miércoles, 27 de octubre de 2010

TIRED. CHAPTER XI. ¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN LABOURÉ?

"Dudo que ningún pintor haya interpretado nunca a la mujer de una manera más seductora. El pincel de Renoir, rápido y ligero, les da la gracia, la suavidad, el abandono, hace su carne transparente, colorea sus mejillas y sus labios de un brillante encarnado. Las mujeres de Renoir son hechiceras.

Si os lleváis una de ellas a casa, será la persona a la cual echaréis la última mirada al salir y la primera al entrar. Conquistará un lugar en vuestra vida. Haréis de ella una amante. ¡Pero qué amante! Siempre dulce, alegre, sonriente, sin necesidad de vestidos, ni sombreros, sabiendo prescindir de joyas; ¡la verdadera mujer ideal!".- Théodore Duret.

Un pequeño homenaje a un gran pintor impresionista: Auguste Renoir.

La noche era fría. El cielo estaba despejado y podían verse las estrellas perfectamente. Las luces de la residencia Labouré iban apagándose poco a poco.
Pero una permaneció encendida hasta altas horas de la madrugada.
Ana le daba vueltas y vueltas a una nota que había encontrado bajo la puerta de su habitación.
Rezaba: "Estáis en peligro."
Pero... ¿Quiénes? ¿Ella y su hermana? ¿Ella y las chicas? No sabía qué hacer...
Sus manos temblaban con aquel siniestro papel entre las manos.
Era un trozo de folio partido por la mitad, y las letras estaban escritas a tinta negra y con goterones. Como si hubiese sido escrita con una pluma antigua.
"¡Pero qué chorradas!" "Mañana se lo cuento a las chicas y algo haremos".

Apagó la luz e intentó dormirse.
Pero no lo consiguió.

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A la mañana siguiente, el sol brillaba de otra forma en la cama de Genaro. Se quedó mirando a la chica que lo acompañaba.
Todo comenzó un día normal, en una noche normal. Pero algo de ella le llamó la atención...
Se llamaba Lidia. Vivía en una residencia de estudiantes femenina, y en aquel momento, para Genaro, era la chica más divertida que existía.

Un día, la invitó a su casa para hacer una noche de 3 P: peli, pizza y palomitas. Y la cuarta P la dejarían para otra ocasión.
La cita transcurrió bastante bien, como si fueran los mejores amigos del mundo. Aunque sabían que acabaría siendo algo más.

Y así fue. En ese mismo instante ella dormía plácidamente al lado de Genaro, que se quedó embobado escaneando su cuerpo sin ropa alguna.
Y sonrió. Pero no sabía qué quería decir aquella sensación de bienestar que le producía Lidia. ¿Estaría enamorándose?
"¡Qué chorrada!" pensó, "¿yo? ¿con novia? ¿ahora? ¡No, gracias!"

Lidia emitió un gemido y se despertó. Miró a Genaro con brusquedad, como si no supiera dónde se encontraba. Había dormido estupendamente.
Se dieron un beso de buenos días... Un largo beso.
Un largo beso que acabó en un polvo de buenos días.

Lo que no sabían es que pululando por la casa ya había bastante gente. Javi y Monique estaban desayunando en la cocina, y no sintieron envidia al escucharlos porque ellos se acababan de levantar de hacer lo mismo.
La nueva pareja estaba muy a gusto en el piso de los chicos. Y ellos estaban también encantados, aunque, como era de esperar, echaban de menos a Pelayo.

Ross acababa de llegar de clase, y, al oír los ruidos extraños de la habitación de Genaro, puso cara de circunstancia a sus nuevos compañeros. Como queriéndoles decir que se fueran acostumbrando.

Lo que ya fue el colmo fue cuando se encontraron a Aleyt saliendo de la habitación de Nacho, despeinada, descalza y poniéndose el jersey.

Aquel día estaba siendo de lo más movidito.

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Sara iba tranquilamente hacia el office a hacerse un vaso de leche para merendar. Estaba de estudiar hasta las narices y necesitaba reponer fuerzas.
Su vida por fin había vuelto a la normalidad: con sus padres bien, habiendo superado ya lo de Pelayo y con sus estudios como única preocupación.

- Pst... ¡Sara!
Ana llamaba a su amiga desde su habitación.
Sara se giró y la miró extrañada. Notó a Ana nerviosa.
Entró en la habitación y vio como Ana cerró la puerta con llave a toda prisa.
- ¿Qué te pasa?- Pregunto Sara con relativa preocupación.
- ¿Has visto a alguien ahora o escuchado algo por el pasillo?
- No, ¿por qué? ¿qué te pasa?
- Mira...
Ana le enseñó a Sara el papelito que recibió la noche anterior. Y el que había recibido hacía escasos minutos.
- ¿Qué es esto?
- Alguien que me quiere, o, mejor dicho, nos quiere gastar una broma de mal gusto.
- Bah, no hagas caso.
- Bueno... No quiero darle importancia pero me está poniendo nerviosa. Seguro que ha sido ella...
- ¿Quién es ella?
- La tutti frutti.
- ¿Qué pasa con ella?
- ¿No te has enterado?
- No, cuenta.
- Pues resulta que la muy parda ayer ralló la puerta de una novata y le escribió PUTA en el marco.
- ¡¿Qué dices?! ¿Cómo sabes que ha sido ella?
- ¿Quién si no...?
- Joer no se, cualquiera.
- Algunas novatas del 4º dicen que la vieron. Además, a esa chica dice que la acosa desde hace tiempo. Está loca tía.
- No se... Pero vamos, no hagas caso a estos papeles anda... Y si mandan más pues ya haremos algo. ¿Se lo has dicho a éstas?
- No. Fui a contárselo a Carol y a Aleyt pero...

Ana paró en seco cuando alguien llamó a la puerta de su habitación. Era Carol.
- Mira lo que me han dejado debajo de la puerta.- Carol les enseñó un papel idéntico al primero que recibió Ana. El segundo rezaba: "lo digo en serio."
- No puede ser... - Ana casi se ahoga con el humo del cigarro.
- Voy a ver si en mi habitación han dejado algo.- Comentó Sara, que salió corriendo de la habitación.
- Vamos no me jodas jajaja.- Carol se lo tomaba a cachondeo.
- ¡Chicas!- Sara gritaba al fondo del pasillo.- ¡Yo también tengo mensajería secreta en el buzón Labouré! jajaja.
- A mi esto no me gusta nada.

Ante el revuelo del pasillo, Vic y Silvia salieron de sus habitaciones.
- ¿Qué os pasa?- Preguntó Vic.
- Mira...
Vic se quedó anonadada.
- Pensaba que me lo habíais metido vosotras...
- ¿De qué hablas Vic?- Preguntaba Carol.
- Nada, yo tengo un papelito como ese. Me lo encontré anoche.
- ¡Joder que fuerte jajaja!
- ¿Dónde están Aleyt y Louise? ¿Y a tí Silvia?
- Yo no he recibido nada de eso, ¿qué pone?
Silvia leyó los papeles y se extrañó de que ella no tuviese ninguno.
- Aleyt está en casa de Nacho, no tardará en llegar, y Louise se fue para casa.

