No se cómo ha podido hacerlo ella.
- ¿Has hablado con Aelo?
- Después de aquello le dije que nunca más se acercase a mí. No quiero saber nada de ella.
- ¿Y qué fue lo que te dijo Aleyt cuando se lo contaste?
- No dijo nada... Se fue... Llorando. Simplemente se fue.
- Aleyt dice que nunca perdonaría algo así. Pero yo la veo capaz de perdonar, Nacho. La conozco. Creo que lo que le duele más es que la engañases con Aelo. No la soportaba.- Añadió Sara.
- No se qué hacer...
Ofelia se quedó pensativa...
- Ve a Almansa. Si la quieres de verdad, lo harás. Y enséñale esa canción que le compusiste para que te crea. Búscala Nacho.
Nacho no se paró a pensar ni un minuto.
Al poco, estaba en la estación de RENFE cogiendo un billete.

Carol llegó a casa de Xoel tras un largo recorrido en el bus urbano. Llamó al timbre del inmueble y se encontró con su imagen preferida.
El chico le abrió la puerta con la toalla a la cintura y el cuerpo aún mojado. No se digeron ni hola.
Xoel la cogió de la cintura y la arrastró a sus labios mientras sonaba de fondo música Jazz.
A Carol empezó a arderle todo el cuerpo y empujó a Xoel hasta el sofá. Se sentó encima de él y Xoel comenzó a desabrocharle la camisa, y los pantalones, hasta dejarla en ropa interior.
Carol sonrió y se volvieron a fundir en besos y caricias hasta que una ola de pasión les hizo estallar de placer. No sabían si reír o llorar...
Tras tomarse un respiro, Xoel comenzó a hablarle a Carol mientras la abrazaba.
- Tengo que dejar lo que tengo con Leyre, tía.
- ¿Por qué?
- Porque su marido ya sospecha algo, y yo no quiero líos de ese tipo. Además, me hace falta el trabajo en su taberna.
- Entiendo. Pero te daba morbo tirártela jaja.
- También me da mucho morbo hacerlo contigo.
- Jajaja, pero no es lo mismo.
- ¿Y a ti? ¿Te da morbo tirarte a un tío que tiene pareja?
Carol se quedó mirando a Xoel extrañada
- Porque lo estás haciendo.- Dijo Xoel.

Ágatha estaba en el piso con Genaro, Nur y Ross. La pusieron al día de los últimos acontecimientos. Le impresionó aquello. No se llevaba ahora demasiado bien con Aelo, pero nunca la creyó capaz de algo así. ¿Y a Nacho? A Nacho muchísimo menos...
- Bueno... Dejando esta conversación para más tarde, yo venía a deciros algo...- Dijo Ágatha.
- Dinos.
- Mirad, yo os aprecio mucho, y se que estais pasando un mal trago porque os pedí quedarme al año que viene en la habitación de Pelayo y no os hace mucha gracia.
- Pe...
- Déjame seguir Genaro. No me importa. Se que soy una persona muy difícil para la convivencia. Al principio cuando me di cuenta me molestó bastante, pero he pensado que prefiero seguir teniendo una buena relación con vosotros que acabar tirándonos de los pelos. He hablado con unas amigas de la residencia y prefiero irme con ellas a vivir.
- ¿Seguro? Jolín Ágahta me sabe mal...
- No os preocupeis de verdad. Es mejor así ¿no?
Sonó el timbre de la puerta de arriba.
- ¿Esperais a alguien?
- No.- Contestaron Nur y Ross al unísono.
- Que no sea la vecina por favor.- Pidió Genaro en voz baja.
Fue a abrir y se sorprendió muchísimo al ver a Aelo en la puerta. "La que se va a liar", pensó.
- ¡Aelo! ¿Qué haces aquí?
- Hola Genaro. Pasaba y pensé en saludaros.
- Ah bueno...
- ¿No puedo pasar?
- Cla... claro, ¡cómo no!
Aelo se dirigió al salón y se quedó de piedra cuando vio allí a Ágatha. La chica se levantó.
- Bueno chicos ha llegado la hora de que me vaya.- Dijo Ágatha colocándose el bolso.
- Como quieras...
Aelo miró la puerta abierta de la habitación de Nacho.
- ¿No está Nacho por aquí?
- No. Fue a buscar a Aleyt a Labouré.- Informó Nur.
El ambiente tenso se podía cortar con un cuchillo... Y más cuando se oyó la puerta abrirse y apareció Nacho. "Mierda" pensaron Genaro, Ross y Nur.
Ágatha estaba alucinando.
- ¡Nacho!- Exclamó Aelo.
- ¿Se puede saber qué haces aquí?
- Tenemos que hablar.
- Ya te dije que no tengo nada que hablar contigo. Déjame en paz Aelo. No tengo ganas de nada.
- Ya entiendo... Todos me dais de lado ahora... Vosotros tres, me cambiais por Ágatha.- Aelo hablaba como si Ágatha no estuviese delante, y empezó a hervirle la sangre- Y tú... Por Aleyt, una chica que conoces de muchísimo menos que a mí...
- ¡Se acabó!- Gritó Ágatha.- Estoy harta de tus juegos Aelo. Nunca te he dicho nada porque sí, yo soy rara, y lo se... Y todos os meteis conmigo por eso, pero no voy a consentir que rompas mi amistad con ellos. Ya has roto lo que tenían Aleyt y Nacho y rompiste lo que teníamos tú y yo...
- ¿Qué pasa? Estais todos en mi contra ¿no?
Se miraron los unos a los otros. Aelo... Pensaron... Era una de sus mejores amigas. Habían pasado muchos momentos inolvidables con ella. ¿Qué le pasaba? ¿Dónde estaba la antigua Aelo? La Aelo risueña, la Aelo que se mataba por los demás... ¿Qué habían hecho con ella?
- Aelo... Yo solo digo que te has quedado sola.- Sentenció Nur.

miércoles, 16 de junio de 2010

TIRED. CHAPTER VII. TODO SE COMPLICA.

