Las enemistades ocultas y silenciosas, son peores que las abiertas y declaradas.- Cicerón.
Aleyt llegó a la estación de su ciudad. Había tenido mucha suerte al poder coger un tren que fuese directo de Valladolid hasta allí. Las cuatro horas y media se hicieron interminables.
La chica se colocó sus gafas de sol y lloró hasta que no le quedaron lágrimas. Delante de su familia tenía que estar bien, y debía de buscar alguna razón por la cual había vuelto a casa ese día. No tenía pensado regresar hasta la comunión de su prima pequeña.
Llegó a su casa y llamó al timbre, esperando que su madre le abriese. Nadie contestó.
"Ya se ha quedado dormida en el sofá", pensó. Y volvió a llamar.
- ¿Sí?
- Mamá... Soy Aleyt.
- ... ¡¿Hija?!
- ¡Abre!
Aleyt subió a su casa y le dio un abrazo a su madre.
- ¡Pero cariño ¿qué haces aquí?!- Dijo sin parar de darle besos. La echaba mucho de menos.
- ¡Sorpresa!- Contestó Aleyt sin mucha alegría.
- ¿Has cenado?
- No. Ahora me hago algo si hay.
- Claro, ve a la nevera y hazte cualquier cosa. Pero no me puedo creer que hayas venido sin avisar. ¿No habrás venido en autobús desde Albacete?
- ¡Qué va! Cogí el tren que paraba aquí. Tuve suerte. Me apetecía estar unos días en casa y veros.
- Y yo que me alegro.
- Mamá, ¿tengo la bici en casa de la abuela? Es que Momo ha venido de Valencia y estará en los viveros. Me apetece ir allí mañana y saludarla.
- Pues sí. Debe de estar allí la bici.
- Vale.
Y Aleyt se sentó en el sofá haciendo un esfuerzo sobrehumano por no soltar ni una lágrima más.
- ¡Que se ha pirado!- Gritó Carol irrumpiendo en la habitación de Ana.
- Ya... Eso me han dicho... Pobre.
- Bueno mejor. Que se distraiga unos días y mientras nosotras matamos a Aelo y a Nacho jaja.
- ¡Que burra eres! jaja.
- He quedado con Xoel. - Dijo Carol con una sonrisilla estúpida.
- ¡Hala! A darle al tema... ¡Hay que ver! jajaja.
- Luego te cuento.- Carol le guiñó un ojo y salió de la habitación.
Bajó por las escaleras para dirigirse a la parada del bus e ir a casa de Xoel.
Pensó por un momento en Johnny, pero no se acordaba de nada. Sabía que él le había contado lo que vio y que se liaron. "Creo que me gusta más Xoel para un rato".
Cuando llegó abajo, se topó con Nacho en portería.
- Carol...
- ¿Tú qué haces aquí? Si buscas a Aleyt que sepas que se ha ido para Almansa.
- ¿Qué?
Carol no respondió y, sin detenerse, salió de Labouré.
Después bajó Ofelia acompañada de Sara. Iban a la facultad, y también se encontraron con Nacho.
No sabían qué decirle.
- Nacho...- Dijo Ofelia mirándo sus ojos rojos por las lágrimas.
- Hola Ofe.
- ¿Hablamos?- Le preguntó Ofelia con una sonrisilla. Sara también se apuntó.
Salieron de la residencia y poco a poco avanzaron en dirección a la facultad de Medicina.
- No se como pude hacerlo Ofe... Me confundió. Nos empezamos a liar pero la aparté rápido. Yo no siento nada por Aelo, y, sinceramente, ella por mí tampoco. No se cómo ha podido hacerlo ella.
- ¿Has hablado con Aelo?
- Después de aquello le dije que nunca más se acercase a mí. No quiero saber nada de ella.
- ¿Y qué fue lo que te dijo Aleyt cuando se lo contaste?
- No dijo nada... Se fue... Llorando. Simplemente se fue.
- Aleyt dice que nunca perdonaría algo así. Pero yo la veo capaz de perdonar, Nacho. La conozco. Creo que lo que le duele más es que la engañases con Aelo. No la soportaba.- Añadió Sara.
- No se qué hacer...
Ofelia se quedó pensativa...
- Ve a Almansa. Si la quieres de verdad, lo harás. Y enséñale esa canción que le compusiste para que te crea. Búscala Nacho.
Nacho no se paró a pensar ni un minuto.
Al poco, estaba en la estación de RENFE cogiendo un billete.
Carol llegó a casa de Xoel tras un largo recorrido en el bus urbano. Llamó al timbre del inmueble y se encontró con su imagen preferida.
El chico le abrió la puerta con la toalla a la cintura y el cuerpo aún mojado. No se digeron ni hola.
Xoel la cogió de la cintura y la arrastró a sus labios mientras sonaba de fondo música Jazz.