Justo, al momento apareció Aleyt.
- ¡Élite! ¿Qué hacéis ahí?
- ¡¡¡¡COOOOOORRRRRREEEEE, AAAABRREEEEE LA PUERTAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! - Gritó Carol abalanzándose sobre ella.
- ¿Eh? ¿Qué? ¿Qué pasa? ¡Suelta mi llave locaaaaaaa!
Carol empujó a Aleyt y abrió corriendo la puerta de la habitación.
Allí, en el suelo, otra de las sospechosas notas: "Vete de aquí. Estáis en peligro."
Carol la agarró rápido.

- ¿Otra? - Preguntó Vic muy serena a comparación con el nerviosismo general.
- Sí. Vamos dentro.
- ¿Me vais a explicar que está pasando?- Dijo Aleyt con un mosqueo alucinante.

Carol y Ana se lo explicaron y Aleyt se quedó pensativa. No entendía nada.
- ¿Y decís que a Silvia nada? ¿Y que es la Tutti Frutti?
- Sí... Es ella fijo, ¿tú sabes lo de la novata no?
- Sí, sí claro. Pero eso no tiene nada que ver, puede haber sido cualquiera.
- ¿Qué hacemos?
Antes de que pudieran responder, alguien llamaba de forma rápida y fuerte a la puerta de la 514. Era Silvia.

- Chicas, no me digáis cómo, pero me acaban de pasar esto por debajo de la puerta. Abrí corriendo, y no vi a nadie...

domingo, 24 de octubre de 2010

TIRED. CHAPTER XI. ¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN LABOURÉ?


"Juventud... ¿divino tesoro?"

El frío volvía a apoderarse de los cuerpos de la mayoría de los transeúntes de la ciudad.

Y no había mejor forma de combatir el frío que una que todo el mundo ya sabe...

Aleyt se vestía mientras Nacho la retenía con los brazos. Pero tenía que volver a la residencia, ya había estado demasiado tiempo fuera y las obligaciones universitarias eran sagradas.

- Jo... No te vayas.

- Ay Nacho yo no me quiero ir...

- Bueno, si quieres te acompaño un poco hasta la resi.

- No, no. Que tienes que ir a ensayar al coro y vas a llegar tarde por mi culpa.

- Vale... Como quieras.

La chica salió de la habitación dispuesta a salir por la puerta. Dio un beso a Nacho, pero alguien la interrumpió antes de que marchara.

- ¡Aleyt!

Era la voz de Ross.

- Hola Ross, ¿qué tal?

- Bien.

- Oye... ¿vas para la residencia?

- Sí.

- Bueno, me voy contigo, yo es que voy a clase. Y así hablamos...

Nacho miró a Ross con cara de extrañeza. Y Aleyt se puso nerviosa. Sabía que el tema iba a ser Silvia. Y Nacho notó los nervios de la muchacha que, como siempre, estaba metida en un berenjenal del que estaba deseando salir.

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Mario no paraba de llamar al teléfono de Louise una y otra vez, y una y otra vez. Pero ésta hacía caso omiso a las llamadas del chico.

Estaba en tren que la llevaba por enésima vez a casa. Y mientras miraba por la ventana el espléndido paisaje cántabro, pensó en todos los momentos buenos que había pasado con Mario.

Sonrió al recordar que le había prometido que se casaría con él, y que tendrían una casa. Y niños... ¿Qué derecho tenía ella a tirar por la borda todo el tiempo que habían estado juntos? ¿Por qué se estaba haciendo ese daño?

Siguió pensando, pero todo apuntaba a que estaba cometiendo un grave error, así que, sin más, escribió un te quiero con mayúsculas en un mensaje destinado al hombre de su vida.

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Ross y Aleyt caminaron callados por las calles de Valladolid, dando un pequeño rodeo. Ross no sabía como empezar, así que la pregunta fue directa:

- ¿Cómo está Silvia?

Aleyt miró a Ross, pero apartó la vista enseguida, pues no quería mirarle a los ojos. De ese modo le hubiese dicho algo ofensivo.

- Ross..., déjalo.

- No Aleyt, yo pensaba que ella estaba bien, pero no lo está. Y todos pensáis lo que no es, yo no soy como creéis.

- ¿Entonces por qué la dejaste así, sin más, después de haber estado todo el puente mandándole mensajitos, acompañándola a la resi, quedándo con ella...?

- Para Aleyt para, las cosas no son como parecen...

- Pues explícamelo, o mejor, deberías de explicárselo a ella.

Se pararon en seco en una calle no muy transitada.

- Aleyt, yo no he dejado a Silvia por nada... Me lo he pasado muy bien con ella, pero... Es complicado de explicar. Yo no puedo prestarle la atención que ella se merece, tengo unos estudios con los que cumplir, unas metas que alcanzar y si me enamorase de ella no podría cumplirlas. Te admiro porque tú sí puedes y a Nacho lo puedes atender, pero yo soy incapaz de hacer eso con Silvia, y sé que lo pasaríamos fatal los dos. Se que suena como una excusa barata y fácil de poner, pero lo que todos habéis visto es que yo me he divertido a costa de ella y cuando me he cansado la he mandado a la mierda, pero no os habéis parado a pensar en cómo soy yo porque no me conocéis. Además, ¿y si no llegase a enamorarme de ella? Yo no lo estaba todavía, empezamos a salir y vosotros, todos los que me rodeáis fuisteis los que os pensasteis cosas que no eran... Y se lo decíais a ella. Si la hubieseis dejado pensar por ella misma, no habría pasado esto. La gente se mete siempre donde no la llaman y eso afecta y condiciona las relaciones humanas. Deberíais de habernos dejado sin preocuparos y sin hablar sobre cosas que no tenéis ni idea. Y también especuláis sobre si Vic me sigue gustando, o no... De verdad, parad, no sabéis el daño que hace que te juzguen sin conocerte... La gente debería de dedicarse a sus asuntos y dejar a los demás en paz, ¿no crees?

Aleyt estaba mirando a Ross con los ojos muy abiertos.

Llevaba razón, llevaba razón en todo. No tenía nada que echarle en cara ni nada más que decirle.

Solo pudo avergonzarse y decirle que lo sentía muchísimo.

jueves, 21 de octubre de 2010

TIRED. CHAPTER XI. ¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN LABOURÉ?

"Ama y haz lo que quieras".

Las cosas en Labouré empezaban a torcerse. Sobre todo en el tema amoroso.
- No entiendo nada... -Se repetía una y otra vez Carol.
- Ni yo... Ya verás que fin de semana de llantos. - Decía Ana entre calada y calada.
- Y Aleyt se pira... Se podía quedar... Es la más comprensiva con Silvia jaja.
- ¡Anda tía pobre! Solo quieres que se quede para chuparse la lloraera de Silvia por la ruptura con Ross...
- La verdad que no me lo puedo creer. La deja así, ¡hala! tan de repente... ¿pero a este chico que le pasa?
- Pues nada hija, lo que a todos. Encontró a una con la que liarse hasta que se cansó.
- Siempre igual, prefiero estar como estoy.
- ¿Follándote al cani? - Dijo Vic mientras entraba por la puerta de la habitación de Ana.
- ¡Vete a la mierda! Jajaja.
- Es verdad, ¿qué tal está Silvia?
- Llorando... Mucho...
- Joder... ¿Pero ese chico es tonto o qué? Vi el mensaje de Aleyt y me quedé pilladísima.
- Y yo maja. Silvia estaba tan ilusionada... No se. La verdad es que yo pensaba que había futuro...
- Él no lo ha hecho bien... Para nada.- Decía Vic.
- Y... ¿No te has preguntado si esto lo ha hecho porque aún siente algo por tí?- Preguntó Carol, muy seria.