Donde hay mucho sentimiento, hay mucho dolor.- Leonardo Da Vinci.

Nur estaba en su habitación en compañía de su amiga Juliet. Estaban charlando animadamente sobre cosas varias y fumando cigarrillos sin parar. Necesitaban un "día de chicas" para contarse los últimos cotilleos, sus alegrías y sus penas.
Estaban solas, o eso creían.
- ... Y me dijo que me llevaría de vacaciones a Mallorca, ¿te lo puedes creer?- Dijo Juliet emocionada contándole a Nur sus planes con su novio para el verano.
- ¡Qué suerte joder! Jajaja.
- ¡Ah! Una cosa que te quería preguntar. ¿Es que Nacho ha dejado a la chica esta con la que salía?
- No... Bueno que yo sepa no... ¿Por?
- Ah, es que...
- Ayer Aleyt estuvo por aquí con él.
- Bueno. No he dicho nada...
- Cuéntame, ¿por qué dices eso?
- Bueno... Anoche quedé con Ágatha en la Felipe II y fui a su habitación, como tú sabes, para hablar. Hacia tiempo que no nos veíamos. Estaba Nacho y le saludé normalmente.
Luego, al salir, vi algo... un poco... fuerte...
- No te entiendo...
- Nacho estaba en la puerta liándose con una tía que no era Aleyt. No lo era. Esta era más bajita, más delgadina... No se... Estaba oscuro. Delante de mí salió un chico que también se quedó mirando con cara de extrañeza.
- ¡¿Qué?! No me lo puedo creer... ¿Estás segura?
- Hija, tan segura como que el sol va a salir mañana... La chica me sonaba...
- No se... Es que yo de la vida privada de estos no se nada...
Juliet se quedó un rato pensativa... Y cayó del árbol...
- ¡Tía! ¡Ya se! Si es amiga vuestra...
- ¿Qué?
- Joder esta que fue novia de Genaro que tiene un nombre raro.
- ¡¡¡¿Aelo?!!!
- ¡Esa!
- No me lo puedo creer... No, no podía ser Aleyt claro, porque estaban en la fiesta de la residencia... Y dudo que fuese a ver a Nacho a la residencia.
- ¿Le vas a decir algo?
- Me da mucha pena Aleyt, no debe saber nada porque no se han visto aún... O sí... El caso es que Nacho andaba un poco nervioso pero... ¡Ai no se! Tengo que decírselo a estos...
- ¿Y no crees que Aleyt se merece saberlo?
Nur asintió... Pero no pensaba decírselo ella.

Ana y Vic estaban en la habitación de una resacosa Carol. Apareció en escena Louise.
- ¡Cazurra! ¡Despierta!- Gritó Louise desde la puerta.
- Mñnsms... No me llames así... Ufff, bajad la persiana...
- Vaya bufa te pillaste tía... ¡Y como metiste morro! jaja- Dijo Ana.
- Te quedaste durmiendo en Jaleo encima de Vic jajajaja. Bajaste corriendo como si te fuera la vida en ello... ¿Es que viste un fantasma?
- ¡Sí! ¡Se llama Johnny! jajaja.- Bromeó Louise.
Carol empezó a ordenar los datos que recibía... "Johnny", "corriendo", "Jaleo", "las chicas"...
- ¡Mierda! ¿Dónde está Aleyt?- Dijo Carol con la cara aún blanca y haciendo ademán de volver a vomitar.
- Supongo que estará con Nacho.
- ¡Joder! ¡Dadme el móvil!
- Carol ¿qué coño te pasa?- Preguntó Ana poniéndose de los nervios.
- ¡Que anoche Johnny me contó que vio a Nacho liándose con Aelo en la Felipe II! ¡Llamad a Aleyt, tengo que hablar con ella!- Gritó Carol nerviosa.
- ¡¡¡¿Qué?!!!- Exclamó Louise.
Vic le acercó a Carol el móvil, pero Aleyt no contestó a sus doscientas llamadas...

Al otro lado de la ciudad, paseaban tranquilamente una Silvia y un Gerardo... ¿enamorados?
Hacía poco que se conocían, pero desde el viaje a Madrid había nacido entre ellos un sentimiento muy muy especial.
Se enviaban mensajes de buenas noches, e incluso, terminaban el texto con un tímido "tk" o "tqm". Recordaban en su mente una y otra vez los apasionados besos entre la gente dormida en el autobús que les devolvió a Valladolid aquel día.
A ambos les daba miedo dar el paso para empezar como pareja... Pero tiempo al tiempo...
Tiempo al tiempo.

Nur salió de su habitación. Despidió a Juliet y se dirigió a la cocina a por algo para comer. Se encontró en ella con Nacho, y Nur le miró con una cara que él nunca había visto. Se sorprendió al verlo allí.
- Nur...
- ¿Qué?- Contestó ella secamente.
- He escuchado lo que te ha contado Juliet. No pude evitarlo. Oí mi nombre y... Sí, sé que ella me vio en la residencia con Aelo.
- Entonces es verdad...
- No se cómo pudo pasar...
- ¿Qué piensas hacer?- Preguntó Nur alzando un poco la voz.
- ¿Qué ocurre aquí? ¿Reunión en la cocina?- Dijo Genaro con su alegría habitual.
Al ver las caras largas de sus amigos intuyó que algo malo estaba ocurriendo. Miró a Nur... Después a Nacho... Y les interrumpió el timbre de la casa.
- Será Aleyt...- Dijo Nacho con un nudo en la garganta. Salió de la cocina.
- Díselo Nacho... Díselo.- Le aconsejó Nur.
Genaro no entendía ni una palabra. Nur le hizo un gesto para indicarle que se metiese a su habitación.

