lunes, 14 de junio de 2010

TIRED. CHAPTER VI. PROBLEMAS Y SOLUCIONES.

“Los hombres son criaturas muy raras: la mitad censura lo que practica; la otra mitad practica lo que censura; el resto siempre dice y hace lo que debe”.- Goethe.

Ana subía con Carol y Vic al 5º. Les estaba contando que con su hermana ya estaba todo solucionado y se encontraba muchísimo mejor. Las chicas se alegraron por ella.
De repente, sonó el móvil de Carol y leyó un mensaje de Aleyt que estaba pasando el fin de semana en Milán.
- Esta ya veremos si vuelve con el follón del volcán ese de Islandia...- Dijo Ana con tono de preocupación.
- Eso me dice, que en Italia están sin parar de cerrar aeropuertos. Pero que está bien... Y hay una ganao por Milán... ¡Quiero un italianini!- Exclamó Carol ante la risa de sus amigas.
- Bueno pardas yo me voy a hacer el oso un rato.
- ¿Vienes luego a tomar algo?
- No, no. He quedado.- Dijo Vic misteriosa.
- ¿Con quién, eh?- Dijo Carol abriendo al máximo sus ojos.
- ¡Y a ti que más te da, Cazurra que eres una Cazurra!
- jajajaja.
- ¡No me vuelvas a llamar Cazurra eh!- Gritó Carol con cara de enfado.
- Si cuando decimos que Vic tiene un novio por ahí... No nos equivocamos.- Puntualizó Ana.
- ¡Que os den!- Vic cerró la puerta.
A la chica no le gustaba hablar de su vida privada. No tenía la capacidad de abrirse tanto como para contarles que llevaba ya quedando con Ross varios días. Era extraño que Aleyt no le hubiese dicho nada, ya que seguramente Nacho lo sabría...
Por la tarde sonó el teléfono de su habitación. La llamó la recepcionista de portería, Dominique, con la misma sosería de siempre. La informó de que la estaban esperando abajo.
"Lo mato", pensó Vic. No quería que nadie se enterase de aquello porque no le apetecía escuchar comentarios graciosillos. Le dijo a Ross que la esperase en la Casa del Estudiante y le diera una llamada perdida cuando estuviese allí.
- ¡Hola Vic!
- ¡Hola!
Salieron de la residencia y caminaron en dirección a la parada del bus.
- Te dije que me esperases en la Casa del Estudiante...
- Ya. Pero me apetecía darte una sorpresa.
- Si no me importa... Bueno... Es que ya te dije que no quiero que se enteren de que quedamos. Si no vamos a tener coñas para rato.
- Creía que era porque te avergüenzas de mí jajaja.
- ¡No vuelvas a decir eso! jajaja.
Fueron hasta la facultad de ambos. Ross tenía que entregar unas cosas y Vic darle un CD con un trabajo a un compañero de clase.
Se dividieron durante media hora y quedaron en la cafetería para tomar algo.
- ¿Qué tal vais por la residencia? Hace tiempo que no veo a Aleyt por casa...- Preguntó Ross.
- Están bien. Aleyt está en Milán este fin de semana. Y me parece que va a tener problemas para volver porque están cerrando un montón de aeropuertos por lo del volcán este.
- ¡Joder! Es cierto... No se yo como van a llegar.
- A lo mejor tienen suerte, pero la cosa pinta mal... Que pena que no este este sábado para la juerga en vuestra casa jaja.
Siguieron hablando durante un largo rato sobre cosas varias.
Después decidieron volver andando hasta el centro. Hicieron un alto en el camino porque a Vic se le desató la cordonera de la converse. Se agachó a atársela y cuando se fue a levantar se encontró con la mirada penetrante de Ross... Sin decir nada, el chico se fue acercando poco a poco a sus labios...
Pero Vic le detuvo.
- Solo somos amigos ¿verdad?
- Vic... Yo...
- Lo siento Ross... No puedo.
- ¿Por qué?
- Porque necesito más tiempo. Así estamos bien ¿no? ¿Por qué vamos a estropearlo con un lío así?
Ross se quedó un momento pensativo.
- Tienes razón Vic, lo siento.
Vic sonrió y le dio un abrazo muy fuerte a su amigo. Algo despertaba en ella con respecto a aquel chico, pero de momento no tenía que ver con el amor.