Vic se quedó pensativa.
- Pues... No va a servirle de nada.

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Genaro estaba de los nervios.
Ya no le quedaban uñas por morderse ni rizos que estirar.
Cuando oyó el giro de la llave, saltó de su silla, liándose con los cables del ordenador, y fue al pasillo.
No se equivocaba. Esperaba a Ross para que le contase lo de Silvia.
- ¿Qué tal se lo tomó Silvia ayer?
- Yo creo que bien. Joder... No dices ni hola jaja.
No había terminado la frase cuando Nacho salió de su habitación.
- ¡Hombre Cantautor!- Dijo Genaro.- ¿Dónde vas?
Nacho miró a Ross...
- Pues...- Dudó.- He quedado con Silvia.
Cerró la puerta y ni el ruido sacó a Genaro de su alucine.

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Ofelia y Arturo caminaban lentamente por la rivera del Pisuerga. Entre ellos se había acabado todo... Absolutamente todo.
Hablaban sobre banalidades, se miraban sin la más mínima complicidad, y odiaban no poder salvar ese abismo que se había formado entre ellos.
Arturo habló... Y lo que dijo estremeció a Ofelia, porque sentía que toda la culpa era de ella. Aunque no era así...
- Ofe... Mírame.
Ella tenía los ojos llenos de lágrimas.
- Esto no es el final... Tú y yo hemos estado muy bien juntos. Pero cuando algo termina empieza algo nuevo. Yo no puedo estar así porque también necesito formar mi vida. No puedo estar esperándote eternamente para que luego no vuelvas. Prefiero tener algo seguro contigo, algo como una amistad. Una bonita amistad. Eres la chica más encantadora y más especial que he conocido, me daría mucha pena que decidieras no querer saber nada de mí por lo que te estoy haciendo. Pero me siento en la necesidad de ser un poco egoísta...

Ofelia lo miró, ladeó una sonrisa y, sin decir nada, cruzó el Puente Mayor.
Arturo siguió su bella silueta hasta que se perdió en la lejanía.
Pero ella no volvió la vista a atrás en ningún momento...

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Mario y Louise no paraban de discutir por el teléfono. Hacía tiempo que se peleaban y que habían perdido la confianza que tenían...
Louise había descubierto un mensaje sospechoso para el que Mario no tenía respuesta. Evitaba el tema y, lo que más dolía, evitaba la verdad.
Estaban intentando arreglar algo que por el momento no tenía solución.
Pero Louise lo quería. Lo quería con toda su alma.
Lo que pasaba es que ya no quería estar más tiempo sometida a las cadenas de un amor y un cariño que a ella la estaba haciendo daño y le comía todo su ser.
Gritó, gritó al teléfono. Estaba harta de los celos de Mario, de sus mentiras y de su tozudez.

Y, con profunda pena, decidieron cortar por lo sano....

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Sara, ajena de momento a todos los acontecimientos, abrió la carta que le había entregado Aleyt. La leyó a la luz tenue de la lamparita de la habitación que apuntaba al techo.
No sabía qué quería decirle Pelayo, pero nada más coger aquel sobre de papel sintió la necesidad de buscarse a ella misma y preguntarse si no habría dejado pasar una oportunidad que nunca jamás volvería.

Y leyó...

Ya son 24 años, que se dice pronto. He aquí el mayor punto de inflexión que tendré en mi vida. Se acabó la carrera, se acabó mi estancia en Valladolid, se acabó el compartir piso, se acabaron los eternos viajes en Alsa, se acabaron los buenos momentos con mis amigos… Llega un fin y arranca un nuevo comienzo que no sé a dónde me llevará. El futuro no es muy alentador, pero habrá que buscarse la vida.

Pero sobre todo, lo que más me duele es que se acabó tu compañía.
Perdóname si te he fallado en algún momento, no soy perfecto, creo que no se amar, y creo que no soy capaz de quererte y darte todo el cariño que mereces.
Lo que sí sé, es que tú llenaste un hueco que no sabía ni que existía... Pero que supe que estaba ahí, latente, el día en que te conocí. No echo de menos nada físico, solo echaré de menos la luz de tus ojos, tus andares graciosos y tu sonrisa. Gracias a ti he conocido un sentimiento nuevo, unas nuevas sensaciones, y algo de experiencia. No sé como será mi vida de vuelta a casa, es un logro haber llegado hasta aquí. He cumplido uno de mis sueños, y te deseo de todo corazón que cumplas los tuyos.
No creo que nunca pueda olvidarme de lo que has significado para mí. Y seguramente que pasará mucho tiempo para que te borre de mi cabeza y pueda dejar un asiento libre a otra persona que me haga por lo menos la mitad de feliz que me has hecho tú el poco tiempo que compartimos juntos.

Lo siento si te ofendo, o te hago llorar. Lo mejor será que ignores esta carta, aunque, conociéndote, seguro que la estás leyendo hasta el final.

Sara, te mereces todo lo mejor. Espero que tú consigas alcanzar alguna de tus metas, como he hecho yo. Quiero que mis palabras te den fuerza para ello.

Pelayo.


Efectivamente, Sara lloró. Y no ignoró la carta.

La guardó en lo más profundo de su corazón.

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Carol llamó a Aleyt. Ésta estaba en casa visitando a su abuela y a su familia.
- Hola chata.
- Te tengo que contar muchas cosas tía...
- ¿Qué pasa? - El corazón de Aleyt se aceleró. No hacía ni cinco minutos que había estado animando a Momo, que acababa de romper con el chico que le había robado el corazón hacia tiempo.
- Malas noticias... Bueno, ya sabes lo de Silvia y Ross.
- Sí...
- Bueno, hay más.
- ¿Qué pasa Carol?
- Mario y Louise lo han dejado, Ofelia y Arturo también...
Aleyt cayó en la cama como un peso muerto. Miraba al infinito.
Carol terminó de contarle toda la historia y, cuando colgó, no pudo evitar pensar en su relación con Nacho.

¿Por qué a todas las personas a las que quería les estaban pasando cosas horribles y ella había podido superarlas?

Sintió miedo, un pánico horrible...

viernes, 15 de octubre de 2010

TIREDREFLEXIONES

"If we hold the hand that rapes the hand, and everyone can feel the hand, and nothing´s gonna change, it could be the time we´re living in, we´ll never feel so safe again, but love always remains". - Love always remain (MGMT).