- No me coge el teléfono...- Dijo Carol por enésima vez.
Sara estaba allí poniéndose al día de la situación.
- Lo dijo Aleyt... Desde el primer día nos lo dijo...- Repetía Louise mirando a Sara.
- ¿Lo sabe ya Ofelia?
- Sí- Dijo Ofe entrando también en la habitación de Carol.
- Confiemos en que Nacho se lo diga ahora... Si no... ¡Ya le vale!
- Si fuese ella... le sacaba los ojos a él... Y a Aelo... La cogería del pelo y la arrastraría por todas las calles empedradas de Valladolid.- Dijo Louise con una expresión de odio.
- Mira que no puedo creer que Nacho haya hecho eso...- Suspiró Sara preocupada.
- Aelo es... Es... No quiero ni decirlo. Le ha comido el tarro a Nacho, seguro... Y dudo que haya pasado más veces. Nacho quiere con locura a Aleyt. La quiere y eso lo se como que me llamo Ofelia.

Una lágrima cayó en la acera de Recoletos...
Y quince minutos después salía de la estación un tren en dirección a Alicante que llevaba a una Aleyt hecha añicos.

TIRED. CHAPTER VII. TODO SE COMPLICA.

La primera vez que me engañes la culpa será tuya, la segunda, será mía.- William Shakespeare.

Pelayo caminaba rápido hacia su facultad. Tenía tutoría, aunque aquel día le hubiese gustado estar en Oviedo... Hacía demasiado calor en Valladolid para su gusto.
Pensó en un momento en su relación actual con Sara... Aquella chica lo volvía loco, pero le gustaba tenerla como amiga. La iba a perder de todas formas. Amaba más su tierra y su carrera que a aquella muchacha, y lo último que quería es que ella fuese infeliz por su culpa. Aquella noche la vería en la fiesta de la residencia Labouré, a la que iría junto con Ross, Nacho y Genaro.
Al llegar a la facultad, se encontró con una compañera de clase que hacía tiempo que no veía: Juana de Pajarillos.
- ¡Hola Pelayo!
- ¡Hola!
Se dieron dos tímidos besos.
- Cuanto tiempo sin coincidir contigo por aquí- Dijo el chico con una sonrisa resplandeciente.
- Ya ves, tú que no apareces por Valladolid.
- La verdad que le he cogido el gusto a eso de estar en casa.
Las tres horas de tutoría se hicieron interminables.
Al salir, Juana acompañó a Pelayo hasta el centro porque tenía que hacer unas compras.
Se encontraron al girar una esquina con Ross y Genaro... "Oh no" pensó el pobre Pelayo. Siempre lo vacilaban con aquella chica.
- ¡Hombre Pelayín!- Dijo Genaro mirando a Juana de arriba a abajo.
- Hola chicos. Os presento a Juana de Pajarillos.
Ross y Genaro se miraron, y, sin saber por qué, empezaron a cantar la canción con la que solían chinchar a Pelayo: ¡Juana! ¡Juana! ¡Juana de Pajarillos!
Pelayo notaba como le empezaban a subir los colores...
Y más aún cuando vio cruzar a lo lejos a su preciosa musa.
Sara no se percató de su presencia en la misma calle y pasó de largo.

Por Labouré el ambiente estaba muy caldeado.
Aleyt llegó a la portería, cargada, y andando sigilosamente para que las botellas del vino no chocasen y la descubriesen metiendo alcohol en la residencia.
Cogió su llave y se dirigió corriendo a preparar el rebujito que beberian antes de bajar a la fiesta todas las chicas de su grupo.
Mientras se enfriaba la bebida en un cubo en su terraza, Aleyt peinó a Sara que acababa de llegar, y después a Carol, y por fin pudo hacerlo ella.
Iba a ser una fiesta flamenca. Iban todas guapísimas de negro y con las flores de múltiples colores en el pelo.
Empezaron a beber rebujito en la habitación de Aleyt, y la temperatura exterior acompañaba muchísimo. Pusieron música y se hicieron muchas fotos para la posteridad.
Cada una de ellas traía un invitado a la fiesta. Aleyt a Pelayo, Louise a Nacho, Vic a Genaro, Ofelia a Ross, Ana a una amiga suya, Carol a su amiga Miriam y un largo etc.
- Bueno chicas, se está haciendo ya la hora de bajar. Vamos por si llegan los invitados.- Propuso Carol.
Salió de la habitación de Aleyt, ya un poco mareada, y el resto la siguió. No se equivocaba, allí estaban todos a los que habían invitado.
La residencia estaba decorada como un patio andaluz, todo con farolillos, flores, volantes, etc.
Salieron al patio de la residencia y comentaban los demás disfraces, criticaban y reían sin parar, haciendo tiempo hasta la hora de la cena.
Aleyt notaba a Nacho un poco distante, pero buscaba cualquier despiste de una monja que estuviese al acecho para darle un pequeño pero intenso beso.
- ¡No me jodas!- Gritó Carol como un acto reflejo.
Aleyt se giró y repitió la frase de Carol.
Los disfraces de faralaes de Ajo, BH y Margarita eran todo un poema. Todas rieron cuando la vieron aparecer con un traje de sevillana rosa fluorescente con volantes y lunares blancos...
A Genaro se le dibujó en la cara un gesto que indicaba entre pena y asco.
- Parece que se ha disfrazado de pastel tirolés.- Comentó Silvia entre risas.
- ¡Que borde! jaja. -Dijo Ana.
- Vaya tela, lleva razón.- Aportó Vic.

