domingo, 9 de mayo de 2010

TIRED. CHAPTER II. CONOCIÉNDOSE.

- ¿Cómo quedamos para mañana?- Gritó Sara por el pasillo para que Aleyt la oyese.
- ¡Hey, Sara! Pues... No se. La fiesta me han dicho que empieza a las 12.00 o así, pero tú que estás en Medicina irás antes por tu facultad a hacer novatadas ¿no?
- Sí. Y, además, antes de nada tengo que ir a recoger el bono bus a Caja Duero. ¿Me acompañas y luego te vienes para Medicina?
- Mmm... Bueno... Vale, no tengo nada mejor que hacer, ¿a las 11.30 abajo?
- Vale. Buenas noches.
- ¡Ciaito!

La Novatosis, o fiesta de Medicina, era la primera que se celebraba en todo el curso. Todavía hacía buen tiempo, y se juntaban en ella todos los estudiantes de Valladolid. En un primer momento se celebraba en el Campus de Industriales, pero este año cambiaría al no permitir a los estudiantes beber alcohol y festejar nada allí. Lo solucionaron yendo al Campus de Teleco, que quedaba más apartado de los demás.
Aleyt y Sara salieron de la residencia y se dirigieron a Caja Duero. Tras recoger el bono bus, se encontraron con Ajo y Margarita, que ya se habían cansado de esperar a Ofelia y luego las llamaría. Aleyt, al ver que Sara estaba emocionada con los de su clase, prefierió quedarse con las veteranas de su residencia y esperar a que decidieran a dónde iban a ir con toda la bebida.
Al rato, y ya cansada de esperar entre tanta bata blanca, sonó el teléfono. Era Carol.
- ¡Aleyt! ¿Dónde estás?
- Pues en la puerta de la facultad de Medicina.
- ¿Qué haces ahí, loca? ¡Que tú eres periodista, no matasanos! jajaja.
- Jajaja. Dime...
- Oye pásate por mí a la resi que he quedado con los de clase para ir a la Novatosis ¿vale?
- Ah vale, ¿voy ya?
- Sí, bajo ya también. Ale adiós.
- Adiós salerosa.

La muchacha se despidió de Ajo y de Margarita. A lo lejos, logró distinguir a Arturo, el chico que salía con Ofelia, al que sólo había visto en foto. "No está mal", pensó, y justo, al darse la vuelta, aparecía una fatigada Ofelia corriendo.
- ¡Ofe!
- Hola tía.
- He visto a tu churri. Oye pegais un montón.
- ¿A que sí? jajaja.
- Bueno ahora te veo en Teleco que voy a por Carol.
- Yo no se si voy a llegar, porque he pasado por el campus de filosofía y letras y por el de industriales y está todo petadísimo de policías.
- Joder... Vaya una...
- Sí, yo no creo que vaya, pero bueno pásalo bien.
- Vale. Ah, están ahí estás. Hasta luego.
- ¡Adiós!