No muy lejos de allí, Carol y Xoel andaban juntos a casa del chico. La excusa era el montaje del trabajo de Audiovisual.
Se sentaron enfrente del ordenador a hacerlo. Y empezar... Empezaron.
La sonrisa de Carol se cruzó con la bonita mirada de Xoel. Y se besaron. Una y otra vez...
- Xoel tenemos que hacer esto...- Dijo Carol entre risas.
- Ya... Y yo quiero hacer lo otro...
- Hay tiempo para todo ¿no?
- Mmm... Creo que sí.
Pero esta vez cambiaron de escenario. El agua caliente caía por los cuerpos desnudos de la pareja. Se lo estaban pasando en grande.
Cuando Carol volvió para la residencia pensó... Pensó que no podía sentir por Xoel nada más que deseo. No podía permitirse el lujo de enamorarse de él. Además, él estaba a la vez liado con Leyre. Y Carol lo sabía. Si no le importaba demasiado era porque no sentía nada más por Xoel.
Solo quería desahogarse... Y lo conseguía. ¡Vaya que si lo conseguía!

Eran las 23.00 de un sábado de abril. Nacho caminaba con parsimonia hacia la residencia a trabajar. Agradecería hoy la compañía de Aelo que le prometió el día de antes que bajaría a hacerle una visita.
El chico seguía preocupado por Aleyt, que no sabía si podría volver al día siguiente a España.
Llegó y se sentó en su silla de siempre. Aelo no se hizo esperar demasiado.
- ¡Hola Nachito!
- ¡Hola guapa! ¿Qué tal?
- Bien, bueno, hasta las narices de todo. Tengo unas ganas de acabar que no lo sabe nadie...
- Bueno hija, ya te queda menos. ¡Qué le vas a hacer!
- Pues eso... Nada... jaja. ¿Qué tal estos?
- Bien. Allí los dejé fumando porros con las amigas de Aleyt.
- Jajaja ¿en serio? Mira que no veo a Genaro y a Ross fumando petas.
- Como lo oyes hija... Una locura.
- ¿Y Aleyt no ha salido?
- Que va... Está en Milán con su madre y su primo. Es el regalo que le hicieron a su primo por su cumpleaños... Pero no les ha salido demasiado bien porque están cerrando los aeropuertos por culpa del volcán.
- Joder que putada.
Nacho salió de la salita donde solía estar y tenía las llaves de los residentes y se sentó con Aelo en los bancos de la entrada.
- ...pero bueno volverá en algún momento jaja.
- Sí. ¿Y la relación que tal?
- Muy bien la verdad. No se... No pensé que podría estar tan bien con alguien.
- Me alegro pero... De todas formas no te ilusiones demasiado que al final todo se acaba. Y duele...
Nacho no quería pensar que aquello lo decía por Genaro. Le sonrió. El chico empezó a sentirse incómodo al notar que su amiga se le acercaba más de lo habitual. Pero tampoco le dio mucha importancia.
- He dejado a Jorge.
Aelo le agarró la mano.
En ese momento irrumpió Ágatha por la puerta de entrada. La relación entre las dos cada día estaba peor. No se hablaban. La chica que acababa de entrar se quedó extrañada ante una escena tan cariñosa.
- Hola Nacho.- Saludó Ágatha con voz de pocos amigos.
Nacho se levantó y le entregó su llave. Pasó por delante de Aelo y ésta la saludó tímidamente, pero el saludo se fundió en el aire... Ágatha no contestó.
- ¿Con esta todo igual no?
- Sí... Ya ves... No me saluda, ni me habla ni nada.
- Déjala. ¡Ah! Sabes que Pelayo se va al año que viene ¿no? Pues Ágatha nos ha dicho que quiere ocupar su habitación.
- Pues... Vais a ganar una compañera de piso y a perder a una amiga.
- ¿Por qué dices eso?
- Si Ágatha va allí, no pienso pisar por vuestra casa nunca más.
Y Nacho bajó la mirada ante aquella sentenciosa contestación.

En casa de Genaro y Ross el ambiente que se respiraba era totalmente diferente. Bueno... Si es que se podía respirar...
- ¡Vic! ¡Que rule! jajaja.- Exclamó Louise alargándo el brazo para que Vic le pasase el porro.
- ¡Esto está cojonudo!- Exclamó Ana.
Estaban Louise, Sara, Ana, Vic, Carol, Silvia, Genaro y Ross. Pelayo estaba en su habitación intentando hacer algo de su proyecto. Sara había entrado un par de veces a ver cómo iba.
Se lo pasaron genial aquella noche, pero echaron en falta la presencia de Aleyt.
Después salieron de fiesta por ahí y se encontraron con Ágatha y su novio en un pub.
La chica se estuvo haciendo fotos con ellos y, cuando se acordó, contó a Genaro la extraña escena de Aelo y Nacho en la entrada de la residencia. Genaro no le dio mucha importancia...
Pero Sara había escuchado aquello. Sabía lo que pensaba Aleyt de Aelo, aunque por supuesto respetaba que fuese la mejor amiga de Nacho. Cuando volvieron a la residencia, informó a Louise.

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