En un lugar de la mancha, cuyo nombre debeis conocer y ciudad que debeis visitar, alguien escribe en El Jardín de las Delicias escuchando esa canción...

Muchas veces me he planteado el por qué de Tired.
Es curioso, pero cuando hablo con Momo, mi mejor amiga, sobre la gente, la sociedad, etc., las dos acabamos con esta frase: Yo flipo. De ahí el nombre de nuestro próximo proyecto.
Me parece fascinante observar a la gente, ver sus movimientos, preguntarme por qué hacen esto o lo otro, qué es la sociedad en la que vivimos, qué es el mundo, qué espera la gente de la vida, cómo, por qué, cuándo, qué viven...

Tired es un reflejo de lo que para mí es la realidad que me rodea. Los personajes no son tan reales, ni tampoco tan ficticios, porque todas las cosas que les suceden, independientemente de que en la realidad les hayan ocurrido a ellos o no, son ligeramente ciertas.
No pretendo cotillear, aunque, como todo el mundo, la curiosidad es algo innato directa o indirectamente. Tampoco hacer daño, ni mezclar hechos sin sentido.
Solo pretendo con esto reflexionar acerca de el porqué somos así, por qué nos gustan ciertas cosas, por qué las personas son tan diferentes o nuestra juventud tan repetitiva. Y tomo como ejemplo a las personas que tengo cerca y a las que les he cogido o les tengo mucho cariño.

Ahora se ha convertido en un hobby, me alegro de que espereis con ansia un capítulo nuevo, pero cada día se me pone más difícil. No quiero que por culpa de lo que escribo sin interés de hacer daño, lo cause. Y lo cause irremediablemente.

Pero sí, a las personas en las que inspiro mis personajes las estudio en solitario. Y me encantaría escribir otras cosas... Pero sé que eso me daría problemas porque, a fin de cuentas, es una opinión muy subjetiva y muy personal.
Me gusta escribir Tired, y desgraciadamente no tengo mucho tiempo para hacerlo. Me gusta porque es mi rato de pensar, mi rato en soledad y un tiempo en el que río, lloro, me enfado... O siento una melancolía horrorosa.
A lo mejor también relato las historias como me gustaría a mí que fuesen o que hubiesen sido.
Muchas de las cosas que suceden, aquellas pocas que no son reales, se me vienen ocurriendo desde hace mucho tiempo, y esta es la oportunidad de plasmarlas.
Con Tired tampoco busco mi momento de gloria ni nada por estilo. Es una de las pocas cosas que tengo tiempo de hacer por mí.

Los personajes... Bueno, digamos que la vida de aquellos en los que se inspiran me ha venido al pelo, por su situación, por ser como son, por hacer las cosas como las hacen y, por supuesto, por la opinión que tengo yo de ellos...

Diré algo por ejemplo de Carol. Bueno, ELLA... ella es, no lo sé como es... Es alguien que a mí me hace reír. Me descojono cuando tengo que escribir algo sobre ella, y cuando estoy con ella. Y lo mejor, es que no se enfada. A lo mejor piensa que soy lo peor de lo peor en la soledad de su habitación labouretana, pero me lo paso bomba cuando cuento una historieta sobre ella. Es una tía muy, muy grande. Y la quiero un montón.

Después tenemos a Louise y a Sara. El caso es que son leales... Muy leales. Lo que pasa es que tienen un carácter un poco especial. Cuesta cogerles el punto, cada una en su estilo, pero no puedo discutir con ellas. Es imposible porque... ¡me dan pánico! Pánico del de verdad. Yo solo quiero que tengan suerte y darles las gracias porque mi vida en Valladolid sin ellas habría sido una pena, sobre todo al principio. Y vaya par de c... tienen... ¡Échale!

Luego está el dueto calavera: Ana y Vic. A la pobre Vic la he llevado todo Tired a salto de mata. Y creo que es la única historia irreal... O más bien surrealista, porque no es ni medio normal lo que le pasa, aunque... ¿por qué no? Sería muy emocionante. Vic no se parece en nada a mi amiga "cometeelpollo", y ha sido un personaje del que he tenido que escribir forzosamente, pero ha sido muy divertido y complicado. Es una pequeña gran persona. Y siempre tiene algo gracioso que decir aunque sea para joderte. Luego Ana... Es caso aparte. Me parece tan racional como cabra loca. Me gusta como es, me gusta mucho, y me fascina su forma de ver la vida. Y su paciencia... ¡Bendita paciencia, M. Sangrienta!¿Un cigarrito?

Por "último"... Está el personaje del que todo el mundo habla: Silvia. Hazme un favor... Sonríe, encarate con la vida, y hazte fuerte. Lo eres, pero hazte más. Ella es la típica persona que creen débil y con la que todo el mundo piensa que tiene derecho a meterse, pero se equivocan. Al menos tiene sus ideas claras, defiende aquello en lo que cree y sabe respetar. Eso es un valor único. Aunque a veces yo también pongo el modo desconectado... ¡Viva España!

Entre las cosas más extrañas que he visto está Ofelia. ¿Qué decir de ella? Es que es imposible de entender... Ella sí que es complicada, muy complicada. Pero me gustan el tipo de personas que me hacen pensar. Ella es la que rompe todos mis esquemas mentales. Absolutamente todos. ¡Como mola!

Y ya, nos trasladamos a la Rue de la Libertad. Encima de la funeraria. Empezando por ahí, ya suena cómico.
Al fondo del pasillo encontramos a Ross. Ross, por favor, háblame más, necesito conocerte más, y no seas tan inaccesible. No me parece frío, me parece una persona formidable, y de buen corazón, pero le miro a los ojos y no veo nada. Aunque escriba Tired, soy de fiar, te lo prometo :P.

Siguiendo, aparece un chiste andante: Genaro. Genaro es... Es que no tengo palabras para describirlo. Al principio de los tiempos me pareció el tío más rancio del mundo, en serio, pero es en esos casos cuando alucinas y te das cuenta de que las apariencias engañan. Lo considero no de mis mejores amigos, porque es muy poco tiempo el que ha pasado, pero sí de los que más aprecio. Eres un sol.

Si te metes por el salón... Bueno, ahora ya hay que ir a Asturias, encontrareis a una persona tan extraña como especial. Pelayo. Me dio mucha pena cuando se fue de Valladolid, y puede decirse que era de los que menos conocía, pero me gusta como es, me gustan las personas que no son el canon social y, como muchos otros, rompen con esa idea. Es muy grande, y le deseo mucha suerte y espero que nos veamos pronto. (Pst... siento lo del capítulo erótico). Sigue con la cara B please.

Hacia la puerta, saltando una habitación, está Nur. No he hablado mucho de ella en Tired, pero a mí, en contra de la opinión de la Ajopuerro&CIA, me parece una chica inteligente, dispuesta a conseguir lo que se proponga y muy, muy fuerte. Algún día echaré de menos sus gritos repentinos por el pasillo ;-).

Nacho... A Nacho mejor se lo susurro al oído.