Carol bajó las escaleras y fueron a la puerta de la facultad de filosofía. Allí las esperaban unos compañeros de clase. Compraron algo de bebida y de comer y fueron al campus de Teleco. La mañana fluía bastante bien y no tuvieron problemas con los policías. Casi llegando a Teleco, se encontraron con otro grupo de chicos de su clase. Entre ellos iba un chaval algo mayor que el resto, pero que también cursaba primero de Periodismo. Su nombre era Xoel. Era un muchacho que llamaba la atención por su altura y su desparpajo, llevaba gafas, un borsalino, y vestía al estilo rock británico, algo que atrajo mucho la atención de Aleyt.
Hablaron con ellos y quedaron para ponerse todos juntos en un sitio fijo del campus.
El grupo de Carol y Aleyt se adelantó a los demás y se colocaron en una pequeña pendiente de espaldas al "lago" y con las facultades en frente. ¿El punto de referencia? Un árbol viejo y sin hojas.
Pasó la mañana y al mediodía todo estaba llenísimo de gente. La temperatura era buena y los jóvenes se relacionaban entre ellos. Aleyt y Carol no soltaban la cámara y fueron haciéndose fotos con todo el mundo. Después de un rato largo llegó su amigo Gerardo, y se unió a la fiesta con cubata en mano. La novatosis estaba siendo un éxito, y eso subió el ánimo de Sara, que iba con su bata blanca saltando como una liebre por todas partes.
Aleyt estaba algo preocupada, pues el alcohol le estaba subiendo y aquella tarde su madre iba a vistarla a Valladolid con una amiga. No quería presentarse con aquellas pintas y tendría que serenarse antes de nada. Divisó el panorama y se cruzó con la mirada de Xoel que acababa de llegar. A Aleyt se le puso un nudo en el estómago y, al ver que el chico era fumador, se acercó a pedirle fuego. Ella también estaba enganchada a aquel vicio. A partir de ahí, se presentaron, aunque ya se habían visto por clase antes. También conoció a un amigo de Xoel, un chico de ojos azules y, como ella, amante de los Beatles. Los tres estuvieron hablando, ya que tenían muchas cosas en común, sobre todo en tema de estilo de música. A Aleyt seguía subiéndole la bebida, y se acordó de que Nacho le había dicho que andaría por ahí. Le envió un sms preguntándole si había ido, y la respuesta fue negativa. La chica siguió hablando con Xoel. Le parecía un chico muy muy atractivo y con muchas cosas en común, pero por otro lado se le aparecía la imagen de Nacho. Ya tenía un dilema moral.
A las 14.00, Sara le dijo que tenían que irse a comer a la residencia, pero Aleyt, a pesar de saber que tenía que irse, deseaba quedarse más tiempo con Xoel. Les presentó a Sara y se entretuvieron hablando un rato. Se les había pasado la hora de comer y decidieron quedarse más tiempo con ellos. Xoel miraba a Aleyt de una forma seductora, y ella intentaba devolvérsela, pero se sentía mal consigo misma. Además, cada vez tenía más cerca al muchacho, y eso la ponía muy nerviosa. A las 16.00, Aleyt se dio cuenta de que tenía que irse para descansar un rato antes de ver a su madre e ir con Ofelia al festival de inauguración de la Seminci. Quedó con Xoel en volver a verse, aunque fuera por clase, y el chico le pidió dos besos antes de marcharse. Sara y ella compraron algo para comer y se echaron a dormir un ratito.

