miércoles, 23 de junio de 2010

TIRED. CHAPTER VIII. TODAVIA NO HA LLEGADO EL FINAL.

Los dioses nos envidian. Cada momento que vivimos podría ser el último. Nunca volveremos a estar aquí, pero todavía no ha llegado el final. - Aquiles.

La noche de San Juan había sido de coma etílico. A las 14.00, Aleyt bajó a la habitación de Carol para despertarla a comer.
- ¡Vamos marmota! ¡Que hoy se va Silvia y nos tenemos que despedir!
- ¡¡¡Voy!!!
Carol salió con todos los pelos en la cara y sonrió a Aleyt con una mueca resacosa.
- Y mañana el examen de historia... ¡Yo me muero!- Se quejó Carol.
- Anda vamos.
Después de comer, todas fueron al pasillo del 5º, donde estaban los padres de Silvia terminando de recoger las cosas de la chica. Ella lloraba. Le daba pena tener que irse a casa y separarse de sus amigas.
- Os voy a echar mucho de menos.- Dijo entre sollozos.
- Anda no seas tonta que solo son dos meses y ya.
Se aseguraron de que sus padres se hubieran ido y le preguntaron que qué tal con Gerardo...
- Bien. Bueno ya nos veremos en septiembre porque yo trabajo y no podemos vernos.
- Que penita. A mí Nacho sí me vendrá a ver en verano.
Silvia seguía llorando.
Se alejó en el coche de sus padres entre lágrimas y diciendo adiós con la mano.
- Bueno, tú y yo vamos a estudiar historia que mañana por fin terminamos.
- ¡Qué pereza!- Exclamó Carol estirándose.
- Por cierto Vic, ¿qué tal la cena con Ross?
- La hemos dejado para mañana. Nos venía mejor a los dos. Cuando termine con Ariel nos veremos.
- Ah bien.
- ¿Y tú anoche con Xoel?
- ¡Iría bien! Porque no se despegaron ni 5 minutos. Y a cual más borracho de los dos... Jjaja.- Comentó Ana.
- ¡Jooo! Que lo voy a echar mucho de menos...
- Bueno vosotros sí que os vereis.
- Supongo...

- ¡No sé qué coño llevarme, Nacho!- Decía Genaro.
- Pues échate un bañador, algo de ropa así arreglada y poco más. ¡Qué solo vamos dos días!- Dijo Nacho ya poniéndose de los nervios.
Estaban preparando sus maletas para irse a la ciudad de Aleyt, a la fiesta que su madre daba en verano todos los años en la casa del campo.
- ¡Vaya par! Aún la madre de Aleyt os echa de su casa jaja.
- ¡A tí que te da envidia, Nur!- Le contestó Pelayo.
- Uf, la verdad es que sí... Piscina... Sol... ¡Me quiero ir a la playa!
- Ya te queda menos, hija.- Animó Nacho.
Ross entró por la puerta. Estaba nervioso porque dentro de muy poco presentaba su proyecto de fin de carrera.
- Hola.
- ¡Hola!
- ¿Qué haceis?
- ¡La maleta! ¡Mañana nos vamos a ver tías buenas por el sur!- Informó Genaro.
- Ui sí... Jajaja.
- ¿Qué tal con Vic?
- Bien. Hemos quedado al final mañana para cenar. Su padre vendrá un día más tarde a por ella.
- Ah bueno. Mejor. Así tú también has terminado.
- Sí... He quedado en que me llamará cuando termine de la sesión de fotos.

Al día siguiente, Carol y Aleyt iban de los nervios al examen de Historia. Su último examen del curso.
Duró cuatro interminables horas y las manos ya no les daban para más. Además, el calor era insoportable.
Aleyt terminó antes que Carol y se dirigió al hotel Roma a buscar a su madre que había venido a recogerla.
Tomaron un café y, ya tarde, fueron a la residencia a meter al coche la maleta con las cosas de Aleyt para que esa noche ya durmiese en el hotel con su madre.
Tras cenar, Carol, Gerardo y ella quedaron para despedirse y tomar algo. Carol también se marchaba al día siguiente.
Aquello se alargó un poco y Aleyt llegó algo tarde a dormir. Le dio mucha pena despedirse de sus dos amigos.

Por la mañana temprano, Aleyt abandonaba la ciudad en la que había estado un año entero. Un año lleno de emociones, gente nueva, experiencias increíbles que nunca iba a olvidar.
Con ella se marcharon Genaro y Nacho, a los que la madre de Aleyt había invitado a la fiesta del verano. Los cuatro se fueron en el coche sin saber los problemas que tendrían más tarde...