En un rinconcito del jardín, Aleyt se fijó en la figura de Sara que charlaba animadamente con Pelayo.
-Se les ve bien, ¿no crees?- Preguntó la chica a Nacho.
- Sí. Mejor así... Sin compromisos... Se harían daño si pasase algo más.
S.A. anunció a todos que la cena ya estaba lista y pasaron al comedor. La cena estuvo genial, pero, como siempre, faltó alcohol...
- Aleyt me voy.- Dijo Nacho.
- ¿Ya?
- Sí, ya es hora de que vaya yendo al trabajo.
- Uf es cierto. ¿Pero no es muy pronto? Aún son las 22.30...
- Mejor que vaya tirando para allá tranquilo. Me ha encantado la fiesta. Pásalo bien.
Y se despidieron.

La fiesta continuó más tarde fuera de la residencia. Genaro propuso ir a Cachilandia a beber un poco más. Aleyt subió corriendo a su habitación a meter en botellas el rebujito que quedaba y fueron bebiéndolo por la calle.
Carol se cambió de ropa y se puso un bonito vestido blanco, pero las demás salieron conforme iban, de fiesta andaluza.
Allí se dirigieron y siguieron bebiendo como si les fuera la vida en ello. Empezaba a subirles y no cansaban de bailar.
Más tarde cambiaron de lugar,y fueron al SU, donde algunas terminaron de darlo todo. Bailaron, bebieron, rieron y se lo pasaron en grande, pero a las 04.00 de la mañana ya estaban cerrando aquel pub. Algunos, como Ross, Genaro, Aleyt, Sara y Louise se fueron a dormir. Estaban cansados. Antes de nada todos llamaron a Nacho para felicitarle el cumpleaños. 23 ya...

Por otro lado, Carol, Ana, Vic, Miriam y Silvia siguieron de fiesta con los periodistas de un curso más que Carol y fueron a la discoteca Jaleo.
Allí siguieron bebiendo, bailando... Aunque a algunas el alcohol ya les salía por las orejas. No pensaban llegar a Labouré hasta las 8 de la mañana.
Carol se encontró con Johnny, un chico de su misma clase, y se puso a bailar con él.
Ana y Vic fueron a pedir una copa en compañía de Miriam y se dieron cuenta de que Carol desparecía por la puerta de Jaleo agarrada a la cintura de Johnny.
Todas empezaron a gritar:
- ¡¡¡TIRATE AL DE CIÑERAAAA, AL DE CIÑERA TIRATE...!!!
Y Carol se dio la vuelta para llamarlas "¡ENVIDIOSAS!"

Carol y Johnny se apartaron un poco de la calle en un callejón anexo a la plaza donde estaba la discoteca. Por fin después de ocho meses era laa primera vez que se liaban.
Después de estar un rato besándose sin parar, Carol se sentía un poco mareada y se sentaron. El alcohol la estaba afectando bastante.
- ¿Estás bien?- Preguntó Johnny entre risas.
- Sí, sí... Es que he bebido como una gocha jajaja.
- Bueno... ¿Qué tal la fiesta?
- Muy bien, pero mira no hemos aguantado muchos hasta el final.
- Cierto... ¿Y Aleyt? ¿No salió?
- Sí, pero se ha ido para la residencia...
- Ya normal... No debe de estar muy bien...
- No se a qué te refieres...
- Bueno hace poco la vi con el portero de mi residencia y ya no están juntos ¿no?
- ¿Por qué dices eso?
Johnny se había dado cuenta de que había metido la pata, pero tenía que continuar.
- Hoy cuando salía, lo vi liándose en la puerta con Aelo, una veterana de mi residencia... Mira que me parec...
- ¡¡¿CÓMO?!!
Carol se levantó de repente y corrió a Jaleo a buscar a las demás.
Johnny sabía que aquello traería muchas complicaciones...

martes, 15 de junio de 2010

TIRED. CHAPTER VI. PROBLEMAS Y SOLUCIONES.

El amor no es un sentimiento, es también un arte. Capítulo de Tired escrito por CrystinaCenteno.

Aleyt por fin regresó de su viaje, había estado en Milán más tiempo del esperado debido al cierre de aeropuertos de parte de Europa por el volcán islandés.
Llegó a Valladolid una semana después de lo previsto, y pensando que a la semana siguiente se volvería a ir. Aleyt llegó contenta a Labouré, pero con la pena de volverse a ir pronto.
- ¡Carol! Ya estoy en Pucelandia… ¿estás en la residencia?
- Si, aquí estoy… ¡¡Ven ya!!
Todas tenían ganas de que Aleyt regresase y contase todas las historias de Milán, las chicas se reunieron en el office a la hora de la merienda y comieron algo mientras charlaban con Aleyt alegremente, pero al poco rato llegó Louise.
- ¡¡Aleyt!! ¿Qué tal con los italianinis?- Preguntó contenta Louise mientras daba dos besos a la chica.
- Bien, muy bien, aunque ya sabes el lío que tuvimos en el aeropuerto.
- Ya me contó Carol que había hablado contigo y se lo habías dicho… Estábamos preocupadas.- Louise puso cara de preocupación y tardó mucho en quitarla.
- ¿Tan preocupada estabas Louise? Tienes cara de pocos amigos.
- Aleyt tengo que hablar contigo, es Nacho, ha pasado algo que creemos que debes saber…
- ¿¿Qué ha pasado?? Cuéntamelo ya por favor.
- Resulta que el sábado salimos con los chicos, ya sabes, había que gastar los porros de Vic… y nos encontramos en un pub con Agatha…
- ¿Algún problema con ella?
- No, no te preocupes por ella… Pues resulta, que Sara oyó a Agatha contarle a Genaro que al entrar en la residencia a la hora de cenar había visto a Nacho y a Aelo más juntos de lo normal… que no estaban haciendo nada pero que la llamó la atención mucho la escena que tenían.
- ¿En serio? Bueno, ya hablaré con Nacho, espero que no haya ido a más mientras yo estaba fuera… ¡¡hay que joderse!!
- Bueno Aleyt, tu no te preocupes, seguramente fue algo entre amigos y Agatha lo mal interpretó- Silvia intentó tranquilizarla.
- Me voy a hablar con Nacho, ya me he puesto de mala hostia… ¡¡en fin!!
- Adiós Aleyt.
- Adiós chicas.
Aleyt se fue de la residencia un poco enfadada por lo que la había contado Louise. Era domingo y se dirigió a la residencia para hablar con él. Su sorpresa fue al entrar en la residencia, Nacho no estaba solo, estaba acompañado de su “amiga” Aelo… Solo estaban juntos, hablando, pero Aleyt se enfadó aún más y se fue.

