martes, 6 de abril de 2010

Crónicas de un viaje. Chapter 3.

EL RETORNO A LABOURÉ.

Después de una larga e intensa noche de jolgorio, sonó el bello trinar del despertador del móvil...
Aquel grupo de siete mujeres se despertó sin rechistar, con la cara suave y tersa, pero con los ojos pegados de rimel, legañas, y potingues diversos.

Bajaron a desayunar, escuchando el piar de los pajarillos... y la dulce voz de la directora de la residencia, que las calmaba en lugar de ponerlas atacadas de los nervios. Desayunaron y surgió el debate de seguir durmiendo, o por el contrario, irse a dar una vuelta por el centro de la ciudad y acudir a la eucaristía en la catedral, cosa que es la mayor ilusión de unas chicas jóvenes de 18-19 años.
Como las hermanas eran tan comprensibles, les dijeron que volvieran a sus habitaciones a dormir, pero las muchachas insistieron en hacer lo que cualquier ser humano inteligente hace: como no tenían sueño, bajaron la "pequeñísima" cuesta hasta dejar las maletas en el bus, subieron de nuevo, y se fueron a la breve misa de la catedral.
Antes de entrar, siguieron con su book de fotos en la Plaza del Obradoiro y vieron la procesión del domingo de ramos, además de escuchar el alegre repicar de campanas, tan agradable para un oído y una cabeza que habían descansado escasas cuatro horas. Eso sí, a excepción de A, que quedó encantada recitando el sonidito una y otra vez.
Por fin entraron en la catedral, y escucharon Misa Mayor, con los ojos como platos, disfrutando de cada palabra que emitía el señor Obispo de Santiago. Espectantes esperaban que llegase el momento de que el botafumeiro se balanceara por encima de sus cabezas, pero ahí se quedaron con las ganas tras 1 hora y 15 minutos de misa.
Cuando se disponían a salir, comenzaron a escuchar los gritos desgarrados de una persona, pero no sabían de donde venían.
O creyó que se trataba de una especie de Aquelarre, en el cual se cortaba el cuello de una gallina antes de soltar el botafumeiro, pero se equivocó. Todo quedó en el susto de una mujer que perdió a un niño pequeño entre la multitud de peregrinos.
Al salir, todas las chicas decidieron ir a tomar una frejjjquita, para despedir la ciudad. Metros más adeltante encontraron una terraza en la cual un camarero les ofreció las especialidades de la casa a un precio exageradamente "reducido", pero por no hacerle trabajar demasiado se conformaron con unos calamares. Por este buen acto, el camarero decidió obsequiarlas con un plato de olivas, el cual aún continúan buscando... ¡Qué amables son los gallegos!
Al llegar de nuevo al hostal, comieron las exquisiteces ofrecidas: arroz duro con caldo de pescado con trozos de pulpo que saludaban a los comensales mientras se ahogaban de nuevo, carne de cualquier animal comible, ya fuera perro o gato, y unas patatas. Se hizo el silencio, y la directora se sorprendió, pero no se dio cuenta de que "para comer esa mierda, se necesitaba mucha concentración".
Partieron hacia Valladolid... perdón, hacia Astorga cití a las 15.30, en un viaje costoso, largo y cansino, no sin antes cantar canciones y contar chistes que tienen más años que la madre de MAC.
Llegaron a Astorga, la ciudad sin ley, pues no había nadie. Subieron a ver el Palacio Gaudí (cerrado) y la Catedral (cerrada). Lo único que había de interés turístico internacional era la feria ambulante para niños entre 0 y 1 año.
Decidieron volver, desilusionadas, al bus. De allí a Valladolid recorrieron otros tantísimos kilómetros. A C se le ocurrió una idea genial para terminar el viaje: escuchad el partido del Real Madrid- At. de Madrid, y así se lo comunicó a Paco y a la Directora.
Al llegar a Labouré terminó su viaje. Cuál fue su alegría al descubrir que las esperaba en la puerta la monja más grande de la residencia: S.A.

Aquí finalizan las crónicas de un viaje. Espero no haberos aburrido mucho queridos lectores, pero es lo que hay.
Dentro de poco comenzaran otras crónicas, nuevas anécdotas y espero que estemos de nuevo las siete juntas para vivirlo y, por supuesto, contarlo. ^^

Un CUENCO DE FELICIDAD. =)

No hay comentarios:

Publicar un comentario