A Carol empezó a arderle todo el cuerpo y empujó a Xoel hasta el sofá. Se sentó encima de él y Xoel comenzó a desabrocharle la camisa, y los pantalones, hasta dejarla en ropa interior.
Carol sonrió y se volvieron a fundir en besos y caricias hasta que una ola de pasión les hizo estallar de placer. No sabían si reír o llorar...
Tras tomarse un respiro, Xoel comenzó a hablarle a Carol mientras la abrazaba.
- Tengo que dejar lo que tengo con Leyre, tía.
- ¿Por qué?
- Porque su marido ya sospecha algo, y yo no quiero líos de ese tipo. Además, me hace falta el trabajo en su taberna.
- Entiendo. Pero te daba morbo tirártela jaja.
- También me da mucho morbo hacerlo contigo.
- Jajaja, pero no es lo mismo.
- ¿Y a ti? ¿Te da morbo tirarte a un tío que tiene pareja?
Carol se quedó mirando a Xoel extrañada
- Porque lo estás haciendo.- Dijo Xoel.
Ágatha estaba en el piso con Genaro, Nur y Ross. La pusieron al día de los últimos acontecimientos. Le impresionó aquello. No se llevaba ahora demasiado bien con Aelo, pero nunca la creyó capaz de algo así. ¿Y a Nacho? A Nacho muchísimo menos...
- Bueno... Dejando esta conversación para más tarde, yo venía a deciros algo...- Dijo Ágatha.
- Dinos.
- Mirad, yo os aprecio mucho, y se que estais pasando un mal trago porque os pedí quedarme al año que viene en la habitación de Pelayo y no os hace mucha gracia.
- Pe...
- Déjame seguir Genaro. No me importa. Se que soy una persona muy difícil para la convivencia. Al principio cuando me di cuenta me molestó bastante, pero he pensado que prefiero seguir teniendo una buena relación con vosotros que acabar tirándonos de los pelos. He hablado con unas amigas de la residencia y prefiero irme con ellas a vivir.
- ¿Seguro? Jolín Ágahta me sabe mal...
- No os preocupeis de verdad. Es mejor así ¿no?
Sonó el timbre de la puerta de arriba.
- ¿Esperais a alguien?
- No.- Contestaron Nur y Ross al unísono.
- Que no sea la vecina por favor.- Pidió Genaro en voz baja.
Fue a abrir y se sorprendió muchísimo al ver a Aelo en la puerta. "La que se va a liar", pensó.
- ¡Aelo! ¿Qué haces aquí?
- Hola Genaro. Pasaba y pensé en saludaros.
- Ah bueno...
- ¿No puedo pasar?
- Cla... claro, ¡cómo no!
Aelo se dirigió al salón y se quedó de piedra cuando vio allí a Ágatha. La chica se levantó.
- Bueno chicos ha llegado la hora de que me vaya.- Dijo Ágatha colocándose el bolso.
- Como quieras...
Aelo miró la puerta abierta de la habitación de Nacho.
- ¿No está Nacho por aquí?
- No. Fue a buscar a Aleyt a Labouré.- Informó Nur.
El ambiente tenso se podía cortar con un cuchillo... Y más cuando se oyó la puerta abrirse y apareció Nacho. "Mierda" pensaron Genaro, Ross y Nur.
Ágatha estaba alucinando.
- ¡Nacho!- Exclamó Aelo.
- ¿Se puede saber qué haces aquí?
- Tenemos que hablar.
- Ya te dije que no tengo nada que hablar contigo. Déjame en paz Aelo. No tengo ganas de nada.
- Ya entiendo... Todos me dais de lado ahora... Vosotros tres, me cambiais por Ágatha.- Aelo hablaba como si Ágatha no estuviese delante, y empezó a hervirle la sangre- Y tú... Por Aleyt, una chica que conoces de muchísimo menos que a mí...
- ¡Se acabó!- Gritó Ágatha.- Estoy harta de tus juegos Aelo. Nunca te he dicho nada porque sí, yo soy rara, y lo se... Y todos os meteis conmigo por eso, pero no voy a consentir que rompas mi amistad con ellos. Ya has roto lo que tenían Aleyt y Nacho y rompiste lo que teníamos tú y yo...
- ¿Qué pasa? Estais todos en mi contra ¿no?
Se miraron los unos a los otros. Aelo... Pensaron... Era una de sus mejores amigas. Habían pasado muchos momentos inolvidables con ella. ¿Qué le pasaba? ¿Dónde estaba la antigua Aelo? La Aelo risueña, la Aelo que se mataba por los demás... ¿Qué habían hecho con ella?
- Aelo... Yo solo digo que te has quedado sola.- Sentenció Nur.
QUIERO LEER LA LLEGADA DE NACHO A LA ESTACIÓN DE ALMANSAAAA!!! :_______________________________)
ResponderEliminar(por cierto parada obligatoria en Jarward eh??? )
y también quiero que corra la sangreeeeeee!!! grrrrtttt