A Carol la ofrecieron la posibilidad, ese mismo fin de semana, de ir el jueves siguiente a Madrid a la gala de los 20 años de Telecinco, podría llevar a quien quisiese. Carol se lo dijo a Ana, que se apuntó la primera.
- ¿Porqué nos gusta tanto estar todo el día por ahí?- Preguntó Ana.
- Ya sabes que nosotras nos apuntamos a un bombardeo- Dijo Carol entre risas.
- ¿Se lo vas a decir a alguien más?
- No se si alguna de estas se animará, se lo voy a decir a Gerardo, mi compañero de clase, y a ver si viene alguna más de estas, y si no… ¡¡pues nosotras solas!!
En ese momento llegó Silvia y preguntó a las chicas que qué estaban planeando, al escuchar la idea, y oír que Gerardo seguramente se apuntaría, Silvia dijo que ella iría a Madrid también.
- Silvia ya se yo porque vienes eh… ¡anda que no tienes morro ni nada!- Dijo Ana.
- Chicas, me acaba de llamar Gerardo, también se apunta.- Dijo Carol contenta.
- ¡Ay que bien!- Gritó Silvia.

Las chicas estuvieron toda la semana planeando ese jueves, hasta que por fin llegó. A las 3 de la tarde se dirigieron hacia la Plaza de San Pablo después de un intenso interrogatorio de S.T. en portería que no las hizo mucha gracia. Allí se encontraron con Gerardo y subieron al autobús, donde iban muchos conocidos de Carol y Gerardo, en definitiva, el autobús estaba lleno de periodistas, y eso hizo que los dos chicos se lo pasaran especialmente bien.
Mientras estos dos hablaban con el resto de la gente, Ana y Silvia hablaban emocionadas sobre qué famosos verían en la gala.
Pero Silvia estaba emocionada por algo más, en el autobús había un chico que la llamaba especialmente la atención: Gerardo. Aunque hasta el momento solo se habían saludado, sin nada especial.
Después de 4 horas interminables de viaje en autobús y tras perderse por las calles de Madrid, llegaron al Palacio de los Deportes, en el que se respiraba un ambiente de emoción por ver a los famosos, Ana y Carol estaban especialmente emocionadas, verían al Duque en vivo y en directo… Después de estar un rato en la cola, entraron en el Palacio, les dieron un bocata un poco rancio y una botella de agua para cenar, una gran cena.
Aproximadamente a la hora de haber entrado empezó la gala, Carol no hacía más que criticarlo todo, nada la gustaba, solo el Duque, estaba harta de ver bailar a Belén Esteban y compañía y comentaba las jugadas con Ana y el resto de periodistas, pero había desaparecido alguien. En uno de los descansos Ana y Carol fueron al baño a “fumar un cigarrito”, pero por el camino, se encontraron con Silvia, que había desaparecido. Estaba hablando muy cariñosamente con Gerardo, lo que les sorprendió a Carol y a Ana. Pero no le dieron demasiada importancia, Ana fumó el cigarrito y volvieron a la gala, comentando la escenita que acaban de ver.
- Hay que joderse con la mona esta- Dijo Carol
- Ya te digo tía, fijo que se acaban liando, buena zorrilla está hecha- Dijo Ana entre risas.

El resto de la gala trascurrió con normalidad, las chicas estaban ya un poco cansadas de estar todo el rato de pie, Silvia ya había regresado, tenía una sonrisa especial y prometió contar todo a Carol y a Ana en el autobús de vuelta.Salieron de Madrid cansadas, pensando en dormir todo el viaje, esta vez se cambiaron los asientos Silvia y Gerardo se sentaron juntos, aunque Ana ya se lo había advertido a Carol, esta se quedó de piedra cuando vio a Silvia buscando la boca de Gerardo.

lunes, 14 de junio de 2010

TIRED. CHAPTER VI. PROBLEMAS Y SOLUCIONES.

“Los hombres son criaturas muy raras: la mitad censura lo que practica; la otra mitad practica lo que censura; el resto siempre dice y hace lo que debe”.- Goethe.