Ofelia fue a la habitación de Aleyt para recogerla y marchar a coger sitio en la puerta del Calderón. Allí se iban a concentrar varios famosos para inaugurar la Seminci, un festival de cine que cada año se celebra en Valladolid. Aleyt le contó a Ofelia lo que sentía cuando hablaba con Xoel, y el dilema con Nacho. Le explicó que no sabía que pasaba, porque le preocupaba estar confundiendo las cosas. A media conversación aparecieron Ajo y Margarita. Aleyt adoraba al actor Eduardo Noriega, y todo el mundo comenzó a gritar cuando bajó del coche. Mala suerte tuvo la chica cuando recibió la llamada de su madre que ya había llegado a Valladolid. Salió como pudo de entre la multitud y fue a su encuentro a un hotel tras la Plaza Mayor.
Ofelia, viendo que su amiga se había ido con prisa, le pidió por favor al actor que dedicase un autógrafo a su paisana: "Con cariño, para Aleyt. Eduardo Noriega".
Sara acompañó a cenar a Aleyt, a su madre y a la amiga de ésta a un restaurante, y tras la cena, las chicas salieron un rato de fiesta a la discoteca Bagur, volviendo a la residencia a las 02.00.
Al día siguiente, Aleyt acompañó a la ciudad de Salamanca a su madre y a su amiga para hacer algo de turismo. La chica quedó encantada con la ciudad, y regresaron pronto a Valladolid, ya que habían quedado para cenar con unos compañeros de trabajo de la madre de Aleyt.
Cenaron, rieron y después Aleyt se reunió con Ofelia, Margarita, BH, Ajo y Sara para irse a tomar algo y bailar por ahí. Pasó una hora y estando en un pub, Aleyt recibió una llamada de Nacho para ver donde estaba. Aleyt se puso nerviosa ante las miradas de las chicas y no le cogió el teléfono hasta una segunda llamada. Ya quedó con él y ella no sabía que decirle, hecha un manojo de nervios. La noche transcurría y se hizo algo tarde, sólo que no todas volvieron a la residencia y Aleyt pidió a Nacho que la acompañase. El chico no se negó, pero al llegar a la puerta, Aleyt no se encontraba muy bien y siguieron caminando hasta una pequeña plazuela al lado de la residencia, donde se sentaron a hablar. Aleyt necesitaba hablar y el chico estaba dispuesto a escucharla y a ayudarla en lo que fuera. Las cosas eran bastante banales, pero Aleyt sentía una confianza infinita con aquella persona y tenía que desahogarse. Nacho la escuchó.
La muchacha apoyó su cabeza en el hombro del chico, y se hizo el silencio. Nacho se puso nervioso. No sabía que hacer y por ello no hizo nada. Se hacía tarde y la acompañó de nuevo a la residencia. Allí se despidieron y Aleyt volvió a sus pensamientos dudosos sobre lo que Nacho sentía por ella. Pero ella ya tenía claro lo que sentía por él...

A la mañana siguiente, Aleyt, Ofelia y Silvia fueron a dar catequesis a la parroquia. Al terminar, Aleyt fue a comer con su madre y los compañeros de trabajo de ésta. Seguía nerviosa por lo que había pasado el fin de semana y decidió mandar un sms a Nacho para quedar esa noche. Esperaba aclarar sus dudas. Su madre se despidió de ella y volvió a su tierra, mientras que Aleyt seguía en sus pensamientos y no disfrutó para nada la presencia de su madre en Valladolid, algo que la apenó mucho, porque mereció la pena estar allí todos juntos.
Regresó a la residencia y explicó a Ajo y BH que había quedado con Nacho y que le guardasen la cena, que llegaría sobre las 23.30.
Bajó las escaleras y oyó una voz tras ella que le deseaba suerte. Era Ofelia.
Quedó con el chico en la puerta de la Casa del Estudiante.
- ¡Hola!
- Buenas...- Contestó Aleyt.
- Bueno hija, ¿dónde quiere usted ir?
- Pues... te diría que me da igual, pero me gustaría ir a la Antigua.
- Claro.
Caminaron sin decir apenas nada y se sentaron en un banco al lado de la Torre Románica. Solo estaban ellos, en compañía de unos hombres borrachos que cantaban fatal, algo que molestaba un poco a Nacho. Quizá porque a cantar dedicaba algo de su tiempo.
Hablaron de muchas cosas y Aleyt recibió una llamada de su madre comunicándole que ya habían llegado. Ambos estaban histéricos, y Aleyt comenzaba ya a echar humo. La prueba de fuego sería la siguiente y... pensaba que la definitiva. Volvió a apoyarse en el hombro de Nacho, mirándole a los ojos. Nacho bajó la cabeza y entornó los ojos. Aleyt estaba emocionada pero esas emociones se rompieron cuando el chico le estampó un beso en la frente. No se lo esperaba. Se quedó de piedra La chica dejó de temblar, y ya no sentía nada, sólo decepción con ella misma y con sus ilusiones. Aún así le devolvió el beso en la mejilla y regresó a la residencia, convencida de que se había equivocado y que tenía que haberse dado la oportunidad con Xoel hacía tres días.
Cuando llegó a su habitación, descargó sus nervios entre lágrimas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario