lunes, 29 de marzo de 2010

Crónicas de un viaje. Chapter 1.

Estas son las típicas cosas que me gustan de la vida, las que salen "sin planearlo" previamente.
En la residencia Labouré de Valladolid un grupo de amigas que no tienen nada en común han conseguido realizar un viaje que nunca jamás van a olvidar por dos razones: porque ha sido una experiencia única, y porque ha sido a un lugar único: Santiago de Compostela.

Todo comenzó un día normal... B y C estaban comprando en una tienda de todo a 1€ post-it con forma de seta y globos para el cumpleaños de L, acompañadas por H. Al principio parecía que la tienda estaba cerrada, pero no, simplemente se había ido la luz en toda la zona. Cuando terminaron, fueron a la residencia de estudiantes donde se alojaban y vieron que tampoco había luz. H se despidió de ella y entraron. En la recepción estaban S.A., O y M, a las que se unió más tarde A cuando llegó de clase. Conversaban tranquilamente haciendo bromas, como siempre, y llegó la directora del centro. Aquel fin de semana este grupo de chicas se iba a Ávila, a casa de M, pero en la residencia se organizaba otro viaje a Alto Campoo. La directora les preguntó, con cierto rencor, que por qué razón inhumana no iban a la excursión, a lo que respondieron que todas se iban a Ávila a celebrar el cumpleaños de M que había sido días antes. S.T. les preguntó que si iban a ir al viaje que organizaría la residencia en Mayo a hacer un tramo del Camino de Santiago... Al decir esto, B le contestó que si sería una posibilidad llegar hasta Santiago de Compostela, puesto que en el tramo de 20 km no se llegaba. A la directora, extraño en ella, le pareció buena idea y les propuso que lo fueran moviendo. Acto seguido comenzaron a hacer carteles con la idea del viaje, pero nadie se animaba y como mínimo tendrían que salir 20 personas.
Pasaron los días, y la lista no aumentaba, y los ánimos comenzaban a derrumbarse. Empezaron a mirar por internet posibilidades de viajes a otros sitios en la fecha del 27-28 de marzo, pero los precios eran excesivos para unas estudiantes sin ingresos.

Un buen día, la lista estaba más llena, y al siguiente más, de modo que otra vez subió el ánimo y comenzaron a planear lo que sería uno de los mejores viajes de su vida. No fueron muchas estudiantes de la residencia, pero se llenó de gente de fuera, padres, religiosas y trabajadoras de la residencia, formándose un buen grupo de casi 30 personas.

Pasó el mes de febrero y por fin llegó el gran día. El sábado 27 de marzo de 2010, a las 07.15 de la mañana, un autobús llevó a este grupo y al resto a Santiago... Fueron 6 horas interminables, hasta que por fin llegaron al Monte Do Gozo, a 4.5 km de Santiago. Ya se divisaban las torres de la fachada del Obradoiro, pero antes de nada, tenían que comer los "manjares" que les habían preparado. Entre cantos insoportables, risas, fotos, anécdotas, nubes y viento llegó la hora de llegar andando hasta Santiago, y así sucedió. A las 17.30 de la tarde pisaban la plaza de las Platerías y les sellaron el credencial como muestra de que habían sido peregrinas. Algunos se reían de ellas porque decían que 4 km era muy poco. En comparación con todo el camino es evidente que es poco, pero podrían haber elegido otro destino "menos simbólico"...
En cualquier caso, se adentraron todas por la Puerta del Perdón, puerta de la catedral que solo se abre en año Jubileo y hasta el 2021 no volverá a abrirse, por lo que es una oportunidad única. Abrazaron al Santo Santiago y se encerraron en la inmensidad de la mole románica. Se escuchaban los pasos de los peregrinos, cansados pero alegres, la intimidad con Dios, la luz ténue, las historias que cuentan sus capiteles... Un ambiente que sólo ese edificio es capaz de brindar.
Al salir, se descubría la Plaza del Obradoiro y la fachada Barroca de la catedral que sale en la mayoría de sus fotos.
Había llegado el momento foto, por aquí, por allá, tiradas en el suelo, pose sexy, pose no sexy, etc.etc.etc.etc.etc.
Ya después de aquello, E tuvo una visión... Vio a Santiago caminando por la plaza vestido de peregrino. El singular santo le dio un consejo... "Mira siempre hacia delante", y C ya hizo su particular gracia sobre la frase. De ahí, se dirigieron al Hostal La Salle, bueno, se dirigieron sin saber por donde iban, cruzándose por el camino con Voldemort, mejor dicho, con tres Voldemorts. Por fin, después de haber estado decidiendo porqué calle era, llegaron al Hostal. Bajaron por la cuesta al autobús cruzándose en el trayecto con la mujer más guapa del mundo, como siempre allí la primera, que les aconsejó que fuesen por la parte del patio del colegio.
Repartieron las habitaciones y a las 18,30 se fueron al centro a dar un paseo. El tiempo no acompañaba demasiado en esos momentos, pero se andaba bien entre los soportales y los escaparates de las tiendas de recuerdos. C se decidió a decir lo que todas pensaban: "vamos a merendar". Así que allí fueron, a una cafetería a tomar gofres, cafés y tartas de santiago con nata natural mientras imitaban el acento de los gallegos a pesar de que los paisanos de allí las estaban escuchando.
Cuando terminaron y dejaron su monedero temblando cruzaron a un parquecillo alargado y comenzó de nuevo el momento foto, foto, foto, foto. Como es costumbre, añadieron un complemento nuevo a su atuendo: una flor rosa que cogieron de un árbol.
De allí, caminaron otra vez a la plaza del Obradoiro para ver la fachada de la catedral iluminada y escuchar al gaitero. De paso se encontraron con un tuno que vendía CDs y con los reporteros de TVE. Y volvemos al momento "opinad-comentad", aunque esta vez fue más cómico.
Ya daban casi las 21.00 y volvieron al hostal andando por las callejuelas de la ciudad con la parada del alcohol.

La cena fue... un momento clave del viaje. Mal momento aquel en el cual a la camarera se le ocurrió poner vino (blanco y tinto) encima de sus mesas. La cena transcurría normalmente, entre risas y arcadas por la sopa-crema mal hecha que sirvieron, hasta que un calor insoportable empezó a subirle a algunas de las comensales. Hasta el punto de desparramar el vino por la mesa, la salsa del pollo y correr como patos por el largo pasillo del colegio... ejem... perdón, del sanatorio mental.

TO BE CONTINUED... La noche y el retorno a Pucelandia.

1 comentario:

  1. Increible....Realmente genial!!!

    B Que sepas que eres la caña de España, menos mal que todas estas historias se iran repitiendo a lo largo de toda nuestra estancia en esa residencia...

    Un besooote
    P.D Espero con intriga la segunda parte!!!

    E.

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