Ana subía con Carol y Vic al 5º. Les estaba contando que con su hermana ya estaba todo solucionado y se encontraba muchísimo mejor. Las chicas se alegraron por ella.
De repente, sonó el móvil de Carol y leyó un mensaje de Aleyt que estaba pasando el fin de semana en Milán.
- Esta ya veremos si vuelve con el follón del volcán ese de Islandia...- Dijo Ana con tono de preocupación.
- Eso me dice, que en Italia están sin parar de cerrar aeropuertos. Pero que está bien... Y hay una ganao por Milán... ¡Quiero un italianini!- Exclamó Carol ante la risa de sus amigas.
- Bueno pardas yo me voy a hacer el oso un rato.
- ¿Vienes luego a tomar algo?
- No, no. He quedado.- Dijo Vic misteriosa.
- ¿Con quién, eh?- Dijo Carol abriendo al máximo sus ojos.
- ¡Y a ti que más te da, Cazurra que eres una Cazurra!
- jajajaja.
- ¡No me vuelvas a llamar Cazurra eh!- Gritó Carol con cara de enfado.
- Si cuando decimos que Vic tiene un novio por ahí... No nos equivocamos.- Puntualizó Ana.
- ¡Que os den!- Vic cerró la puerta.
A la chica no le gustaba hablar de su vida privada. No tenía la capacidad de abrirse tanto como para contarles que llevaba ya quedando con Ross varios días. Era extraño que Aleyt no le hubiese dicho nada, ya que seguramente Nacho lo sabría...
Por la tarde sonó el teléfono de su habitación. La llamó la recepcionista de portería, Dominique, con la misma sosería de siempre. La informó de que la estaban esperando abajo.
"Lo mato", pensó Vic. No quería que nadie se enterase de aquello porque no le apetecía escuchar comentarios graciosillos. Le dijo a Ross que la esperase en la Casa del Estudiante y le diera una llamada perdida cuando estuviese allí.
- ¡Hola Vic!
- ¡Hola!
Salieron de la residencia y caminaron en dirección a la parada del bus.
- Te dije que me esperases en la Casa del Estudiante...
- Ya. Pero me apetecía darte una sorpresa.
- Si no me importa... Bueno... Es que ya te dije que no quiero que se enteren de que quedamos. Si no vamos a tener coñas para rato.
- Creía que era porque te avergüenzas de mí jajaja.
- ¡No vuelvas a decir eso! jajaja.
Fueron hasta la facultad de ambos. Ross tenía que entregar unas cosas y Vic darle un CD con un trabajo a un compañero de clase.
Se dividieron durante media hora y quedaron en la cafetería para tomar algo.
- ¿Qué tal vais por la residencia? Hace tiempo que no veo a Aleyt por casa...- Preguntó Ross.
- Están bien. Aleyt está en Milán este fin de semana. Y me parece que va a tener problemas para volver porque están cerrando un montón de aeropuertos por lo del volcán este.
- ¡Joder! Es cierto... No se yo como van a llegar.
- A lo mejor tienen suerte, pero la cosa pinta mal... Que pena que no este este sábado para la juerga en vuestra casa jaja.
Siguieron hablando durante un largo rato sobre cosas varias.
Después decidieron volver andando hasta el centro. Hicieron un alto en el camino porque a Vic se le desató la cordonera de la converse. Se agachó a atársela y cuando se fue a levantar se encontró con la mirada penetrante de Ross... Sin decir nada, el chico se fue acercando poco a poco a sus labios...
Pero Vic le detuvo.
- Solo somos amigos ¿verdad?
- Vic... Yo...
- Lo siento Ross... No puedo.
- ¿Por qué?
- Porque necesito más tiempo. Así estamos bien ¿no? ¿Por qué vamos a estropearlo con un lío así?
Ross se quedó un momento pensativo.
- Tienes razón Vic, lo siento.
Vic sonrió y le dio un abrazo muy fuerte a su amigo. Algo despertaba en ella con respecto a aquel chico, pero de momento no tenía que ver con el amor.

No muy lejos de allí, Carol y Xoel andaban juntos a casa del chico. La excusa era el montaje del trabajo de Audiovisual.
Se sentaron enfrente del ordenador a hacerlo. Y empezar... Empezaron.
La sonrisa de Carol se cruzó con la bonita mirada de Xoel. Y se besaron. Una y otra vez...
- Xoel tenemos que hacer esto...- Dijo Carol entre risas.
- Ya... Y yo quiero hacer lo otro...
- Hay tiempo para todo ¿no?
- Mmm... Creo que sí.
Pero esta vez cambiaron de escenario. El agua caliente caía por los cuerpos desnudos de la pareja. Se lo estaban pasando en grande.
Cuando Carol volvió para la residencia pensó... Pensó que no podía sentir por Xoel nada más que deseo. No podía permitirse el lujo de enamorarse de él. Además, él estaba a la vez liado con Leyre. Y Carol lo sabía. Si no le importaba demasiado era porque no sentía nada más por Xoel.
Solo quería desahogarse... Y lo conseguía. ¡Vaya que si lo conseguía!

Eran las 23.00 de un sábado de abril. Nacho caminaba con parsimonia hacia la residencia a trabajar. Agradecería hoy la compañía de Aelo que le prometió el día de antes que bajaría a hacerle una visita.
El chico seguía preocupado por Aleyt, que no sabía si podría volver al día siguiente a España.
Llegó y se sentó en su silla de siempre. Aelo no se hizo esperar demasiado.
- ¡Hola Nachito!
- ¡Hola guapa! ¿Qué tal?
- Bien, bueno, hasta las narices de todo. Tengo unas ganas de acabar que no lo sabe nadie...
- Bueno hija, ya te queda menos. ¡Qué le vas a hacer!
- Pues eso... Nada... jaja. ¿Qué tal estos?
- Bien. Allí los dejé fumando porros con las amigas de Aleyt.
- Jajaja ¿en serio? Mira que no veo a Genaro y a Ross fumando petas.
- Como lo oyes hija... Una locura.
- ¿Y Aleyt no ha salido?
- Que va... Está en Milán con su madre y su primo. Es el regalo que le hicieron a su primo por su cumpleaños... Pero no les ha salido demasiado bien porque están cerrando los aeropuertos por culpa del volcán.
- Joder que putada.
Nacho salió de la salita donde solía estar y tenía las llaves de los residentes y se sentó con Aelo en los bancos de la entrada.
- ...pero bueno volverá en algún momento jaja.
- Sí. ¿Y la relación que tal?
- Muy bien la verdad. No se... No pensé que podría estar tan bien con alguien.
- Me alegro pero... De todas formas no te ilusiones demasiado que al final todo se acaba. Y duele...
Nacho no quería pensar que aquello lo decía por Genaro. Le sonrió. El chico empezó a sentirse incómodo al notar que su amiga se le acercaba más de lo habitual. Pero tampoco le dio mucha importancia.
- He dejado a Jorge.
Aelo le agarró la mano.
En ese momento irrumpió Ágatha por la puerta de entrada. La relación entre las dos cada día estaba peor. No se hablaban. La chica que acababa de entrar se quedó extrañada ante una escena tan cariñosa.
- Hola Nacho.- Saludó Ágatha con voz de pocos amigos.
Nacho se levantó y le entregó su llave. Pasó por delante de Aelo y ésta la saludó tímidamente, pero el saludo se fundió en el aire... Ágatha no contestó.
- ¿Con esta todo igual no?
- Sí... Ya ves... No me saluda, ni me habla ni nada.
- Déjala. ¡Ah! Sabes que Pelayo se va al año que viene ¿no? Pues Ágatha nos ha dicho que quiere ocupar su habitación.
- Pues... Vais a ganar una compañera de piso y a perder a una amiga.
- ¿Por qué dices eso?
- Si Ágatha va allí, no pienso pisar por vuestra casa nunca más.
Y Nacho bajó la mirada ante aquella sentenciosa contestación.