El resto de personajes los considero secundarios. La etapa de Ajo, Margarita y BH ya pasó a la historia. He de decir que sin ellas no sé que hubiera sido el principio de mi vida allí... Aunque el final no me ha gustado nada. En cierto modo tendré que agradecéselo.
Ágatha ha sido borrada del mapa en todos los sentidos, no he vuelto a saber de ella. Y Aelo... Mi opinión tiene que cambiar, aunque solo sea sustancialmente, pero no a todo el mundo podemos caerle bien ¿no?

Momo... A ti también te lo susurro al oído esta noche xD.

Resumiendo...

Si alguna vez os he ofendido en mayor o menor medida... Lo siento.
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¡Qué coño!

OS JODEIS! Jajajajaja.

Que noooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!! :)

Atentamente: Aleyt. :-P

martes, 12 de octubre de 2010

TIRED. CHAPTER XI. ¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN LABOURÉ?

"Ante un problema humano, los materialistas analizan la parte fácil, niegan la parte dificil y se van a casa a tomar el té."

Un avión salía del aeropuerto de Milán en un día muy soleado.
Louise y Sara dejaban con pena aquella ciudad de la que guardarían un recuerdo inolvidable.
Habían estado en casa de los tíos de Louise en Novara, con la excusa de ir a un concierto de Zero Assoluto.
- ¿Tú crees que volveremos?- Decía Sara pegando la cara al cristal de la ventanilla.
- ¡Seguro! ¿Lo pasamos bien eh? jajaja.
- Oh sí, y por lo menos este viaje no secuestraron a nadie ni tuviste que volver antes... jajaja.- Bromeó Sara.
- ¡Ya te digo!
- ¿Qué tal con Mario?
- Sin más, Sara... No se... Antes había... ¿magia?- Louise apartó la vista hacia el infinito. Quería a Mario, pero le dolía que no confiase plenamente en ella.
- Se solucionará... Seguro que se solucionará.

Quedaba una hora y media antes de aterrizar en Madrid.

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Nacho se despertó a las 9 un sábado de mañana fría.
El chico empezó a acariciar a su novia, que dormía plácidamente en un colchón en el suelo. La miraba y disfrutaba viendo lo a gusto que estaba, aunque le gustaba todavía más ver sus ojos a la luz del sol o de la lamparita. Pero tenía que despertarla y cumplir el regalo de cumpleaños.
Aleyt emitió un gruñido cuando Nacho le susurró un cariñoso "buenos días" al oído. Abrió sus ojos y lo miró con una sonrisa.
- Vamos... Ya es hora.
- Mmñmmñ... Sí...
El chico no tardó en levantarse, ponerse los vaqueros, una camisa y un jersey. El día estaba lluvioso y gris. "Espero que no nos calemos en Salamanca", pensó mirando por la ventana.
Aleyt hizo lo mismo. Se incorporó tiritando, pero pronto se puso la ropa, más abrigada que el pijama, y se dispuso a desayunar.
Ross y Pelayo ya se habían marchado a casa... Y pronto llegaría el nuevo compañero de piso.

El día en Salamanca transcurrió lo mejor posible. Nacho le mostró los secretos más ocultos de la ciudad. Hablaron, rieron, pasearon y disfrutaron de un día soleado en una encantadora ciudad.
Acabaron agotados.
O no...

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Vic, Carol y Ana aprovecharon el puente y se fueron las tres a casa de Carol. A pesar de que fue en plan relax, hablaron sobre muchas cosas y había algo que a todas preocupaba. Fue algo que dijo Silvia, algo así como que el grupo que formaban se estaba desmembrando.
No era culpa de ninguna de las siete, sino que ahora sí que cada una necesitaba su tiempo a solas, sus ratos de estudio y sus sábados noche tranquilos.
- El otro día hablé con Aleyt... Quiere irse de la residencia. Y lo veo normal. Yo no sé si aguantaría los comentarios que le hacen las monjas.- Explicaba Carol mientras veían una película sin el más mínimo interés.
- Ya... Pero eso es porque Aleyt es tonta... Porque a mí me dicen eso y las mando a la mierda. No se quiere ir porque estamos nosotras.- Dijo Ana.
- No se va a ir. Pero yo creo que lo mejor es que Nacho no vaya por la residencia y así se les olvidará.- Terminó Vic.
- ¡Por cierto! ¿Cómo irán Silvia y Ross? ¿Y el compañero nuevo de piso? ¡¿Estará bueno?!- Gritó Carol.
- Jajaja, dice Aleyt que tiene novia.
- Ay maja... Las novias imponen pero no impiden jajaja.- Bromeó Ana.
- Bueno, de Silvia y Ross no sé nada. Pero yo veo futuro por lo que me contó Aleyt.
- ¿Ah sí?
- Sí. El día que se despidieron, Silvia le dio un beso a Ross y tal. Pero cuando se iban a venir de verdad, Aleyt escuchó decir a Ross "otro de despedida", y agarró a Silvia y le plantó un morreaco... jajaja
- Eso es amor...- Suspiraba Vic.

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Nacho salía de casa casi corriendo. Tenía debut con el nuevo coro en el que estaba en Soria.
Aleyt y Genaro se quedaron en casa, sin hacer nada, como un domingo cualquiera. La tarde transcurrió aburrida... Muy aburrida, y Aleyt estaba molesta porque su novio se había ido dejándola allí y tampoco la"dejó" irse a la residencia. La verdad que eso era lo último que quería...
- Uf... ¿Qué cenamos, Aleyt? - Preguntó Genaro con una voz perezosa.
- No lo se... Jolín, le envié un mensaje a Ofelia para ir a ver su piso pero ni me coge el teléfono, ni nada. Llevo llamándola toda la tarde y nada.
Siguieron un rato en el sofá viendo la tele, cuando sonó el móvil de Aleyt. Era Ofelia invitándolos a cenar a su nueva casa. Tuvieron suerte.
Marcharon hacia el edificio Duque de Lerma, uno de los más altos de Valladolid, justo al lado del río. Cruzaron el puente Mayor y llegaron al gran edificio.
- ¿Qué piso era? - Preguntó Genaro.
- El 19º.
- ¡Joder! Jajaja, ¿subimos andando no?
- Yo creo que mejor corriendo jajaja.
Buscaron la puerta de entrada y subieron.
Allí los esperó Ofelia, en pijama, acompañada de Arturo y una amiga.

La cena se demoró hasta las 00.15 de la noche, porque a la pobre Ofelia no se le hacía el pollo en el horno. Aún así, recompensó la espera con un postre a base de chocolate caliente, helado de vainilla y galletas de Bob Esponja.
El piso era un encanto. Desde él se veía todo Valladolid.
Tenía un recibidor y a partir de él se accedía a las habitaciones: un salón - estudio, una cocina que tenía una cristalera que comunicaba con el salón, un baño completo y una habitación con cama de matrimonio.
- Para vivir en pareja está muy bien.- Dijo Ofelia guiñando un ojo a Arturo.
Hablaron de todo un poco y la noche se hizo amena.
Tan amena que se alargó hasta casi las 03.00 de la madrugada.