Vic se dirigió por la tarde al estudio de Ariel. Aquel día terminaría la mitad del trabajo.
Ariel estaba diferente... Más serio, pero seguía tratándola como a una reina.
- A ver querida, pone por ahí, donde está el foco verde... Sí, sí ahí. Perfecto.
Los flashes impactaban en la cara de Vic suavemente, pero la luz cada vez se hizo más violenta y Ariel no dijo nada en toda la sesión.

Debía se ser tarde.
Ya era de noche y aquellos eran los días más largos del año. Vic empezó a preocuparse por Ross, porque la muchacha tenía el móvil apagado. Ariel la obligaba a hacerlo mientras estuviesen trabajando.
- Ariel... Me tengo que ir ya. Estoy muy cansada y he quedado para cenar con un amigo. Mañana me voy a casa.
Ariel la miró de una forma extraña.
- Por esa misma razón tenemos que terminar hoy, cielo...
- Ya pero llevamos casi cinco horas sin parar...
- ¿Quieres dejarlo? ¿Quieres que vuelva a ser un fotógrafo fracasado? Sí... Eso es lo que todos quereis...
- Claro que no... Pero entiéndeme, tengo vida social.
- Te equivocas... Una modelo no tiene vida social. Tiene que cumplir con lo que se le exige. No me decepciones Victoria... No lo hagas...
Ariel cambió a un tono de voz mucho más agresivo.
- Nos queda la última parte... La más especial... La más excitante.
Vic lo miró extrañada.
- Desnúdate por favor.- Dijo el fotógrafo mientras se encendía un cigarrillo.
- Me niego en rotundo, Ariel. Lo siento.
Ariel la miró como si fuera a fulminarla con los ojos.
- ¡¿Que te niegas?!- Gritó.
- Oye mira no me grites. Lo siento mucho. Yo quería seguir pero no puedo hacer más. Me voy.
Vic cogió sus cosas y, mientras se dirigía a la puerta, rebuscaba en su bolso.
- ¿Buscas esto?
Vic se dio la vuelta y vio su móvil en manos de aquel hombre bipolar.
- ¿A qué juegas Ariel?
- No... A nada.- Dijo con una sonrisa maliciosa.
Vic empezó a temblar como una hoja y el miedo se apoderó terriblemente de ella.
Se dio la vuelta y corrió por el pasillo hollywoodiano hasta la puerta.
Pero ésta estaba herméticamente cerrada.
Notó las frías manos de Ariel obligándola a retroceder.

Lágrimas... Y un grito ahogado retumbaron en aquel triste y solitario estudio.

Ross estaba en casa. Cincuenta y tres llamadas a Vic... Y siempre saltaba lo mismo... "Información gratuita de orange..."
"¿Por qué me torturas así Vic...?"
Y lo pensó mejor. Decidió olvidarse de ella para siempre. Le estaba haciendo daño. Mucho daño.
Pero lo que no se le ocurrió imaginar era que Vic estaba deseando abalanzarse sobre él.

Aleyt, Genaro y Nacho se lo estaban pasando en grande en la fiesta de casa de la muchacha. Genaro congenió muy bien con los amigos de Aleyt y con su familia.
Nacho ya dio en navidades ese paso.
Genaro estaba bebiendo una copa junto con Momo mientras bailaban de forma ridícula para reirse. Aleyt y Nacho bebían otra copa y estaban sentados hablando de cosas varias con la abuela de la chica.
- ¡Aleyt!
Su madre la llamó con una expresión seria.
- ¿Qué pasa, mami?
- Di a Genaro y a Nacho que vengan...
- ¿Qué pasa? ¿Han hecho algo malo?
- No, no... Quiero hablar con los tres.
Obedecieron y entraron a la casa donde nadie los molestase.
- Bien... Me acaba de llamar la policía.
- ¿Para?
- El lunes teneis que ir a Valladolid. Os quieren hacer unas preguntas. Saben que vosotros dos estais aquí. El asunto es serio... se trata de...

Carol paseaba tranquilamente por su madre por León.
La tarde compras había sido agotadora.
Se respiraba un aire fresco y Carol estaba muy a gusto en aquella ciudad.
Pero echaba de menos a Xoel, y a Aleyt, a Ana, a Silvia, a Vic...
"¡¡¡¿Vic?!!!
De repente la sangre se le heló. Paró delante de una farola...
Y leyó un cartel que rezaba...
"DESAPARECIDA. VISTA POR ÚLTIMA VEZ EN VALLADOLID EL 1 DE JULIO DE 2010"
El móvil de la madre de Carol sonó. Contestó e informó a su hija de que era la policía.

La foto que acompañaba a ese texto, era la de su amiga Vic.

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