En casa de Genaro y Ross el ambiente que se respiraba era totalmente diferente. Bueno... Si es que se podía respirar...
- ¡Vic! ¡Que rule! jajaja.- Exclamó Louise alargándo el brazo para que Vic le pasase el porro.
- ¡Esto está cojonudo!- Exclamó Ana.
Estaban Louise, Sara, Ana, Vic, Carol, Silvia, Genaro y Ross. Pelayo estaba en su habitación intentando hacer algo de su proyecto. Sara había entrado un par de veces a ver cómo iba.
Se lo pasaron genial aquella noche, pero echaron en falta la presencia de Aleyt.
Después salieron de fiesta por ahí y se encontraron con Ágatha y su novio en un pub.
La chica se estuvo haciendo fotos con ellos y, cuando se acordó, contó a Genaro la extraña escena de Aelo y Nacho en la entrada de la residencia. Genaro no le dio mucha importancia...
Pero Sara había escuchado aquello. Sabía lo que pensaba Aleyt de Aelo, aunque por supuesto respetaba que fuese la mejor amiga de Nacho. Cuando volvieron a la residencia, informó a Louise.

domingo, 13 de junio de 2010

TIRED. CHAPTER VI. PROBLEMAS Y SOLUCIONES.

Es fácil perdonar, pero no es tan fácil olvidar que has tenido que perdonar.- Oscar Wilde.

- Bueno ya nos veremos el domingo.- Ana se despedía de Carol. Tenía que irse para casa unos días y ya era hora de resolver algunos asuntos que tenía pendientes.
- Vale. Ya me contarás como va todo...
- Sí, sí. No te preocupes. Me voy que pierdo el tren, maja.
Se dieron dos besos, y Ana salió de Labouré.
De camino a la estación de tren fue pensando en cómo entablaría la conversación con su hermana. Ya necesitaba perdonarla, aunque no podría olvidar nunca lo que le hicieron ambos. Era imposible.

Sara caminaba alegremente por la calle. Venía de la facultad y estaba tan contenta porque había sacado una nota muy alta en un examen que no pensaba aprobar.
La relación con Pelayo iba bien. Quedaban de vez en cuando, pero ya habían hablado de que, aunque podría funcionar, Pelayo se iba al curso siguiente a su tierra para instalarse allí y pisar Valladolid lo menos posible.
Sara no estaba preparada para enamorarse tanto, y mucho menos para tener que soportar una relación a distancia. Pero le tenía un cariño especial a aquel chico...
Aquella noche nunca podría olvidarla, y él tampoco sería capaz.
Estaba llegando al cruce de la residencia cuando se encontró con un conocido. Hacía mucho que no lo veía. Era Joan, el mejor amigo de Xoel. Se habían conocido el día de la Fiesta de Medicina en el campus de Teleco.
- ¿Sara?- El chico no parecía seguro.
A Sara se le puso un nudo en la garganta. Aquellos enormes ojos azules se le clavaron como un alfiler.
- ¡Joan!
Se dieron dos besos.
- Cuanto tiempo, maja. ¿Qué tal? Al final esa quedada con Xoel y Aleyt la tenemos pendiente todavía.
- Llevas razón. Ya me dijo Aleyt, pero entre unas cosas y otras... Nada de nada.
- Bueno pues ahora llevo un poco de prisa, pero te mando un privado por Tuenti la semana que viene y a ver si podemos quedar un ratín, ¿vale?
- Claro, sí sí como tú veas.
- ¡Hasta luego!
- ¡Adiós!
Sara llegó a la residencia con una sonrisilla de oreja a oreja.


Ana dejó atrás la estación de tren de Ávila y se dirigió hacia su casa. Su madre estaría trabajando. Suponía que les había dejado la comida preparada a ella y a su hermana pequeña.
Cuando llegó, parecía que no había nadie, pero se oyó al fondo del pasillo un tímido "hola".
Ana se acercó hasta la habitación donde tenían el ordenador y encontró a Pauli, su hermana.
- Hola Anita...- Dijo con voz temblorosa.
- Hola... Mira Paula, aclaremos todo de una vez. He estado pensando mucho sobre esto. Nunca he creído que una borrachera sea una justificación suficiente para algo que se ha hecho mal, pero eres mi hermana, y te quiero. Estoy dispuesta a olvidar todo esto. Pero que conste que me has hecho mucho daño y me va a costar muchísimo volver a confiar en tí...
- Ana... De verdad que lo siento. Yo estaba muy borracha, no se, no me lo explico porque no bebí apenas... Me encontré con Julio y me dijo que me iba a traer a casa. De repente se empezó a liar conmigo, pero no recuerdo nada más. Ni siquiera recuerdo que te vi... No se lo que me hizo ni lo que yo hice con él... Estoy fatal...
- Déjamelo a mí. Y tú no te preocupes más...- Ana abrazó a su hermana y Pauli rompió a llorar.
- Lo siento Ana, de verdad que lo siento...
- Shh, anda vamos a comer. Y juro que si me entero que ese capullo se aprovechó de ti le va a faltar muralla para correr.
- Te echo de menos, Ana...
- Y yo a ti Pauli.
La madre de Ana contemplaba la escena desde el pasillo. Esbozó una gran sonrisa y dio gracias a Dios por haberle dado una hija como Ana.