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Lo que iba a ser un finde de relax se convirtió en una borrachera de órdago por León.
Las tres chicas regresaban a casa de Carol en un estado entre lamentable y divertido. Sobre todo por las carcajadas que se oían a dos manzanas...
- Bueno chicas... Tengo que contaros algo muyyyyy fuerte....- Dijo Carol con la lengua trabada.
- ¡¡¡Vamos a brindar!!!!
- ¡¡¡No, no!!! ¡Que me ponéis la casa perdida de calimocho!
- A ver, cazurra, ¿qué te pasa? - Dijo Vic intentando mantener los ojos abiertos.
- ¿Os acordáis de Ismael, el tipo de Benidorm?
- ¡¡¡EL CANI!!! - Gritó Ana.
- Sí, sí... Ese.
- Estoy deseando conocer a ese cani para decirle lo grande que es... jajaja.- Dijo Vic.
- Bueno tías, pues está en Valladoliddddd.- Carol no podía ni hablar.- Y ¡me lo tiré!
Lo único que se escuchó fue algo parecido al nuevo tono de móvil que tiene Genaro: un grillo.

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Aleyt y Genaro llegaron a casa comentando la cena. Se lo habían pasado muy bien.
Aleyt le confesó también lo de la carta que Pelayo le había dejado a Sara.
Al entrar, Nacho ya había llegado de Soria y estaba poniéndose el pijama.
- Hola cariño.- Aleyt le dio un beso en la mejilla.
- Hola.
- ¿Has cantado mucho?
- Pues lo que tenía que cantar...
Aleyt lo miró de reojo.
- Joer hijo que rancio, otro día no te pregunto nada.
Aleyt volvió a sacar su "vena molesta" porque Nacho la hubiera dejado sola ese día. Aunque no fue para tanto. Ella exageraba.
Se tumbó en la cama de Nacho, esperando un gesto cariñoso por parte de este. Más que cariñoso... Un gesto que diera pie a algo más...
Pero no fue así.
- ¿Estás poco receptivo?- Le preguntó ella.
- Cansado...
Aleyt sabía de sobra lo que significaba aquello, así que se dejó caer en su colchón. Nacho apagó la luz, y, al momento, empezó a escuchar los sollozos de la chica.
- Aleyt... ¿Estás llorando?
- No... -Dijo con voz entrecortada.
- Joder Aleyt yo no puedo dormir viéndote así... ¿Qué te pasa?
- Nada... Déjalo ¿vale?
Se silenció... Pero Aleyt seguía llorando.
- Es que... Después de estar sola toda la tarde en tu casa... Pensé que tendríamos un momento... no se... ¿pasional?
- Jo Aleyt, estoy cansado...
Pero ella no paraba, y se incorporó. De repente escuchó que Nacho también lloraba... No soportaba hacerle daño a ella, y que llorase por "su culpa"... Le repugnaba. Le pidió que subiera a su cama y la abrazó. Aleyt le pidió que por favor no llorase, que lo sentía... Se disculpó mil veces.
No había motivo para estar llorando.
Estuvieron abrazados un rato largo... A punto de quedarse dormidos juntos.
Y Nacho le susurró algo...: "Quiero hacer el amor contigo".

domingo, 10 de octubre de 2010

TIRED. CHAPTER XI. ¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN LABOURÉ?

"A menudo es preferible una falsa alegría a una tristeza cuya causa es verdadera". - René Descartes.

Vic buscaba a las chicas desesperada por el pasillo del 5º. Una de las nuevas le había comentado que unos chicos de la residencia San Juan querían hacer una barra libre con las chicas de Labouré. Pero claro, como siempre, no había tiempo para organizarlo.
Por suerte, encontró a Ana pululando por allí.
- ... Bueno, pero para esa fecha creo que se va a ir mucha gente de aquí, ¡es que es puente!
- Ya... Y habrá que poner el papel de las salidas para ver si la gente elige este jueves u otro porque hay gente que quiere salir el jueves de Medicina. Lo que pasa es que a la novatilla tengo que contestarle ya...
Al momento, apareció Carol, un poco despeinada y con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¡Hey! ¿Reunión?
- Más o menos.
Le contaron lo que estaban pensando hacer.
- ¿Qué vienes de clase?- Pregunto Vic.
- Sí... Bueno...
- Pues vaya pelos llevas, ¿hace aire?- La cara de Ana era la típica de "¡cuenta!"
- ¡A saber con quien se ha estado revolcando por ahí! - Exclamó Vic riéndose de su amiga.
- Bueno parad ya, ¿está Aleyt aquí?
- No. Está con Nacho me parece.
- Sí... Y Silvia con Ross...
- ¡Venga! Jajajaja. Fijo que aparecen a cenar las dos juntitas que vienen de casa de los respectivos... jajaja.

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Aleyt se sobresaltó cuando su teléfono móvil empezó a sonar...
Estaba dando un paseo con Nacho.
Era Silvia.
- ¡Hola! ¿Dónde estás?
- ...
- Ah vale, vale...
- ...
- Sí, sí. Sin problema. Pero no tardes mucho.
- ...
- Bueno venga hasta ahora.
Colgó.
- ¿Silvia?
- Con Ross jajajaja.
- Jajaja. ¿Qué dice?
- Que ahora va para vuestra casa a acompañar a Ross y nos vamos juntas a cenar.
- Ah vale... ¿Vamos para allá entonces?
- Sí.
Caminaron abrazados hasta fuente Dorada. Los días en Valladolid ya empezaban a ser frescos.
- Por cierto Aleyt...
- Dime.
- Este jueves ya sabes que es la despedida de Pelayo. Y su cumpleaños es el sábado.
- Sí... Me dijo que fuese a cenar con vosotros. Así el jueves ya me quedo contigo en casa hasta que pase el puente.
- Vale... Pero hay algo más.
- ¿Qué?
- Es que viene...
- No me digas más... Viene Aelo.
- Sí.
Nacho miró la reacción de Aleyt. Su cara era hierática, no hizo ningún movimiento.
- Bueno, yo a Pelayo le he cogido mucho cariño. Y los que lo hicisteis mal fuisteis vosotros. Yo voy a ir, pero desde luego para mí va a haber un muro en medio de nosotras.
- Lo siento, Aleyt.
- Da igual, va Ofelia. Y vais vosotros, no pasa nada.

Al llegar a la puerta de casa de Nacho, esperaron en la puerta a que llegasen Silvia y Ross. Pero antes que ellos apareció Genaro. Y después Pelayo y después Nur. ¡Reunión en la puerta!

No se demoraron mucho y aparecieron de la mano, sonrientes y con muy pocas ganas de despedirse.
Nacho y Aleyt se despidieron.
- Bueno... Ya nos vemos después del puente ¿no?
- Sí... - Dijo Silvia con carita de pena.
Se dieron un beso, y, cuando Silvia se iba, Ross la agarró por la cintura y le susurró "otro más de despedida...". Y se lo dió.