Ofelia ya estaba más que integrada en un equipo de fútbol sala. No le convenció el de Triatlón, además la gente era demasiado mayor. Se hizo amiga de un chico mucho mayor que ella, camarero en un buen pub de Valladolid. Se llamaba Manu.
- Oiiii, Aleyt como está de cachondo el tío del fútbol sala. Esta noche he quedado con él en el pub en el que trabajaba...
- ¡De verdad que suerte tienen algunas!- Respondía Aleyt.
Ofe y Manu salían a correr todas las mañanas para no perder la forma ni la costumbre. La chica estaba encantada con cómo la habían acogido en aquel equipo, y lo pendiente que estaba Manu de ella.
Aquella noche fue al pub donde Manu trabajaba.
- ¡Holaaaa!- Gritó Ofelia desde la puerta.
- Mira quién está aquí.- Dijo Manu guiñándole un ojo.
Ofelia se pidió un Nestea y charló con Manu sobre cosas diversas...
- Por cierto Ofe, tengo que pedirte algo a ver si te apetece.
- Dime...
- Este fin de semana me voy a Sevilla a una cena que da una amiga mía que es restauradora por haber finalizado con éxito las reparaciones de la catedral. ¿Te apetecería acompañarme?
- ¡Sí!
Ofelia se silenció un momento.
- Bueno espera, he contestado muy rápido jaja.- Ofe pensó por un momento en Arturo...- Me encantaría acompañarte Manu... Pero no puedo, tengo que estudiar muchísimo...
- Lo entiendo. Bueno pues tú te lo pierdes...
Manu pasó el fin de semana en Sevilla.
Ofelia estaba estudiando en la residencia y envió un mensaje al muchacho para ver que tal iba.
"Fatal" contestó, acompañando el texto del mensaje con la foto de una botella de Moet Chandon.
"¡Será cabrón!", pensó Ofelia entre risillas.
A los dos días, Manu apareció en la residencia de las chicas con un paquete para Ofelia. Una botella de Moet Chandon. Ofelia le dio las mil gracias y prometió bebérsela con él el día de su cumpleaños.
Ofelia tenía sus dudas sobre la acción de aquel chico y, como siempre, le preguntó a Aleyt.
- Yo creo que es un detallazo por su parte Ofe, aunque no descartaría la posibilidad de que quiera algo más que beberse una copa de champagne...- Le dijo Aleyt sincerándose.
- No, no... No lo creo... ¡Aunque no me importaría! jajaja.
- ¡Gansa, que eres una gansa! jajaja.

Ofelia, tal y como había prometido, salió el día de su cumpleaños a celebrarlo con Manu y beberse la botella de champagne.
No quedaron en el Aire, quedaron en el piso de Manu.
Se lo pasaron genial. Hablaron sobre el progreso tan positivo de Ofelia en el equipo de fútbol y... una cosa llevó a la otra y (puntos suspensivos).
Otra que adoraba el sexo.

Aleyt y Carol salieron a andar por la mañana temprano un lunes. Iban haciendo el ganso todo el camino. Después de una hora y media de recorrer el paseo del río, se dirigieron a la residencia a "hacer algo productivo".
- Joder que ganas tengo de irme de viaje la semana que viene.
- Traeme a algún italianini guapo. - Le pidió Carol.
- ¡Tú todo el día pensando en lo mismo! ¿eh? jaja.
- ¿Y tú no?- Contestó Carol.
- Pues sí, para qué te voy a engañar. Pero tú ya tienes un rollete majo ahí con Xoel ¿eeeehhh?- La vaciló Aleyt.
- ¡Que te jodan! Y a ver cuando se repite, pero pa mí que ya tiene otra cosa por ahí con alguien sospechoso...
- ¿Cómooooo?
- Tú me entiendes...
- Jjajaja, ¿con Leyre? jajaja.
- Ya te digo. El punto y la I... No quiero pensar cómo lo harán.
- Joder Carol, ¡joder!
Caminaban por la puerta del Museo de Escultura y se encontraron con una persona conocida.
- ¡Hola Aleyt!
Aleyt se quedó mirando pensativa. "Aelo..." pensó.
- ¡Hola!
- ¿Qué tal? ¡Cuánto tiempo!
- Bien, ¿y tú?
- Bien... ¿Dónde te has dejado a tu mozo?
- Pues durmiendo estará. Nosotras vamos ya para la residencia.
- Yo también. Adiós.

- ¿Quién era la parda esa?- Preguntó Carol.
- Aelo...
- Vaya nombre, hay que joderse.
- Jajaja. Es amiga de Nacho y estos... Y ex de Genaro.
- Este muchacho tiene el gusto atrofiado.
- ¡Qué borde jaja!
- Sí, dirás que te cae bien por la cara que has puesto... jaja.
- ¿Te acuerdas del día que Peri reventó el extintor de clase que yo llegué con tan mala hostia?
- Sí... jajaja. ¿Cómo no me voy a acordar de ese día?
- Pues esta era la que me puso así...
- ¡Anda y que la den!
Y al llegar a Labouré hicieron de todo menos algo productivo.