Las chicas llegaron a la residencia y, al entrar al comedor, una gigantesca carcajada retumbó en él.
Louise y Carol estuvieron toda la noche picando a Silvia con el tema de Ross. Al final, la chica se sintió muy incómoda y empezó a pensar si estaba haciendo algo mal.
Al terminar, Aleyt fue a tirar los restos de la cena y se encontró con la directora.
- Aleyt... Ven un momento.
- Sí... Dime.
- He visto que no te has apuntado al coro.- La cara de la directora destilaba enfado.
- Ya... Ni me voy a apuntar S.T.
- ¿Cómo no?
- Pues porque el año pasado ya tuve suficiente pérdida de tiempo con estas cosas y este año me juego el tener que irme allí a estudiar si no apruebo. Lo siento pero no tengo tiempo para nada.
- ¡Tendremos que hablar muy seriamente Aleyt, porque llevas el mismo camino que Nacho! ¡Vas a tirarlo todo por la borda!
Aleyt se quedó helada. La sangre empezó a hervirle, los ojos le lloraban de impotencia y no pudo evitar mirar a Ana y a Louise y gritar: "¡Estoy hasta los cojones de esta puta residencia!"
S.T. la había oído seguro.

Las chicas subieron a la habitación de Aleyt a ver qué había pasado.
Estaba en la terraza, fumando un cigarro mientras miraba al infinito.
Nadie dijo nada.
Hasta que ella rompió el silencio.
- Tengo que hablar con mi madre... Yo no puedo más chicas...
- Es muy fuerte... Mal que se metan contigo, pero ¿que se metan con Nacho? No me lo puedo creer...- Dijo Carol con voz suave.
- No les hagas caso, Aleyt. A veces les hace falta que les contestes y punto.- Aconsejó Vic.
- Ya... Pero no puedo. Me dejan flipando cada vez que me dicen algo así... ¿Y ahora? Con los problemas que tiene mi madre... no se si es el mejor momento para irle con esto...
- Jolines Aleyt pero a las viejas estas lo que les hace falta es que alguien les pare los pies... ¡joder!- Exclamó Carol ya a punto de perder la compostura.
- Por cierto chicas...- Dijo Aleyt.- Tened un poco de consideración con Silvia. Ya se que impresiona lo de Ross, no se, pero ella está empezando a sentirse mal por los comentarios que hacemos. No paramos de meternos con ella...
- Ya... La verdad es que a mí me decís lo que le decimos a ella y os mando a tomar por saco jajaja.- Dijo Ana.
- Bueno dile a la próxima que es de broma y que no haga caso anda... Que también esta todo se lo cree...
- Vale.
- Por cierto... ¿Qué tal van?
- Bien...
- Pero bien... ¿cómo de bien? ¿En serio?
- Bueno aún es pronto ¿no? Pero si sigue así la cosa supongo que sí... jajaja.

Aleyt seguía desanimada... Y se metió en la cama a... A no pegar ojo en toda la noche.

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La despedida de Pelayo fue algo tranquilo.
Se juntaron para cenar el jueves en su restaurante preferido de Valladolid. Se lo pasaron en grande.
Después fueron a tomar algo a un sitio que les gustó mucho. Había fotos de U2, de los Beatles, de los Who... Bueno, muchos de ellos estaban en su salsa.
Se encontraron a unos amigos de Genaro, pero después se quedaron allí Aleyt, Aelo, Nacho, Genaro y Pelayo hablando.
Aleyt estuvo a punto de dejarse las uñas clavadas en la mano... Pero Aelo estaba cambiada... Y empezó a calmarse y a aceptar a la nueva Aelo... Era diferente. Dulce, habladora... ¿Por qué hizo aquello?
Se alegró de no encontrarse tan incómoda.
La conversación duró mucho tiempo, y al final se fueron a dormir. No tenían ganas de estar más tiempo de juerga.

Al día siguiente hicieron botellón en casa de los chicos. Felicitaron a Pelayo y, por fin, se despidieron de él.
Aleyt y él se sentaron en la habitación de Nacho mientras los demás se iban de fiesta.
- Jolín, te voy a echar de menos y todo.- Le dijo la chica.
- Bueno... Tendré que volver para ver la nota del proyecto.
- Notaza seguro... Eres muy grande.- Aleyt le sonrió.
- Jaja, bueno chicos, me voy a la cama que mañana conduzco yo...
Se dieron un abrazo.
- Aleyt... Quieres darle esto a...
Le acercó un sobre cerrado.
- Está en Milán con Louise.
Pelayo le sonrió a Aleyt.

Era para Sara.

viernes, 1 de octubre de 2010

TIRED. CHAPTER X. VUELTA A EMPEZAR.

"Las gentes propensas a la melancolía son las mejor dotadas para el amor." - Stendhal.

Ana y Silvia caminaban tranquilamente hacia el centro de Valladolid a comprar un regalo para Aleyt.
- ¿Qué crees que le gustará?
- Pues no lo se... Pero el otro día dijo que le apetecía comprarse un borsalino.-Comentó Silvia.
- ¡Ah! Pues vamos al Corte Inglés. Yo pensaba en algo de los Beatles, pero a este paso se va a tener que salir ella de la habitación jajaja.
- Sí... Además que un cuadro no puede colgarlo y otra cosa no se donde puede haber.
Efectivamente, hacia allí se dirigieron.

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Aleyt y Nacho paseaban tranquilamente por la ciudad hablando de sus cosas.
Poco después recogieron a Pelayo que había vuelto a la ciudad y acompañaron a la chica a por las cosas del día siguiente. Quería celebrar su cumpleaños con una comida en el campo con los amigos, aprovechando que era el día de la huelga general.
Loa tres estuvieron comentando también la situación entre Ross y Silvia. Aleyt les contó que el día después de liarse quedaron a dar un paseo por al lado del río, y, por lo visto, lo habían pasado genial.
- A mí me encantaría que tuviesen algo en serio.- Dijo Aleyt emocionada.
- Puede que sí lo tengan... Lo que pasa es que estamos precipitando los acontecimientos. -Añadió Pelayo.
- Dejemosles que hagan lo que tengan que hacer. Lo mejor es no meterse en estas cosas.- Les dijo Nacho muy serio.
Aleyt vio a su novio muy serio y le estampó un beso al que Nacho contestó con una sonrisa.

Después de hacer la enorme compra llegaron jadeantes a la residencia donde despidieron a Aleyt hasta el día siguiente.

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Por la noche, en Labouré hubo reunión de veteranas y la monja les volvió a dar la chapa de todos los años. Este en concreto hablaron del respeto.
"¿Respeto? ¡El que tienen ellas no te jode!" pensó la Élite al unísono.
Al terminar, Aleyt se subió a la sala de televisión del cuarto piso a ver Los Pilares de la Tierra, mientras su amigas le preparaban la fiesta de cumpleaños.

La serie estaba muy interesante, pero justo en el momento más ardiente, en el que los protagonistas hacían el amor intensamente y todo, absolutamente todo se veía, entró S.P. a ver quién había en la sala...
A Aleyt se le puso la cara roja como la sangre de ver que la escena no cambiaba y la monja miraba espectante la televisión.
Cuando se fue, respiró hondo, se rió y continuó viendo la serie hasta que terminó.

Aleyt subió al 5º piso y vio toda su puerta decorada con carteles de FELIZ CUMPLEAÑOS y demás, y una nota que ponía: "Felicidades Aleyt, la Élite te espera en el Office". Se dirigió hacia allí y abrió la puerta... Puerta que se cerró de golpe ante los gritos de susto de las chicas que no la esperaban tan pronto.
Esperó a que lo prepararan todo y ya pudo entrar. Se emocionó al verlas a todas allí con una rica tarta llena de 19 velas, una cartulina con fotos de momentos inolvidables y los regalos: un borsalino negro, unos pendientes con el símbolo de la paz, unas pulseras y un muñequito estilo vudú al que pusieron por nombre EAU (O). Repartió besos y comieron la tarta.

Aleyt contó su incidente con la monja... Pero se rieron más cuando Carol contó el suyo con la directora.
- Pues tía, que vinieron los de la Blanca de Castilla pidiendo que les echaramos agua. Y bueno echamos un poquito, y mi habitación estaba llena de gente, pero llena llena, entonces me puse a fregarla porque había restregones negros en el suelo. Con tan mala suerte que el cubo se me cayó por el pasillo y justo vino la monja y me pilló con el agua por los suelos. Me riñó por haber echado agua por el balcón, y luego pilló a todas estas metidas en la ducha de mi habitación... Vaya bronca. Van a llamar a nuestros padres y todo jajaja.
- Sois la hostia eh...- Dijo Aleyt.- Bueno a dormir que mañana a la 1 hay que estar abajo para el día de campo jaja.
- Okis, hasta mañana chicas.- Sara fue la primera que abandonó la sala. Y tras ella Vic, Louise, Silvia, Ana.

Carol fue con Aleyt a su habitación. Ésta tenía en el msn un mensaje de Nacho felicitándola. Aleyt había estado toda la noche con el móvil pegado a ella porque pensó que Nacho justo a las 12 de la noche la llamaría... Pero no fue así... Sólo recibió una felicitación vía msn...
Entonces ocurrió lo que no tenía que haber pasado, que Carol le echó la bronca a Nacho diciéndole que era un soso. A Nacho le sentó fatal, se sentía culpable porque sabía perfectamente que a Aleyt le había dolido aquello.

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A la mañana siguiente, Aleyt se levantó con el teléfono lleno de mensajes de gente de su tierra. Más otro de Nacho que le decía de quedar antes de la 1. Quería disculparse por su comportamiento de la noche anterior. Y hablaron y hablaron, y se sinceraron de nuevo. Y de nuevo sonrieron y se sintieron como el primer día.

A la 1 en punto estaban todos en Labouré cargados con las bolsas de la comida y la bebida para pasar un buen día. Fueron a la rivera del Pisuerga, a un merendero con césped que había allí y se apalancaron para todo el día.
Aleyt recibió más regalos de parte de Genaro, Pelayo, Ross y Nur: un foulard morado que le encantó, una libreta de los Beatles y un estuche a juego. Todo le encantó, todo. Nacho se reservó sus regalos para el día siguiente cuando fueran a cenar juntos.

El día avanzaba estupendamente, con un sol que acompañaba. Pelayo había llevado unas botellas de sidra para todos, y las chicas, como siempre, el famoso rebujito. Pero la mejor sorpresa fue cuando llegó Ofelia en bici. Estaba como siempre y todos se alegraron de volver a verla.
La pusieron al día de los últimos acontecimientos e invitió a todos a ver su piso ese fin de semana.
Pero donde de verdad estaba la atención de todos era en Ross y Silvia.

- ¿Has visto que están cogidos de la mano?- Dijo Sara al oído de Louise.
- Ya... Y no se van por ahí los jodios a liarse...
- ¿Les damos un empujoncito?- Propuso Sara.
Las chicas miraron a Aleyt y le hicieron señas.
Aleyt las cogió al vuelo y Nacho le dijo que enviase un mensaje al móvil de Silvia.
Entre risas, Aleyt escribió: Queréis iros a liaros de una puta vez por ahí, coño!!!!!!!!!!! :)

Dicho y hecho... Se fueron.

La juerga continuó hasta las 9 de la noche, cuando las chicas se fueron a la residencia, agotadas por el día que habían pasado. Se despidieron de los chicos y quedaron en verse otro día. Ross y Silvia se despidieron con un intenso y romántico beso. Sara y Pelayo se dieron un abrazo, para sorpresa de todos, puesto que no se habían dirigido la palabra en todo el día. Y Genaro seguía haciendo el payaso con Nur por ahí.

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Al día siguiente la Élite era un foco de infección. Todas se habían puesto enfermas con constipado y fiebre. Aleyt estaba en clase con la cabeza que le iba a estallar, pensando que sería mejor una resaca cervecera que aquello. Se alivió cuando el profesor de Historia dijo la última palabra.

Se encontró con Silvia en la puerta de la facultad y notó algo extraño en ella.
- ¿Qué te pasa?
- Que estoy hecha un lío Aleyt.
- ¿Por qué?
- Pues... porque tía, ayer quedé con Ross en que nos llamaríamos hoy para quedar después de comer pero yo estoy un poco cansada de enviarle mensajes... Es que entiendo que sea tímido, pero como no sé lo que quiere conmigo pues no quiero estar siempre siendo yo la que de el paso.
- Te entiendo.
- Voy a esperar a que me avise él...
- Mejor, yo creo que sí que lo hará, ya verás.
- Espero...

Al llegar a la residencia las dos amigas fueron al balcón de Aleyt a fumar un cigarro. Siguieron hablando de Ross mientras fumaban tranquilamente. Aleyt contó emocionada que Nacho le había dicho que esa noche iban a pasarla juntos. A ver qué hacían...
A Silvia la llamaron al teléfono y apagó el cigarro en el cenicero de Aleyt rápido. Aleyt terminó el suyo que tiró por el balcón y, al ver el cenicero tan lleno, tiró las colillas a la papelera, pensando que todas estaban bien apagadas.
Cerró la puerta del balcón y la de entrada, y se metió en el baño.
La bolsa de plástico de la papelera empezó a arder, y de la papelera el fuego empezó a comerse las cortinas de la habitación.
Aleyt notó un olor extraño y al salir del baño su habitación estaba llena de humo. Corrió hacia las cortinas pero no podía tocarlas, ni abrir la puerta. No veía nada... Se agobió, se dio la vuelta e intentó abrir la del pasillo.
Sonó la alarma de incendios y Aleyt comenzó a gritar por el pasillo, pero todo el mundo estaba en clase. Las puertas automáticas de los pasillos se cerraron fuertemente.
Aleyt oyó a lo lejos la voz de Silvia que corrió hacia ella y la sacó de la habitación.

Pocos minutos después los bomberos apagaron el fuego y los daños fueron mínimos, solo para la habitación de Aleyt, que tuvo que cambiarse.
Nacho se enteró y fue corriendo a la residencia. Las chicas estaban bien.
Aleyt necesitaba estar con Nacho, por lo que cogió las pocas cosas que le quedaban y se fue a pasar la noche con él.

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Carol estaba nerviosa. Había quedado con Ismael, el chico que conoció en Benidorm cuando estuvo con las chicas.
No sabía como iba a ser la cita, pero sabía que algo que empezó iba a terminar en aquella odiosa ciudad.